Colores proletarios reciben el amanecer en provincia cubana

Con la convicción de que solo la unidad y el compromiso posibilitarán la victoria, obreros y campesinos colman plazas y avenidas para juntos patentizar el respaldo a la obra revolucionaria que dignificara a la patria.

Pertenecen a los más diversos sectores de la economía y los servicios y suman sus voces para exigir el cese del bloqueo económico, financiero y comercial que durante décadas Estados Unidos impone a la isla, recrudecido con la actual administración.

Miguel Torres, trabajador de la cultura, asegura que la cohesión del pueblo será un fuerte escudo ante cualquier adversidad. La unidad siempre nos ha distinguido y unidos continuaremos porque Cuba, así lo demanda.

Similares expresiones se multiplican con el paso firme de los trabajadores, congregados también desde muy temprano en la ciudad capital.

En la intersección de las calles José Martí y Rafael Ferro, sitio desde donde el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, se dirigiera por vez primera al pueblo el 17 de enero de 1959, los rostros transmiten alegría, convicción y seguridad.

Nuestra estirpe fue esculpida en los campos libres de esta isla, asegura José Andrés Hernández, experimentado dirigente sindical. Nada ni nadie podrá amedrentarnos y cada uno sabrá asumir el papel que le corresponde.

La fiesta proletaria en la más occidental de las provincias, tiene también matices de solidaridad. La República bolivariana de Venezuela recibe el abrazo de quienes como el Apóstol de la independencia cubana, están prestos a servirla porque en cada hombre y mujer de la isla, la tierra del comandante Hugo Chávez, tiene un hijo.