CRÍTICA DE CINE: Bang gang, una historia de amor moderno

CRÍTICA DE CINE: Bang gang, una historia de amor moderno
Fecha de publicación: 
5 Diciembre 2017
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Y… Por “una historia de amor moderno” la directora se refiere a que un grupo de adolescentes -sosos hasta la pared de enfrente- que crean la orgía más desabrida que ojos humanos hayan visto.

En 1995 el director norteamericano Larry Clark filma Kids, una película que narra un día en la vida de unos adolescentes de Nueva York. Los muchachos están, de puro aburrimiento y falta de guía moral, sumergidos por completo en la droga y el sexo sin protección. Un día el asunto empeora cuando se descubre que algunos de ellos tienen VIH.

Por eso Bang Gang: Una historia de amor moderno (Eva Husson, 2015), no cuenta ninguna novedad. Cualquiera pensaría que veinte años más tarde se le sumaría algo a la idea de adolescentes aburridos teniendo orgías. Pero no.

¿Soy yo o ya uno espera mucho más que el sexo por el sexo? Las escenas sexuales de esta cinta están rodadas sin valor artístico alguno. No tienen intención de denunciar nada, ni logran siquiera escandalizar al más espectador más retrógrado de la sala. A ese sexo se le hubiera podido añadir muchos valores… estéticos, filosóficos… pero se desperdicia la oportunidad.

El título original del filme es Una Histoire d´amour moderne. Es una cinta francesa. Cuenta de la historia de una delgadísima actriz de 16 años llamada Marilyn Lima que vive envuelta en disputas juveniles y en sexo inútil y desenfrenado… hasta coger la misma sífilis, que, según descubre en Internet, tuvo Nietzsche.

Eso sí: son adolescentes aburridos… con Internet. Pueden ver la vida de psicólogos, filósofos y médicos en Wikipedia, pero no llegan a identificarse con ninguno de ellos. Ya lo dijo Claude Bernard: la “materia inerte” y los “cuerpos vivos” no son la misma cosa… “El conocimiento de sí mismo es un salón espléndido e inundado de luz… al que solo puede llegarse atravesando una pared larga y nauseabunda”. Las intertextualidades de la cinta ratifican su mensaje.

La claridad no aparece cuando imaginamos lo claro, sino cuando tomamos conciencia de lo oscuro: Por medio de esta orgía llena de disputas juveniles, que ningún integrante llega realmente a disfrutar, -el sexo es visto con la misma sensualidad con que se puede desenterrar una yuca-, es que llegan nuestros protagonistas a la lucidez de lo que es válido.

Luego de este sinsabor fétido que viven estos adolescentes, lleno de celos y posesividad femenina, llegan nuestros protagonistas a un monólogo interior de calidad superior al que han experimentado en el filme. Algo de este posible futuro deja ver la fotografía del final, que pasa de mostrar con tenue iluminación los cuerpos desnudos a enseñar playas paradisiacas repletas de luz.

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