JOVEN Y ARTISTA: «El actor trabaja con sus propios deseos»

JOVEN Y ARTISTA: «El actor trabaja con sus propios deseos»
Fecha de publicación: 
13 Febrero 2019
0
Imagen principal: 

Contra lo que suele suceder, a Enmanuel Galbán no lo detienen mucho en la calle para preguntarle qué va a pasar en la telenovela cubana. Interpreta uno de los principales personajes de Vidas cruzadas… pero ahora mismo no luce como Matías. Eso sí, sigue siendo uno de los más interesantes actores de su generación. Lo entrevistamos en una nueva entrega de nuestra serie Joven y artista.

—¿Por qué decidiste hacerte actor? ¿Cuándo tuviste claro que querías y podías serlo?:

—Ahora que lo pienso, creo que siempre lo supe, aunque de manera inconsciente. Tengo un recuerdo de mi infancia donde me quedé viendo un espectáculo infantil que transmitían por la televisión, y yo simplemente sentía que quería estar ahí, no como espectador, sino ahí, encima del escenario.

«Al poco tiempo tuve la oportunidad de satisfacer ese deseo cuando mis padres me llevaron a un pequeño grupo de La Colmenita del que pasé a formar parte. La experiencia me fascinó.

«Luego tuve la oportunidad de interpretar un personaje en una película sobre la vida de Robert Louis Stevenson, donde incluso Geraldine Chaplin era mi abuela, todo esto me maravilló, pero siempre de la manera más inocente, simplemente me hacía muy feliz.

alt

«No fue hasta los catorce años, cuando después de mucho esfuerzo logré matricular en la Escuela Nacional de Arte, en la modalidad de interpretación, donde verdaderamente me enamoré de esta profesión.

«La vida de los actores siempre está llena de altibajos, si bien un día uno se siente seguro, al siguiente se pregunta con temor si este era el camino a tomar; pero la respuesta viene una y otra vez: yo no podría vivir sin dedicarme a lo que hago, me hace bien».

—Has hecho teatro, cine y televisión. ¿Dónde estás más cómodo? ¿Dónde te sientes más retado? ¿Qué te gusta y qué no te gusta de esos medios?

—Cada medio tiene sus propias características, pienso que no podríamos decir que uno es superior a otro. El teatro es la gran escuela del actor, es un gran reto el "estar" en el escenario sin tiempo para reflexionar, nos obliga a estar vivos en ese momento único e irrepetible; además nos brinda la posibilidad de crear un vínculo directo con esas otras personas que han decidido vernos. Eso se siente.

alt

«La televisión te ayuda a crecer como artista, depende de lo que aspires a ser, también es un buen entrenamiento por la inmediatez que nos exige. Tiene el poder de mostrar quién eres, lo que se convierte en una responsabilidad.

«Lo que amo del cine es su magnitud: cómo una obra, una idea, una imagen puede viajar el mundo entero, puede mitificar una época, defender un país, generaciones, mostrar la verdad de las cosas.

«El sentirme retado a la hora de actuar, en mi caso no depende del medio, sino del valor que pueda tener un personaje y la responsabilidad al representarlo».

—¿Cómo asumes los personajes? ¿Hasta qué punto te involucras con ellos? ¿Cuánto tienen de ti?

—No podría hablar de un método específico para acercarme al personaje, puesto que cada personaje, al igual que cada ser humano, es diferente y nos exige maneras diferentes de acercarnos a él.

«Por eso el estudio del actor nunca termina, siempre hay algo nuevo que hacer, algo que descubrir, es una constante investigación sobre sí mismo y lo que nos rodea.

alt

«En lo personal me gusta involucrarme todo lo que me sea posible. No digo que sea fácil, pero pienso que solo así puedo entender y darle vida al papel.

«Al interpretar siempre pongo de mí, incluso cuando aparentemente el personaje sea diametralmente opuesto a mi persona. El actor trabaja con sus propios deseos y emociones, es su deber encontrar qué recursos utilizar y cómo, para llegar a la vida de ese personaje».

—Algunos dicen que el actor es una herramienta… ¿qué crees tú?

—Pienso que sí y que no... El actor trabaja para darle vida a una historia, trabaja para un director que tiene su propia visión y objetivo, pero él también puede ser un creador, un artista.

«Cuando estudiaba en la academia siempre me preguntaba algo: ¿mi carrera es útil para la sociedad?, ¿es importante para los demás?, ¿pasaría algo si de repente dejaran de existir los actores?

alt

«Pensaba en profesiones como la medicina, nada más bonito e importante que salvar vidas, me aterraba la idea de dedicarme a algo que no fuera necesario.

