CRÓNICAS BIEN CORTAS: Tengamos la fiesta en paz

CRÓNICAS BIEN CORTAS: Tengamos la fiesta en paz
Fecha de publicación: 
23 Diciembre 2018
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—El pobre, debe estar loco —me dijo cómplice una señora despúes de que un hombre de mediana edad nos felicitara enfáticamente cuando nos cruzamos en la calle Zapata.

—Pues yo creo que tiene toda la razón —le contesté y me di vuelta, para agradecerle al hombre los buenos deseos.

A primera vista, el individuo en cuestión no parecía enajenado, aunque hay que reconocer que pocas personas en su sano juicio dirían lo que decía en ese lugar, en alta voz, para que lo escucharan todos:

—¡Vivamos y dejemos vivir! Se acaba un año de discusiones; de hombres que se quieren casar con otros hombres y gente que no quiere que dos hombres se casen; de boteros que no quieren parar; de colas para comprar pan porque el pan se acaba… Vamos a tomarnos un descanso y vamos a mirar al lado, a la persona que tenemos al lado. Yo propongo que el año que viene sea el año de los abrazos. ¡Feliz año nuevo! ¡Tengamos la fiesta en paz!

—Muchas gracias, lo propio. Ojalá la gente se detuviera a escuchar sus palabras —le dije.

—Ve tú a abrazar a los tuyos y me doy por complacido —respondió y siguió saludando a todos transeúntes.

Algunos sonreían, otros le devolvían el saludo, algunos seguían su camino ignorándolo… 

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