Deporte Cubano en el 2018: Pautas y búsqueda de crecimiento perenne

Deporte Cubano en el 2018: Pautas y búsqueda de crecimiento perenne
Fecha de publicación: 
1 Enero 2019
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El deporte cubano siempre estará bajo la lupa de los aficionados. Hablamos de una actividad que goza de millones de adeptos y que constituye una de las principales conquistas de la Revolución, especialmente por el hecho de ponerlo al alcance de todos después de ese enero de 1959.

Toca llegar al epílogo de este 2018, 12 meses de intensidad, marcados por el primer año sólido del cuatrienio rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuya expresión más notoria la constituyeron los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, los distintos Mundiales y Copas del Mundo; lo crucial de preservar la salud de la cantera y no volverle la espalda a la práctica en la base y su escalón culminante de los Juegos Escolares Nacionales y las Olimpiadas Juveniles y la proyección futura hacia otros compromisos…

Barranquilla arrojó moralejas de interés: la primera es que Cuba continúa Cuba rindió una buena actuación amén de que cedimos la hegemonía regional que ostentábamos desde Panamá 1970 ante México (132-118-91) por (102-72-68) nuestra armada, y eso para muchos significaría una debacle, a la vez que una estocada al orgullo e identidad de la nación en lo sensorial.

Sin afán de justificar, una radiografía a disciplinas olímpicas con agenda en Tokio arrojaría ventaja para nuestra comitiva en títulos, específicamente 84-80 sobre los aztecas.

Seguimos siendo referente en la región, solo que no podemos negar el desarrollo y la inversión en el deporte como mega industria de otras naciones, fundamentalmente la propia México, los anfitriones colombianos, Venezuela… todos con considerable aporte además de saberes marca registrada Cuba.

En suelo cafetero marcaron la pauta los deportes de combate, tradicionales horcones de nuestro movimiento, a tono con el espíritu de lucha del cubano.

Esas disciplinas atesoraron 41 cetros, encabezados por la lucha (13-2-3), el boxeo (6-1-0 de siete opciones), el judo (8-3-6), la esgrima con su endemoniada efectividad de touchés (7-0-4), el taekwondo (6-1-2), y el karate (1-2-4).

Detrás de estas poderosas de siempre recalaron el tiro deportivo (12-10-5), el atletismo (10-8-9), el ciclismo (5-4-2), la gimnasia artística (6-7-2), el canotaje (6-1-2), el remo (5-5-1), el levantamiento de pesas (3-10-4), bádminton (2-5-2), tenis de mesa (2-1-5) y la natación (0-3-3) que, si bien no alcanzó ningún oro, merece todo el reconocimiento por el performance de sus exponentes.

Individualmente el pistolero Jorge Grau con siete preseas (5-1-1), los gimnastas Manrique Larduet, dueño de siete (3-3-1), Marcia Videaux cinco (3-2-0), y la fusilera Eglys de la Cruz cuatro (3-1-0) se erigieron los más destacados.

Mundiales e hitos

Varios mundiales se robaron el protagonismo en la presente campaña. En el de lucha la foja de (1-0-4) reafirmó a nuestros gladiadores en la élite del planeta, con el librista Yowlys Bonne en calidad de portaestandarte gracias a su título en los 61 kg. Ese rendimiento le mereció a la disciplina, de conjunto con el palmarés en las restantes categorías la condición de mejor deporte individual del año.

Párrafo aparte para las féminas, con rendimientos descollantes en los tackles de Lienna de la Caridad Montero, primera fémina capaz de agenciarse un metal en lides universales (bronce 55 kg); Yudari Sánchez (68) titular universal sub-23 en Bucarest; y Milaimys de la Caridad Marín (76) oro en los III Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires. Captaron la atención de todos y constituyeron sólida expresión del desarrollo de la lucha femenina en nuestro país, pese a lo tardío del comienzo de su práctica oficial en el año 2006.

Precisamente en Buenos Aires, la cantera de perspectiva inmediata de nuestro movimiento deportivo midió sus fuerzas, con global de cuatro oros y dos bronces, y el triplista Jordan Díaz consolidando su condición de uno de los mejores prospectos del campo y pista del orbe.

Campo y pista, alegrías. Una suprema la coronación del joven Juan Miguel Echevarría (8.46 metros) en el salto de longitud del Mundial bajo techo de Birmingham. Redondeó la temporada de su establecimiento entre la crema y nata al encabezar la temporada con 8.68.

El triunfo de la discóbola Yaimé Pérez (65.00) en la liga del Diamante por sobre la croata Sandra Perkovic, además de títulos en paradas de la Liga del Diamante y en la Copa Continental, le valieron el ser reconocida como mejor deportista de Cuba.

No quiero cerrar esta página atlética sin mencionar a la heptatlonista Yorgelis Rodríguez, quien extendió su tope personal hasta 6 742.
El canotaje de la proa del bote de Serguey Torres y Fernando Jorge Dayán; el judo con Idalys Ortiz e Iván Silva revestidos en plata; el boxeo con su tercer trofeo en la Serie Mundial de forma rutilante; la pelota vasca… y otras disciplinas que tuvieron su fulgor merecen todo el respeto y reconocimiento en estas líneas.

Pero si de hitos se trata, de lo más trascendental en este siglo hallamos el acuerdo firmado entre la MLB y la Federación Cubana de Béisbol, asociado a la contratación de peloteros cubanos en Grandes Ligas.

El convenio, materializado después de tres años de negociación, asegura una relación de colaboración, estable y no politizada, entre la MLB y la FCB. En términos generales, sus cláusulas son similares a las establecidas por la MLB con otras ligas foráneas como la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB, por sus siglas en inglés); la Liga de la Organización Coreana de Béisbol (KBO) y la Liga de Béisbol Profesional de Taipei de China (CPBL).

Representa además un modo legítimo y conforme a la práctica internacional, para que los peloteros cubanos puedan jugar sin discriminación, en igualdad de condiciones, en la MLB, sin verse obligados a romper nexos de ningún tipo con su país.

Con aplicación práctica a partir de su firma (19 de diciembre de 2018), el convenio establece que los jugadores cubanos podrán desempeñarse en la liga profesional estadounidense sin perder su residencia en Cuba, ni su vínculo con el béisbol cubano.

Bajo el acuerdo, la FCB deberá liberar a todos los jugadores contratados con al menos 25 años de edad y seis o más años de experiencia en la Serie Nacional.

Entre los bisoños nuevamente La Habana (87-105-78) se impuso en los Juegos Escolares Nacionales, con Santiago de Cuba (82-71-73) y Sancti Spíritus evidenciando solidez en el trabajo desde la cantera (65-57-57), pero urge que estas lides continúen siendo reflejo de la masificación de nuestro deporte y no una especie de certamen inter EIDE.

Esa debe ser justamente una de las principales proyecciones de trabajo para este 2019, cuando el titular del INDER, el doctor Antonio Becali expresó que contamos con 337 clasificados rumbo a Lima y se estima deben pudieran hacer el grado otros 125.

Trabajo consciente, búsqueda de mayores índices de profesionalidad y efectividad en escenarios competitivos, preservar el prestigio bien ganado durante más de cinco décadas constituyen premisas indiscutibles de nuestro movimiento deportivo.

Cae un 2018 que se puede calificar de exitoso, pero el camino continúa, se fragua al andar y confiamos en que el 2019 se perfile como promisorio y mejor. ¡Felicidades a toda la gran familia del deporte cubano!

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