La España del fútbol pasa a cuartos con el corazón

La España del fútbol pasa a cuartos con el corazón
Fecha de publicación: 
18 Junio 2012
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Donde no llega el fútbol lo hace el corazón. España sufrió y sobrevivió, con tanto miedo como empeño, y logró huir de sus demonios cuando apenas restaban dos minutos para la conclusión de un choque en el que Croacia siempre aspiró a eliminar a la vigente campeona de Europa y del Mundo con un tanto redentor que nunca llegaría. Los de Vicente del Bosque, líderes de grupo, ya no tendrían que mirar a lo que ocurría en Poznan con una Italia que pasa de ronda como segunda de grupo.

De biscottos y amaños en busca de un 2-2, ni rastro. Croacia tenía bien claro lo que tenía que hacer en el partido. Y no era otra cosa que permanecer reculada atrás sin hacer un esfuerzo de más y aguardar hasta los últimos capítulos del partido para asestar el golpe. Plan que requería jugar con un delantero menos al comienzo (Pranjic no saldría hasta mediado el segundo acto) para poder avanzar así a su gran pieza diferencial, Modric, y poblar el centro del campo con cuantos futbolistas fuera posible. Una partida de ajedrez planteada por ese loco tan cuerdo como Slaven Bilic y que a España le costó horrores acabar de descifrar.

Los de Vicente del Bosque se mostraron tan nerviosos como lentos, tan inquietos como imprecisos. Tanto atrás como delante. Sensaciones a las que Xavi Hernández no lograba poner remedio desde el gobierno y con un perro de presa como Vukojevic soplándole en el cogote. Los laterales tampoco abrían el campo, ya fuera porque a Alba lo cosieron a patadas, ya fuera porque a Arbeloa nadie se atreve a pasarle el balón. España sólo encontraba cierta clarividencia cuando lograba que el balón alcanzara a Iniesta y Silva, aunque los menudos españoles acostumbraban a morir en la orilla en un primer tiempo en el que la única ocasión fue para Fernando Torres.

El delantero del Chelsea, titular por segunda vez consecutiva en el puesto de ariete, logró escabullirse de Pranjic con una de sus celebradas bicicletas. Apenas tenía hueco, pero el madrileño soltó un fenomenal zapatazo que obligó a Platikosa a emplearse a fondo.

La respuesta croata no pudo ser más contundente. A Sergio Ramos, que acaba de errar en un mano a mano con Mandzukic, no se le ocurrió otra cosa que enmendar su error con una durísima entrada al tobillo del delantero en el interior del área. El colegiado alemán Wolfgang Stark, integrante de esa lista árbitros proscritos de José Mourinho, no quiso saber nada de la acción ante la ira croata. Lo que le faltaba a la hinchada balcánica, que volvió a encender bengalas para que el Arena de Gdansk oliera cada vez más a azufre.

Sería Modric, maravilloso en todas sus intervenciones, quien volvería a meterle el miedo en el cuerpo a España al compás de los constantes cambios ofensivos propuestos por Bilic. Quebró con suficiencia el centrocampista del Tottenham a Ramos para centrar con gusto al cabezazo franco de Rakitic. Las celestiales manoplas de Casillas evitarían el fatal desenlace.

La respuesta de Del Bosque no pudo ser más acertada. Sobre todo, porque serían dos de sus cambios quienes acabarían de ejecutar al rival a un suspiro del cierre. Cesc abrió los mares con su asistencia, Iniesta, renacido, tocó a su derecha y Navas, ya completamente solo, propinaría el último empujón a una España que descubrió el placer de sufrir.

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