Lima 2019: Detrás de una docena de botes cubanos, mirada profunda

Lima 2019: Detrás de una docena de botes cubanos, mirada profunda
Fecha de publicación: 
6 Diciembre 2018
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Los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999 me sorprendieron ya con la buena nueva de que estudiaría Periodismo. Entonces comencé a seguir los eventos deportivos con una mirada más aguda e incisiva, como la de alguien marcado por su destino.

En esa misma cita multideportiva el remo no pudo hacerse de ningún título. Dos platas y cuatro bronces fue su foja y con esa imagen tuvieron que bogar bien duro en cada sesión de entrenamiento, recuperar la confianza en regatas internacionales y esperar la irrupción del nuevo milenio para borrar lo acontecido e aguas canadienses y recuperar terreno en Santo Domingo 2003.

Y sí que lo hicieron. En Quisqueya los nuestros protagonizaron uno de los mejores rendimientos en la historia de estas lides, capaces de obtener nueve de las 14 coronas en disputa. Únicamente en calidad de anfitriones en La Habana 1991 logramos igual cantidad de oros, aunque en esa oportunidad se disputaron 18 eventos en lugar de 14.

Lo cierto es que de cara a la edición de Lima el año próximo, esa disciplina logró recientemente la clasificación de 12 botes, esfuerzos materializados en la Laguna Rodrigo de Freitas, la misma que acogió la lid de remo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Encomendados a la potencia de Ángel Fournier, referente antillano y entre los mejores singlistas del orbe desde el 2009, una docena de hombres y cinco féminas se lanzaron al canal en busca de materializar su objetivo de poder inscribir a la escuadra completa.

Como era de esperarse el ídolo de Caimanera remó en varias pruebas y no solo eso, fue el único capaz de agenciarse el premio mayor: cruzó los dos kilómetros de segmento en el single peso abierto en 7:41.650 minutos, modalidad en la que largarán 12 embarcaciones en aguas del Cuzco.

Aunó esfuerzos con Jorge Félix Patterson en el doble par de remos cortos, lo mismo que sus homólogas Aimeé Hernández y Yariulvis Cobas (muchos recordarán que aportaron el primer título a nuestra delegación en la edición de Guadralajara 2011).

El cuatro par varonil vio alcanzar el cupo por intermedio de  Andriel Ajete, Jesús Alejandro Rodríguez, Adrián Oquendo y  Solaris Freire, en tanto las tripulaciones ligeras del doble par integradas por Rosana Serrano e Ilianny Román, e Ismel Barceló y Yhoan Manuel Uribarry, igualmente hicieron el grado.

Otros que destacaron fueron Osvaldo  Pérez, Alexei  Carballosa, Yhoan Manuel Uribarry e Ismel en el cuatro peso ligero; Carlos Andriel y Jesús Alejandro en el doble sin; y Boris Luis Guerra, Luis Miguel Guerra, Adrián y Fournier en los cuatro pares de remos cortos, una prueba que a Fournier le trae gratos recuerdos, pues en la propia Río de Janeiro en el 2007 combinó sus paletadas con las de Janier Concepción, Yoennis Hernández y Yuleidys Cascaret para cruzar dorados la línea de meta.

Entre las féminas, además del tándem Aimeé-Yariulvis descollaron junto a ellas en el cuatro par Por las chicas sobresalieron en esa última modalidad Rosana Fernández y Riama Ortíz.

Individualmente Cobas se comportó exitosa en el single abierto, e Ilianny Román la emuló en la especialidad de un par de remos cortos peso ligero.

Según la página web del certamen, participaron delegaciones de 16 naciones, de las cuales, además de Cuba, consiguieron el mayor número de boletos Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina y Chile. Justamente las naciones que se han disputado los mayores honores en la historia de ese deporte que se inscribió por primera vez en el programa de la justa Continental en la edición pionera de Buenos Aires 1951.

Estados Unidos (55-57-29), con una tradición sólida pues es una disciplina que posee muchos adeptos en el panorama universitario, especialmente el ocho con timonel que se antoja un bote icónico, regentea el medallero. Argentina (40-30-40), Cuba (36-23-47), Canadá (31-34-28), y Brasil (8-19-15), completan el top cinco de pesos pesados.

Siguiendo la estela narrativa, y ya con el peso de la conciencia periodística y los análisis, me tocó pulsar Guadalajara, desafiar el frío y la neblina en  horas tempranas de la mañana, recorrer 124 kilómetros desde la urbe hasta el lago situado en las inmediaciones de Ciudad Guzmán.

Viví la alegría de reportar ese primer título de Cuba, una sensación que superó cualquier contratiempo o adversidad. Sin embargo me quedé sediento de más oros. Vi perder por una nariz a varios de nuestros botes, como el doble par y el cuatro par, además del doble ligero femenino…

Quise agarrar un remo y lanzarme al agua, impregnar a nuestros remeros de una dosis extra de energía, pero en definitiva albicelestes (5-2-1), y estadounidenses (4-2-2) nos superaron (3-4-2) en esa cruzada.

A la vuelta de cuatro años me sorprendió Toronto con la cabeza un tanto más fría. Desde la redacción las emociones se viven distintas, se canalizan o comparten con otros colegas.

Allí solo Fournier pudo escapar de la casi total hegemonía de los canadienses (8-1-2). Los de las barras y las estrellas (2-5-2) igualmente nos superaron. Solo Fournier en su rutilante marcha triunfal en solitario, y aunando esfuerzos con Eduardo Rubio, pudieron contribuir con metales áureos a la foja de (2-3-2). Esa tripulación casi seguro repetirá en Paracas, Perú, el año próximo.

De sus rendimientos dependerá en buena medida, el destino de la disciplina, necesitada como las restantes aportadoras de títulos a nuestra comitiva, de rendimientos y eficiencia notorios. Solo que para constatarlo habrá que esperar a ver qué sucede entre el 27 y 31 de julio del 2019 en aguas del Cuzco.

Una pincelada: los singlistas peso abierto antillanos han sido los remeros de mayor empuje en la historia: Mayra González, Ismael Carbonell, Yoennis Hernández y en menor escala Ramón Lupeiron,  y Elexei Marrero.

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