Fiel al FMI: Macri, cuesta abajo

Presiones del presidente argentino, Mauricio Macri, y sus ricos amigos de la nación, lograron este jueves que la Cámara de Diputados aprobara el presupuesto para el 2019 dictado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras en calles de Buenos Aires y otras ciudades decenas de miles de manifestantes desafiaban una represión policial con granadas de gases lacrimógenos, balas de caucho y porras para protestar contra una política económica en detrimento de la ya mayoritaria población con medianos y escasos recursos de uno de los países con más riquezas del cono suramericano.

El tratamiento del presupuesto 2019, que ahora pasará a ser discutido en el Senado, plantea recortes en sectores como salud, educación y vivienda, pero aumento en el pago de intereses de la deuda externa, lo que requiere un vallado policial y militarizado en los alrededores del Congreso argentino.

Uno de los sectores beneficiados por el presupuesto son las fuerzas de seguridad, y parecían dispuestas a hacer lo necesario para que las sesiones no se detengan por las manifestaciones.

No fue hasta julio pasado que Macri reconoció que «solo cometió cuatro o cinco errores» durante una gestión que arribará a su tercer aniversario en diciembre próximo, y hoy espera que el Senado avale este presupuesto que solo favorece a amigos, parientes y todo lo que se mueve con dinero en el país, y hasta refuerza el presupuesto, subrayó, de sus «queridas» fuerzas de seguridad.

Por Macri se inició toda aquella parafernalia imperialista para hacer ídolos con pies de barro que enfrentaran a los gobiernos molestos a Washington de la región, contando con la indecisión de las fuerzas progresistas, entre ellas una izquierda que no da pie con bola y reacciona tardíamente.

Así logró realzar a una figura de la derecha que enfrentó a un mal escogido candidato oficial, quien se vio demasiado apurado en reconocer su derrota, dejando el camino libre para cualquier triquiñuela...

Además, con Macri se manejaron ladinamente los recursos vastos de los medios para convertirlo en una figura popular, no importa que, sin contar con el Congreso, dictara leyes a troche y moche que aumentaban excesivamente las tarifas de los medios de vida indispensables para la población y dejaba a miles de personas sin empleo.

Con el tiempo se fue desvaneciendo la empatía haca su figura, debido a fallos de su gestión y medidas coercitivas, algunas de las cuales aún perduran, como el intento de meter en prisión a la expresidenta y hoy senadora Cristina Fernández.

Todo lo anterior, principalmente la crisis económica, ha hecho que su imagen decaiga en popularidad, y la encuesta que más le favorece la ubica en el 35,9%, en un significativo descenso desde el 71,3% que ostentaba cuando asumió la Presidencia de Argentina en diciembre del 2015, según la consultora Fourier & Asociados, que no le es hostil. El sondeo detalla que la imagen negativa del mandatario argentino llega a un récord del 59,9%.

A juicio de la consultora, esta caída se debe al caso de los «cuadernos de las coimas», un entramado de sobornos por millones de dólares en Argentina, que apuntan a hombres de negocios, amigos o familiares del jefe de Estado argentino. Por otro lado, el sondeo pone de relieve que el partido gobernante de Argentina, Cambiemos, perderá las próximas elecciones presidenciales del 2019.

En concreto, solamente el 38,7% de los encuestados considera que Cambiemos ganará los comicios presidenciales, mientras que el 40,6% por ciento opina que los perderá.

Haciendo un resumen de la situación, se puede decir que Mauricio Macri es blanco de críticas y acusaciones debido a sus conflictivas medidas, entre ellas, los tarifazos de los servicios básicos y transporte, así como el préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), entregando el país a este órgano, hechos que lo han convertido en uno de los presidentes más impopulares y del que mucho más habrá que decir.