Se buscan jonroneros en Barranquilla-2018

Transcurridas las primeras cuatro fechas de la pelota de los XXXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe ningún bateador del torneo beisbolero ha podido despedir a Lolita de mi vida o decirle que no a esa pelota, según las descripciones antológicas de dos grandes de la narración latinoamericana, el cubano Bobby Salamanca y el dominicano Ernesto Jerez.

Ya lo había anticipado el manager de la selección cubana, Carlos Martí, instantes previos al debut de su novena: 'aquí no se puede jugar al batazo porque la bola no camina, el aire casi siempre sopla en contra de los bateadores'.

Ello se debe al cambio de 180 grados en la orientación del diamante, respecto a cómo era en la anterior instalación, el estadio Tomás Arrieta.

Aquel recinto, antiguo templo del béisbol currambero, fue edificado en 1946 y demolido hace dos años para en su lugar erigir el Rentería, en correspondencia con los requerimientos de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe, a fin de alojar estos Juegos.

El nuevo estadio es una de las joyas que los Centrocaribes dejarán en Barranquilla, pero si la cosa sigue así sus patrocinadores tendrán que inventar una corriente artificial de aire para que la fiesta no se quede sin su invitado especial, Don Jonrón.