Vania Borges: «Los artistas somos embajadores de las causas nobles»

Acá compartimos un resumen y los videos completos de la entrevista online, para que usted se pueda reencontrar con la Vania que ella quiere presentarle a su público: «Yo misma, lo que soy, un ser humano».

¿Cuáles son las principales influencias vocales cubanas e internacionales que has tenido durante tu carrera musical?

«Mi primera influencia vocal fue mi bisabuela, que cantaba muy bonito; murió con 104 años, mi familia es más bien longeva. En mi casa se escuchaba mucha música tradicional cubana, mucho góspel, música brasileña. Mi patrón como vocalista cubana es Elena Burke; internacionales, D´Javan y Ella Fitzgerald, y todo lo que sea buena música, buena historia musical, para mí es interesante. Han salido muchos vocalistas nuevos, jóvenes, cubanos y extranjeros también, que tienen mucho swing. Y yo escucho mucha música. Todo lo que suene bien, a mí me interesa».

Precisamente con la Señora Sentimiento te han comparado a veces. ¿Qué sientes cuando te dicen que escucharte recuerda a Elena Burke?

«Cada vez que me dicen eso, me crean un compromiso muy grande y de fidelidad a la música cubana, porque que te comparen con una cantantaza como esa, que lo cantó todo y lo cantó bien, te pone en una historia que tú dices... porque no es llegar a ser como ella, como ella no va a ser nadie nunca, pero tratar de acercarnos a todo lo bueno que ella hizo».

¿Cuánto de la Vania de Bamboleo, o de esa vocalista de géneros bailables como la timba, queda en tu trabajo actual?

«Queda mucho, porque, de hecho, hace poco terminé un disco de música bailable, con la producción de Manolito Simonet y Germán Velazco, que es todo lo que hacía años no hacía. Yo estuve un tiempo separada de la timba porque quería hacer una cosa diferente. Ya que me dediqué a hacer mi trabajo como solista, no quería que me encasillaran única y exclusivamente en la música bailable, pero lo retomé, porque como el pueblo es el que manda y la gente es la que decide... ellos quisieron que hiciera un disco de música bailable y lo hice».

Desde pequeña estudiaste piano y oboe, incluso tocaste con la Orquesta Sinfónica de Matanzas. ¿Cuánto te aportó esta formación como instrumentista?

«Empecé estudiando piano, y después hice cambio de instrumento y empecé a estudiar oboe y asignaturas teóricas. Mi servicio social lo hice en la escuela de arte de Matanzas, como profesora de oboe y de solfeo, y toqué en la Sinfónica de Matanzas. Eso me ha servido de mucho, porque la preparación académica me ha ayudado a detectar notas que están mal en un arreglo, y eso no me suena, y puedo decirlo con todo conocimiento de causa. No tengo que esperar a que me traigan un disco para escuchar el tema; me puedes dar la partitura, que yo leo las notas, el sentido rítmico, los compases, y la habilidad para moverme en diferentes géneros; incluso en temas que a veces me quedan demasiado altos en el tono, puedo jugar con la melodía sin temor a equivocarme. Todo eso me lo da mi formación académica».

Eres una mujer muy cubana, sin embargo, dedicaste uno de tus discos en solitario a la obra de un español: Alejandro Sanz. ¿Por qué?

«El disco de Alejandro Sanz fue prácticamente por encargo. Yo trabajé con una disquera española en un homenaje a Joan Manuel Serrat, sus temas con arreglos de músicos cubanos y cantados por nosotros también. En este caso, me tocó a mí hacer el tema Toca madera, que quedó muy bueno porque fue bailable, se le hizo video, fue el tema que le dio promoción al disco. Después de este éxito, me hacen la propuesta, ni ellos sabían siquiera que yo siempre he sido fanática de la música de Alejandro Sanz, desde que estaba estudiando en Amadeo, y me encantó la idea. La producción fue de Emilio Vega, fue todo un éxito. Desgraciadamente, Cuba no lo licenció, Cuba se lo perdió, pero se hizo y todos los cubanos lo tienen, pero, además, es ingenioso, porque son los temas de Alejandro Sanz en clave de bolero».

¿Qué significa para ti ser popular?

«Ser popular es una misión casi imposible, porque la popularidad no la puedes confundir con la chabacanería, ni con la vulgaridad. Ser popular implica que tienes que dar la respuesta correcta en el momento correcto. Ser popular implica que el ego no te puede dominar, porque una cosa es ser popular y otra cosa es creerte que eres la última Coca Cola del desierto, y la popularidad es algo muy lindo. Yo creo que ser popular es hasta más bonito, más importante, que ser famoso. Es tan lindo que la gente te pare en la calle, que te digan cosas bonitas... La popularidad uno tiene que cuidarla, vivirla, sentirla, pero, sobre todo, respetarla, porque el pueblo se merece todo el respeto del mundo».

Has incursionado en dramatizados de la televisión y el cine. ¿Te gustaría adentrarte más en el mundo de la actuación?

«Hice Cuando una mujer y trabajé también en la película Barrio Cuba, de Humberto Solás, que hice un pedacitico con esa gran actriz, Luisa María Jiménez, que me ayudó muchísimo. Al final, si dije tres palabras del libreto fue mucho; improvisé todo lo demás y a Humberto le gustó tanto, que lo dejó así mismo como estaba. Me hizo una propuesta de hacer un protagónico en una película; desgraciadamente lo perdimos físicamente, pero me gustaría mucho seguir haciendo esas cosas. Los cantantes también somos actores porque tenemos que meternos en el personaje de lo que implica lo que estamos interpretando, del dramatismo del tema, si es alegre, triste; somos actores que nos expresamos desde el punto de vista melódico».

Si tuvieras que escoger una orquesta de salsa latina y otra de timba cubana para acompañar como vocalista, ¿con cuáles te gustaría hacerlo?

«Salsera, el Gran Combo de Puerto Rico, y cubanas hay muchas… Bamboleo».

¿Harías un disco homenajeando al Bárbaro del Ritmo?

«¿Quién no?».

¿Qué canción te falta por cantar?

«La que no se haya compuesto, la que más me interese y no ha llegado a mis manos».

También te hemos visto muy involucrada en campañas de bien público, ¿por qué?

«Yo soy de la opinión de que el artista no solo debe involucrarse en la música, nosotros somos los embajadores de las causas nobles. Me parece que un artista que se descubre como un ser humano, como lo que somos, que nos sensibilicemos con todos estos temas, que puedan ayudar a que haya un futuro mejor, qué mejor lugar y qué mejor momento que a través de la música, de transmitir la buena vibra, de dar un buen consejo, de dar un buen mensaje a través de nuestra música y utilizar nuestra imagen para eso, porque somos figuras públicas y somos seres humanos que también sentimos, tenemos amigos, familiares que han sido víctimas de la violencia, cosas que nos han tocado de cerca, y la indolencia no forma parte de mí. Siempre he sido defensora de todas las causas nobles, desde niña, y toda campaña que necesite de mi ayuda, siempre voy a estar, porque eso no solo ayuda a las personas, te ayuda a ti a mejorar, a limpiar el alma, a poner la cabeza en la almohada con tranquilidad porque sabes que estás haciendo algo útil».