DIARIO DE LA BIENAL: Elogio de la belleza (+ FOTOS)
El que recorra por estos días La Habana Vieja, el que se acerque a la célebre Plaza de Armas, se encontrará de pronto con tres hermosísimas esculturas en bronce del maestro Pedro Pablo Oliva.
Algunos dicen que la belleza por la belleza no es un valor atendible. Pero si estas tres piezas fueran solo bellas (que son mucho más que eso, sus implicaciones metafóricas, su carga espiritual son evidentísimas), ya valdría la pena salvarlas del desastre.
He aquí un homenaje a la maternidad, al amor y a la amistad, al café y otros tantos rituales de la vida… concebido con la estilización inspiradísima de un gran artista.
No son estas piezas de frívola belleza: están arraigadas a muchas historias (las de cualquiera de nosotros, por ejemplo) y se tienen un halo de poesía que difícilmente pueda resultar inadvertido.
MARAVILLOSAS ISLAS
Y muy cerca de las esculturas de Pedro Pablo Oliva, en la casa Garibaldi, un joven y talentoso fotógrafo expone una serie también hermosa… y también significativa.
Sadiel Mederos ensaya sobre la condición humana (punto de partida de todas las reflexiones sobre el mundo) con extraordinaria economía de recursos y una poderosa vocación icónica.
La tan llevada y traída metáfora del agua por todas partes (en nuestro caso es mucho más que metáfora) es revisitada en Islas sin pedanterías intelectuales, lejos de tantos lugares comunes.
Pura poesía, que se prodiga en imágenes poderosas y al mismo tiempo sencillas: el cuerpo como concreción de un mundo, paisaje palpitante, ámbito del misterio.
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