Frente a Irma: Solidaridad de la buena entre los cubanos

Cuba hoy parece un hormiguero, en las calles confluyen, de las más disimiles maneras, carros de las empresas eléctricas, comunicaciones, comunales y otros, junto a la personas que con agilidad y destrezas ultiman los detalles preparativos ante la amenaza del ciclón Irma.

En los barrios la mañana comenzó diferente, de prisa y diligentes los vecinos se ayudan unos a otros en la limpieza de los tragantes, recogida de desechos de los patios, y protección de las viviendas.
  
Espontáneamente la ayuda fluye ante el peligro inminente que representa el evento meteorológico, considerado el más fuerte e intenso según los registros de estos fenómenos.
 
Los más jóvenes y fuertes auxilian a quienes lo necesitan para trasladar objetos pesados, clausurar ventanas, puertas, o sencillamente colaborar con el acondicionamiento de cada vivienda.
  
La solidaridad de los cubanos siempre está presente, pero en estos casos toma dimensiones únicas, resulta normal que los más vulnerables se trasladen hasta la casa de sus amigos con mejores condiciones.

Quienes tienen que continuar en sus puestos de labor dejan a sus familiares a buen recaudo, porque los vecinos los cuidan, incluso no faltan aquellos que llevan hasta otras casas sus mascotas.
  
Común es ver cómo se intercambian medios necesarios como linternas, tablas para clavar las puertas y ventanas, incluso es muy fácil encontrar familias reunidas en una sola casa para aunar los combustibles y atención a enfermos, discapacitados o niños.
   
Al recorrer las calles los comentarios muestran la cultura y conocimiento de la gente, porque saben qué hacer, hacia donde ir, que recursos y medios deben tener a mano para un momento de emergencia.
  
En los campos la situación es similar, los campesinos llevan el ganado a zonas altas, apuran la recogida de las cosechas, aseguran los techos  o construyen los " vara en tierra" para cobijarse.
  
El mejoramiento de la calidad de las viviendas rurales es una seguridad real, hasta las mejores van aquellos que aún viven en inmuebles más endebles y fácilmente abatibles por los vientos huracanados.
  
La distribución de las Guías familiares para la protección ante ciclones tropicales, coadyuva al correcto desempeño personal porque toman en cuenta hasta los más ínfimos detalles imprescindibles en estos casos.
  
En los mercados y comercios los cubanos se apresuran a comprar alimentos en conservas, precocidos, y otros, dispuestos por las diferentes entidades estatales para garantizar la alimentación familiar ante el cruce del potente ciclón por el archipiélago.
  
Así, hora a hora, minuto a minuto, la mayor isla del Caribe se prepara para soportar el paso de Irma, nada queda para después porque en estos casos la organización, disciplina y serenidad cuentan como elementos fundamentales del éxito en la noble y sacra misión de cuidar a las gentes y los bienes.