Alazanes en su hora cero

Ya el año pasado llegaron a la misma instancia, y fueron superados por la mínima (0x1) por el equipo anfitrión, así que los Alazanes de Granma son más que conscientes de la importancia de este duelo, que los puede mandar a casa antes de tiempo.

También en sintonía con lo sucedido hace 12 meses, el elenco cubano finalizó la fase clasificatoria con balance de tres victorias y una derrota, por lo que las coincidencias son varias, y hay que sumar que dependerá nuevamente del brazo de Lázaro Blanco, su principal carta.

Una magistral actuación tuvo el derecho granmense en aquella semifinal contra México, y si no se impuso fue porque recibió nulo respaldo de sus bateadores, situación que debe cambiar ahora.

Con lo visto hasta el momento de estos Alazanes, hay mayor ofensiva, e incluso los hombres del banco recibieron juego al lograrse la clasificación por adelantado, lo cual los mantiene listos para salir en cuanto se les necesite.

En esto último me llamó la atención que se fuerce el regreso de Alfredo Despaigne. Ya sabemos que el muchacho quiere jugar, pero me parece que el cuerpo médico y el colectivo técnico deben ser más persuasivos con él. En primer lugar, no es que su presencia sea imprescindible, dicho esto de la mejor manera, y por el contrario, lo estamos arriesgando a profundizar una lesión que precisa sobre todo de reposo y puede comprometer su regreso al béisbol japonés. Si a esto se suma que aunque juegue, no va a estar al ciento por ciento físicamente, sobre todo a la hora de correr, entonces nos parece que lo mejor era dejarlo en la banca para utilizarlo de emergente en una situación puntual, como ocurrió este martes.

Dicho esto, lo otro es mover un poco la alineación, pues después de rendir a sus anchas el primer día, Yurisbel Gracial ha estado apagado, y no debe permanecer en un turno de tanta responsabilidad como el tercero en el orden al bate. Aquí podría darse una permuta con Raúl González, que sí ha estado encendido, y Gracial también aportaría dinamismo en el noveno turno.

Quiso el destino que fuera República Dominicana el rival, precisamente el único equipo que pudo doblegar a los nuestros, pero era un choque sin importancia para el alto mando cubano, que no arriesgó nada y prefirió dar juego, acertadamente a nuestro juicio, a los lanzadores y jugadores que no habían salido al terreno.

Ahora sí llega la hora cero, y veremos quién suena más alto, si el son o el merengue.