Siria: Hipócrita y peligroso humanitarismo

Cuando todo parecía que el Ejército Árabe Sirio libraría del último reducto terrorista a la sufrida nación árabe, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo que sus más próximos socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y los acólitos que le quedan en el Consejo de Seguridad llamaran a detener cualquier acción al respecto, porque, según él, podría provocar una tragedia humanitaria en la provincia de Idlib, al tiempo que anuncios anónimos aparecían en las redes sociales, asegurando que cualquier acción de Damasco podría hacer cambiar la faz del planeta, preconizando una guerra nuclear en gran escala.

Ciertamente, el ejército sirio puede solucionar la situación en Idlib, convertido en un nido de terroristas, lo cual es una necesidad insoslayable para terminar la guerra que preocupa también a Moscú, Ankara y Teherán, garantes del Acuerdo de Astaná que, de cumplirse, llevaría la paz a esa nación.

Pero lo cierto es que Estados Unidos ha concentrado más de 30 000 integrantes de tres importantes grupos terroristas, principalmente por el Tarim al Sham —antes Frente Al Nusra—, el Estado Islámico y Al Qaeda, acusados estos de haber realizado el atentado a las Torres Gemelas neoyorquinas, al tiempo que llegan más de 70 camiones y varios aviones de carga para avituallar a esos grupos, organizados y entrenados por fuerzas especiales norteamericanas en 19 instalaciones que EE.UU. ha levantado allí, donde también construye a todo vapor su base número 20.

Todo esto ha sido antecedido por el denunciado propósito norteamericano de escenificar un falso ataque químico en la zona, al igual que hizo en meses pasados, con el fin de justificar el lanzamiento de misiles Tomahaw contra una instalación militar.

En este contexto, se vuelven a repetir las amenazas de Francia y Gran Bretaña de agredir a Siria, si se produce el ya mencionado ataque químico que está montando EE.UU.

Al respecto, como informamos anteriormente, ya se tienen preparados a los Cascos Blancos mercenarios que escenificarán el drama, así como las películas tomadas de antemano para la ocasión, y la divulgación por los mentirosos medios del Imperio.

Es decir, se puede dar una confrontación directa entre Rusia y Estados Unidos en Idlib, independientemente de que muchas familias están siendo usadas como escudos humanos, y presentarlas después como asesinadas por las fuerzas defensoras de la soberanía nacional.

También perturba el hecho de que tanto las autoridades provinciales como locales son controladas por la oposición a Damasco, y se han plegado a los deseos de Washington de estorbar cualquier acción que liquide el terrorismo y termine una guerra incoada por el imperialismo, que ha provocado en siete años medio millón de muertos y once millones de refugiados.

El colmo del cinismo

Trump no ha sentido pudor alguno al decir que le gustaría bombardear Damasco, si se produjera el anunciado ataque químico preparado por sus Cascos Blancos, pero no se atrevió a comentar que uno de sus socios, Holanda o Países Bajos, ha enviado equipamientos, uniformes y camiones a un  grupo terrorista denominado Frente Al Shamya, y que está involucrado en equipar con materiales químicos a otros grupos.

Cogido in fraganti, el gobierno holandés aseguró que ello ha cesado, convencido de que esos grupos no podrán vencer al ejército sirio, pero no explicó por qué es uno de los ocho europeos que apoyan a EE.UU. frente a la gran ofensiva de Damasco contra el último feudo de los terroristas en Siria, es decir, la provincia noroccidental de Idlib.

Así las cosas, la Marina rusa se ha hecho presente cerca de las costas sirias y su aviación se encuentra preparada, al igual que Irán, para apoyar a los militares sirios, en caso de que Occidente desencadene alguna acción que haga aún más difícil la situación, bajo el manto hipócrita del humanitarismo.