CRÍTICA DE CINE: Una historia con un fantasma en ella

Solo alguien con amor ferviente por la imaginación, como lo demostró con El laberinto del fauno (2006), puede crear La cumbre escarlata. Estoy hablando de un Guillermo del Toro que mezcla fantasmas con seres humanos como puede estar mezclada la nieve con el agua.

La película nos traslada al siglo XIX. Una historia de amor que comienza con un asesinato, ultraje y algo de incesto: una joven escritora se enamora de un supuesto aristócrata inglés, para luego descubrir que él colecciona esposas… a las que luego asesina.

La heroína de esta película, que es nada más y nada menos que la protagonista de la última versión de Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010), Mia Wasikowska, se salva de las manos asesinas de Jessica Chastain y de Tom Hiddleston gracias a que conversa con fantasmas —salto del nivel de realidad incluido—. Aunque la atemorizan, cuando finalmente los enfrenta, estos la conducen a un camino que le salva la vida.

Los homenajes de Del Toro a clásicos de la literatura como Cumbres borrascosas (Emily Brontë, 1847) están bastante evidentes. También ciertas referencias a Rebeca, de Alfred Hitchcock.

Quizás con otro cineasta hubiera salido una obra de romanticismo exacerbado, demasiada edulcoración… pero en manos de alguien con tanta textura de acento gótico genuino, la que nace es un mundo cohesionado y propio de extraordinario diseño y admirable vestuario y fotografía.

Desde el punto de vista narrativo, también resultan galantes los encuadres, el montaje, la progresión dramática… Y, como mismo es la novela que escribe la protagonista, no es una historia de fantasmas, es una historia con un fantasma en ella.

Crimson Peak (2015), como es su título original, es una hermosa historia de horror gótico al estilo de Edgar Allan Poe. Quizás con ciertos matices de ese otro grande del horror que fue Lovecraft. Es una cinta tan aterradora como romántica. Bella, con una gala de imágenes poderosas que no paran de sorprender visualmente.

Si bien los personajes no evolucionan demasiado en el transcurso de la cinta, los actores saben encarnarlos de manera impresionante, única y disfrutable.

Crimson Peak o La cumbre escarlata es una cinta hipnótica. No por su trama —la historia de un matrimonio por conveniencia no es demasiado novedosa—, sino por el diseño y visión de un escenario tan emotivo como decadente. Ciento diecinueve minutos de elegantes sustos sumergidos en un terror gótico de excelente buen gusto hacen que el espectador perdone cierta plasticidad fatua de los personajes…