Areíto y los «espíritus» de la música

Areíto y los «espíritus» de la música
Fecha de publicación: 
1 Abril 2019
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Con nombre de fiesta, situados en un barrio donde late la cubanía con toda su fuerza, en la Habana real y maravillosa que enamora y encanta, los estudios Areíto de la EGREM se remozan por estos días, decididos a convertirse en un monumento a la feliz confluencia de tradición y modernidad.

En el programa de actividades de los príncipes del Reino Unido en La Habana se incluyó la visita a ese sitio, al decir de Mario Escalona, director de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba (EGREM), para que «puedan compartir lo que siempre hemos sentido, esos espíritus que se mueven de manera silenciosa entre lo que son los archivos y ese espacio de grabaciones».

Lo bueno no pasa

Y también para conservarlo, para mantener la memoria de lo bueno y lo mejor de la música cubana, están los estudios, pues cuentan con una colección de archivos fonográficos impresionante, donde se pueden encontrar discos icónicos y personalidades imprescindibles de la música universal.

Allí se guardan decenas de miles de pistas de audio con las que se podría reconstruir la identidad sonora de la isla, tanto por lo que nace de ella, como a través de las influyentes personalidades internacionales que, antes y después del triunfo de la Revolución, grabaron en los estudios.

Los archivos también han sido incluidos en las labores de restauración que acometen la EGREM y el Ministerio de Cultura de Cuba, con colaboración internacional.

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101 es un número mágico…

Quizás son esas mismas voces que habitan los archivos, los espíritus de la leyenda sobre las energías especiales de este sitio, espiritualidades que se cuelan en la sensibilidad y generan productos diferentes.

Puede ser esoterismo o especulación, supersticiones o la bendición de los orishas que rodean en altares personales el recinto: la verdad repetida por tantos artistas y profesionales del sonido es que en el Estudio 101 de Areíto todo el mundo quiere grabar.

Raúl Arrollo, jefe de grabaciones allí, rememora: «fueron hechos en los años 44 del siglo pasado, perteneció a Panart hasta el triunfo de la Revolución. Luego, en el 59 hasta el 64, perteneció a la Imprenta Nacional de Cuba, y en el 64 se crea la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales el 31 de marzo. Desde entonces, ha pasado también la crema y nata de la música cubana actual. Aquí está buena parte de la discografía de Van Van; aquí grabó Elio Revé, Irakere... las grandes orquestas de Cuba grabaron en estos estudios».

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Del pasado al presente viaja Arrollo para darnos las buenas noticias: «El Estudio 101 es de los más antiguos del país y está en proceso de remodelación. Se va a hacer cambio de piso, del techo, y en la cabina se va a hacer cambio tecnológico completo: consola nueva, computadora nueva…».

Y Escalona lo confirma: «En Areíto vamos a recibir una importante donación para el Estudio 101, que va a garantizar la máxima calidad en la grabación en lo que nosotros llamamos el estudio más emblemático de Cuba en estos momentos. Se está haciendo también un trabajo muy serio para poder rescatar toda la acústica que inicialmente tenía el local».

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Jorge Rodríguez, uno de los más experimentados grabadores que laboran en Areíto, sabe de memoria el número con que se distingue en el hall de la fama al disco Irakere en vivo en el Amadeo Roldán y, con mucho orgullo, nombra también a los virtuosos que cruzaron el mar para grabar en la isla, en su entrañable y místico Estudio 101: «También ahí se grabó el disco de Nat King Cole en el año 58, Cole en español; se grabó Josephine Baker en Cuba, La Habana…».

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