Rusia 2018: Le France habló el idioma fútbol con voz dorada

Rusia 2018: Le France habló el idioma fútbol con voz dorada
Fecha de publicación: 
15 Julio 2018
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Didier Deschamps, capitán de los galos en aquella ocasión, los condujo ahora el cetro desde el banquillo, con una filosofía de pragmatismo, efectividad en los momentos cruciales, sobriedad en cada frente y la velocidad de contragolpes felinos como principal argumento ofensivo.

Así coronaron un torneo bien sólido en el estadio Luzhniki moscovita con la presencia de más de 81 mil espectadores. Una actuación que tuvo su colofón con la premiación, la elección de Mbappé como mejor jugador joven del certamen, y que ni siquiera la insistente y fuerte lluvia pudo impedir se convirtiera en una fiesta, a tono con el certamen futbolístico más importante del planeta y que cada cuatro años hace converger su órbita para hipnotizar a millones de adeptos en las más insospechadas latitudes.

El partido

El partido comenzó con una Croacia buscando las oportunidades, controlando en el medio campo, lanzando los pases más precisos, pese a acumular en sus piernas los jugadores 90 minutos más de desgaste y un día menos de descanso que sus rivales.

La presión arriba de los balcánicos hizo que Strinic tuviera la primera oportunidad en el área contraria, pero su toque quedó demasiado largo y tras el córner volvió el desafío a la calma.

Haciendo más los croatas el primer gol cayó favorable a los de la Galia: un centro en cobro de falta de Antoine Griezmann desde el borde derecho del área halló la testa de Mandzukic, quien en intento de despeje defensivo peinó y anidó la Telstar en propia puerta.

Corría el minuto 19 y el ariete croata se convirtió en el primer jugador en anotar un autogol en la historia de las finales.

Salieron los croatas a buscar la igualada, con la misma actitud con la que habían encarado el certamen desde el inicio, emergiendo airosos en dos tandas de penales y liquidando a la nueva hornada de Inglaterra en prórroga.

El gol de la gratitud no se hizo esperar: Perisic soltó un obús de zurda cruzado, inalcanzable para Lloris, luego de par de toques de cabeza en el área de los suyos y un Vida colocándole la pelota a punto de regate corto y tiro.

Todavía tendría más emociones el primer tiempo. Los franceses anidarían la ventaja de penal por intermedio de Antoine Griezmann. Tiro de esquina desde el ángulo derecho encontró la mano de Perisic en el área y la pena máxima, con el justo auxilio del Var, no se hizo esperar. El cobro de Griezmann paciente, atinado, hacia el lado contrario de Subasic.

Rebic pudo colocar otro abrazo en el marcador, pero en definitiva nos fuimos así al medio tiempo.

Con la inminencia del complementario y la urgencia croata de ir a por la igualada, crecieron los espacios en sus líneas defensivas y el tercer tanto de Le France cayó producto de una displicencia de la zaga balcánica. Contragolpe que involucró a Mbappé, Griezmann y Paul Pogba. Este último en un contrarremate venció de zurda a Subasic y le dio un poco más de tranquilidad a los suyos, que ya comenzaban al 58 a soñar con la Copa.

Se convertía Pogba en el noveno jugador galo en anotar en Rusia, a la vez que asestaban otra estocada a los guerreros croatas, que intentaron minar de cuadros rojiblancos, con una revolución de más, pero en lugar de acortar la diferencia, soportaron el cuarto gol y definitivo en contra.

Tenía que marcar Mbappé, distinguido como el mejor jugador joven de la competición. Su cuarto tanto del torneo salió de una recuperación de Lucas Hernández por la derecha. Cuando tuvo el balón en sus pies no hizo más que definir como los grandes desde fuera del área. Disparo duro, buscando el primer palo, para secundar al genio Pelé como segundo portento más bisoño, tiene 19 años y 206 días, en anotar en finales. Edson Arantes Do Nascimento lo haría con 17 en Suecia 1958.

Ademas, junto a Griezmann se erigió como principal artillero de los “gallos” con cuatro perforaciones.

Croacia aún anidaría otro tanto, el del orgullo e inyección de una dosis extra de energía y anhelos, pero ya el mal estaba hecho de formas definitiva. El gol, obra de Mandzukic, quien en presión extrema forzó un error garrafal del arquero Lloris. El intento de despeje de este último casi fue un pase al botín del extremo croata y la esférica fue directo al fondo de las redes.

Ese Karius-desliz hizo además que el portero francés terminara de perder la batalla por alzarse el mejor con el belga Tibault Courtois.

Cronos consumía minutos, Deschamps metió a Nzonzi  para reforzar las labores recuperativas en el medio campo, y Croacia, pese a seguir buscando resquicios, no pudo más que conformarse con la segunda posición, pese a cinco minutos de tiempo añadido.

Reflexiones

El colofón de los galardones, al cual hubiese renunciado por ver a su once en calidad de monarca, lo recibió el croata Luka Modric, el hombre que más corrió en toda la Copa, medular en el medio sector de su elenco, involucrado como digno mariscal en todas las jugadas.

Para Croacia, al igual que para Bélgica, las palmas por su actitud, esa mentalidad ganadora, una generación de jugadores plagada de talento, al punto de alcanzar ambos los mejores resultados de su historia. Inglaterra también merece al menos unas palabras de elogio. Plagada de jóvenes con virtudes lograron avanzar y recalar cuartos.

De los llamados grandes favoritos pre-competencia, solo Francia cumplió y con creces. Los Bleus demostraron su condición, y salvo los tres goles encajados ante Argentina, y el penal que les endosara Australia, se erigieron la mejor defensa de la competición, con la dupla de Varanne y Umtiti en la zaga, complementada con los esfuerzos de Pogba y Kanté en la contención.

Rusia demostró nuevamente ser una excelente sede, vistosa, con público bien disciplinado, colorido en las ciudades que acogieron partidos, un equipo que llegó por mérito propio,  ceremonias inaugurales y de clausura matizadas por buen ritmo, ideas, colorido…

Sigue siendo el fútbol de manera creciente un mercado sumamente lucrativo, casi una mega industria con el Mundial como vitrina. Las llamadas potencias ya no le sacan, al menos no en lo visto en suelo ruso, tanta ventaja a los onces más modestos. Una de las causas es que los mejores clubes del mundo no discriminan ni tienen en cuenta la nacionalidad cuando de hacerse del servicio de los mejores y pagar desmedidamente por el talento se trata.

Me despido complacido, con la bota de oro del inglés Harry Kane también en la memoria, desde ya empezando a imaginarme lo que pueda suceder dentro de cuatro años en Catar, y con la lluvia en Moscú, y el delirio parisino como mis mayores aliados en este hasta luego.

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