DESDE BRASIL: ¡Libertad para Lula da Silva ya!

DESDE BRASIL: ¡Libertad para Lula da Silva ya!
Fecha de publicación: 
2 Abril 2019
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Cuando sacaron a Nelson Mandela de la celda, lo primero que pidió fue que nadie pensara en venganza, que mirasen adelante, tras años de una detención injusta y cruel que conmocionó al mundo. Su lucha contra el apartheid le valió el Premio Nobel de la Paz. Sí, hay que aclararlo todo: Ahora tenemos que mirar a Lula da Silva con buenos ojos, con cariño y respeto, y ponernos, por lo menos por unos segundos, en sus zapatos.

Sin duda es terrible para alguien sufrir una inmensa injusticia y la ingratitud, pero peor todavía es callarnos delante de esta vergüenza.

¡Lula libre ya!, porque él es inocente y su  prisión es una miserable trampa. Estoy absolutamente seguro de que Lula no guarda rencor por los que le odian. Como Mandela, no piensa en vengarse de sus enemigos. Lula es un hombre noble. Lula es una idea.

Siempre ha dado su sangre por su pueblo, salió del Palacio para conocer sus problemas y dificultades, sobre todo los de la gente más pobre. Democratizó el acceso a las universidades y creó oportunidades de trabajo para todos.

Pero eso es pasado. Hoy, tenemos tristeza y amargura por un gobierno que a pesar de haber sido electo en las urnas, no nos retribuye lo que necesitamos. Tenemos la sensación de que simplemente no hay quien nos gobierne. Un vacío de poder.

Los hijos del mandatario de la ultraderecha, son tan inútiles como su padre. Deberían estar gobernando para el desarrollo de una nación quebrada, otrora una de las más grandes economías mundiales.

En cambio, están en Twitter contestando provocaciones fútiles, como niños que juegan a la pelota, centrados en cuestiones muy pequeñas, creando enemistades y un sinfín de peleas. Por no hablar de la gran preocupación por la sexualidad ajena, mientras el país padece.

Ahora, en el momento en que escribo, no veo motivos para esperanza en mi país, porque nuestra mayor esperanza se encuentra en la cárcel.

En las calles de Brasil, en la parada de carnaval donde logró éxito la escuela de samba Mangueira, una de las más tradicionales de aquí, en Internet, donde quiera, son muchas las voces que piden “¡Lula Libre!”.

Pusieron a Lula en la cárcel para que, de esta manera, no pudiera disputar las elecciones del año pasado, porque sus enemigos sabían que el pueblo brasileño lo quería como presidente por tercera vez, de acuerdo con muchas encuestas.

No han sido pocos los juristas que han señalado errores en la sentencia que condenó a Lula a décadas de prisión. No hay pruebas de lo que lo acusan. El mundo se espanta con esta decisión judicial brasileña, determinada por Sergio Moro, que, ahora, es ministro del actual presidente. ¡Muy interesante!

Lula ha luchado toda su vida, incluso cuando era obrero, siguió luchando después de lograr la presidencia de Brasil. Su gobierno no podría, de ninguna manera, fracasar, equivocarse, porque tras tres derrotas consecutivas en elecciones democráticas, cuando “llegó allá” (como decía el tema musical de su campaña) conocía muy bien todos los desafíos de su cargo y las penas de nuestro pueblo. Se convirtió en el mejor presidente de la historia de Brasil, en opinión de muchos.

Conviene recordar que gran parte de la prensa brasileña que critica y ataca las “ideas”, las decisiones, las tonterías y sobretodo la persecución y amenazas que “sufre” el mandatario Bolsonaro y su familia, es la misma que apoyó el golpe contra la ex presidenta Dilma en 2016, un golpe que empujó al Brasil al abismo donde está hasta hoy.

En resumen: nuestros periódicos han plantado vientos, ahora reciben tempestades.

¡Qué fuerte ha sido Dilma! ¡Qué grande! ¿Como ha soportado tanta ignominia? Decían que con el impeachment contra ella y la consecuente caída de Partido de los Trabajadores, la corrupción en Brasil terminaría. Repetían que con Michel Temer habría en Brasil “la recobrada”. El propio Temer dijo que, en su gobierno, el país volvería a caminar por los “trillos”. El comediante Chespirito lo haría mejor. La corrupción no solo no terminó sino que se intensificó y los ladrones de siempre que sostenían a Temer seguirán su rumbo tranquilos. Casi nadie mejoró sin Dilma, solo los bribones.

Nuestros corazones se colmaron de tristeza y dolor (también de una ira contenida, ¿cómo no?) cuando sacaron a Lula de la cárcel —bajo la fuerza bruta de la policía, una escena horrible, digna de las grandes películas de la mafia— para participar en el funeral de su nieto Arthur, otra tragedia que ha tenido que vivir el ex presidente.

Todos estábamos preocupados: días antes, en ocasión de la muerte de su hermano mayor Vavá, la decisión de ofrecerle permiso a Lula tardó y no le sido posible a despedirse de su allegado, que falleció en São Paulo. Lula se encuentra en otro estado, Paraná. En la ceremonia del funeral de su pequeño nieto fue diferente.

Me molesto siempre que leo la pieza Esperando a Godot, de Beckett. El personaje de Estragon le dice a Vladimir en el Segundo Acto: “Pase lo que pase, el día, para mí, se terminó”.

Para nosotros, auténticos patriotas de la izquierda, nada ha terminado. Mucho queda por hacer. La lucha es inmensa, jamás termina. La desdicha nos golpea, pero caminamos juntos, sin miedo: #LulaLibre.

Téo Júnior es un articulista, crítico de teatro y profesor brasileño. Cursa una Maestría en Enseñanza, Lenguaje y Sociedad en la Universidad del Estado de Bahía (Brasil).

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