«Cuando actúo siempre busco algo o alguien por quien hacerlo; como actor, al interpretar un personaje, me satisface muchísimo defender una causa, una denuncia, una posición, o simplemente tener la responsabilidad de mostrar la vida de otras personas. Eso me hace sentir que lo que hago no es en vano.

«Está en las manos del actor decidir qué camino tomar».

—¿Cuáles son tus límites sobre un escenario? ¿Los tienes claros, asumidos? ¿Piensas en eso?

—Claro que tengo límites, algunos los tengo bien claros; otros, estoy seguro de que irán apareciendo por el camino. Hay límites contra los que lucho, es una cuestión de actitud, todos somos distintos y lo que es fácil para unos, para otros no lo es tanto. Pienso que el actor debe tener plena conciencia de ellos y saber cómo mediarlos, así como saber si tienen solución o simplemente no. Hay límites que nacen con uno y ya está, de nosotros depende luchar por lo que queremos.

alt

—¿Un actor nace o se hace?

—Pienso que el actor nace y se hace. De nada sirve tener un talento si no se desarrolla. Esta profesión exige mucho tiempo y estudio. Con paciencia y dedicación el actor puede hacer crecer y valer ese "algo" con el que ha nacido.

—¿Se debe actuar con la cabeza (racionalmente) o con el corazón (emocionalmente)? ¿Cómo actúas tú?

—Creo que debe existir un equilibrio entre lo racional y lo emocional. De nada sirve tener una situación bien estudiada, todo preciso, si somos un instrumento vacío, como tampoco sirve ser todo emoción y no tener conciencia de lo que hacemos. Ambos deben ir de la mano.

«En mi caso pienso que una vez estudiada la situación y teniendo claro cuál es el objetivo, el actor debe enfocarse con todas sus fuerzas en la búsqueda de la verdad, no digo que sea fácil, pero ser sincero para mí es lo más importante».

alt

—¿Qué es el público? ¿Cómo te relacionas con él?

—Sin el público no existiría nada de lo que hacemos. Nuestro trabajo surgió porque existía un público. No hay nada más gratificante para un actor que sentir la energía de esas personas que han asistido, sentir la  fuerte conexión que se crea.

«Cuando una persona desconocida se te acerca, ya sea en el teatro, un día en la calle o te escribe por encontrarse en otro lugar del mundo y te comenta que se sintió identificado con tu trabajo, que le ayudaste a entender algo de su vida, que de alguna manera lo cambiaste, entonces todo lo que hemos hecho, todo el trabajo, el estudio, el tiempo dedicado… cobran sentido.

«En mi experiencia personal me han pasado cosas muy bonitas. Una obra llega a ser obra al enfrentarse al público: él nos dará la última palabra».

alt

—Ahora la gente te está viendo en la telenovela de turno, ¿cómo llevas esa popularidad, aunque ahora mismo tu imagen haya cambiado un poco?

Vidas cruzadas está al aire en estos momentos. Me place decir que fue una experiencia muy gratificante todo el proceso de filmación, los actores con los que trabajé, las personas que conocí, y un privilegio estar bajo la sombra de ese gran Fernando Hechavarría, y de Heiking Hernández… Ellos hacen que todo esté bien.

«La telenovela ha tenido muy buena acogida por parte del público, los jóvenes se me acercan, me escriben desde toda la isla, las personas en la calle me hacen preguntas, me proponen qué decisiones tomar y los mayores aman al calmado Matías...

«Nuestro público es único y siempre nos hará saber lo que piensa de la manera más cálida, puro ejemplo de nuestra idiosincrasia».

alt

—La vanidad, el amor propio… ¿son buenos o malos para un actor? ¿Cómo lidias tú con eso?

—Creo que el actor necesita amarse a sí mismo, cuidarse, ser vanidoso para con su carrera, tener el ego suficiente para sentirse seguro en el momento de defender lo que para él es correcto… y tener también la suficiente humildad como para aceptar un error, escuchar y aprender, porque siempre hay algo que aprender y no sabemos quién nos lo enseñará. Se trata de disciplina ante lo que amamos.

—¿Te pones metas? ¿Hasta qué punto te pareces al actor que aspiras a ser?

—Para un actor es muy importante tener referentes, de alguna manera te guían el camino y te ayudan a definir a donde quieres llegar. En lo particular he tenido la suerte de pasar por las manos de excelentes maestros, tanto en la academia como fuera de ella. Nuestro país está lleno de brillantes actores.

«Cuando veo trabajar a Fernando Hechavarría, a Osvaldo Doimeadiós o a Luis Alberto García, por mencionar algunos, algo me queda bien claro: que a medida que el tiempo pase me gustaría parecerme, de alguna manera, a ellos».

alt

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.