En los países más felices del mundo, cada vez más jóvenes con tristeza y depresión

En los países más felices del mundo, cada vez más jóvenes con tristeza y depresión
Fecha de publicación: 
14 Enero 2019
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Del otro lado del mundo, Nueva Zelanda y Australia también parecen haberse sumado a ese club tan exclusivo, mientras que Estados Unidos nunca logra ingresar.

El año pasado, cuando las Naciones Unidas divulgó su informe anual sobre la felicidad en el mundo, los sospechosos de siempre seguían en el Top 10.

Pero lo sorprendente fue que esos mismos países también lideraban otra reciente estadística mucho menos favorables: el índice de ciudadanos con enfermedades y desórdenes mentales. Otro estudio realizado en 2017 por la Organización Mundial de la Salud llegó a la conclusión de que los australianos, además de los norteamericanos, los ucranianos y los estonios, eran más proclives a sufrir de depresión que los habitantes de cualquier otro lugar del mundo. Entre las naciones fuertemente afectadas por trastornos depresivos también estaban Nueva Zelanda y los países nórdicos, como Finlandia y Dinamarca.

Otros estudios que abordan la temática desde un enfoque o metodología un poco diferente han señalado problemas mentales igualmente severos o aún peores entre los chicos que crecen en los países más pobres, como la India, y es muy probable que en los países en vías de desarrollo la enfermedad mental nunca sea reportada.

Pero la crisis de salud mental que parece afectar cada vez más a los jóvenes de los países ricos desconcierta a los científicos mucho más que otros hallazgos que se explican por la pobreza o la desigualdad. Esta semana, Australia se ha sumado a la lista de países que anunciaron nuevas medidas para combatir este problema en aumento, con la promesa de reforzar con 34 millones de dólares adicionales los programas de salud mental destinados a los jóvenes.

Los investigadores admiten que las razones de los crecientes cuadros de angustia y depresión entre los jóvenes todavía no han sido desentrañadas del todo, pero estudios recientes mencionan el uso de las redes sociales y la percepción de no ser capaz de colmar las expectativas poco realistas de padres, empleadores, amigos y parejas.

Las cifras recolectadas hace dos años por la organización caritativa Mission Australia ya revelaban un abrupto aumento del número de australianos jóvenes con trastornos mentales, con impacto en el 23 por ciento de los adolescentes de entre 15 y 19 años. Más recientemente, un estudio similar del gobierno de Australia concluyó que alrededor del 25% de todos los australianos de entre 16 y 24 años tenían anualmente algún problema de salud mental.

"Estamos hablando de un alarmante número de jóvenes que enfrentan enfermedades mentales graves, muchas veces sin contárselo a nadie y sin acceso a la ayuda que necesitan", dice Catherine Yeomans, CEO de Mission Australia.

La misma tendencia ha sido relevada en Suecia, donde en 2013 los jóvenes eran un 20% más proclives a necesitar medicación contra la ansiedad que en el año 2006. Por su parte, los investigadores finlandeses han observado un salto aún más abrupto en los años transcurridos desde entonces. Solo en Helsinski, el número de chicos tratados por problemas de salud mental aumentaron más de un 100% en una década.

En Suecia y otros países nórdicos los investigadores concluyeron que el auge de trastornos mentales entre los jóvenes es resultado de la creciente brecha de satisfacción con la vida que existe entre las distintas generaciones.

"Por lo general, los pueblos nórdicos son más felices que los de otras partes del mundo, pero a pesar de eso, de hecho hay gente en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia y Noruega que dicen tener problemas o estar sufriendo", escribieron los autores del informe In the Shadow of Hapiness (A la sombra de la felicidad), difundido el año pasado por el Consejo Nórdico de Ministros. Si bien el 12,3% de todos los habitantes de la región nórdica dice tener problemas o estar sufriendo, ese porcentaje es más de un punto porcentual mayor entre los jóvenes de entre 18 y 23 años.

Otros investigadores advierten que el crecimiento de los trastornos mentales entre los jóvenes podría no limitarse necesariamente a los países con mejores rendimientos en las estadísticas globales, como Australia y Finlandia. Señalan que los encuestados de países como Australia, Suecia y Finlandia -donde es relativamente fácil acceder al sistema de salud-, tal vez simplemente tengan más posibilidades de informar ellos mismos la aparición de signos de algún problema mental. De ser así, esas estadísticas no podrían tomarse como punto de comparación, y tal vez estarían enmascarando una tendencia global más generalizada.

The Washington Post

Traducción de Jaime Arrambide

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