FolKCuba de verano en La Habana

Durante quince días, sus participantes aprenden secretos de las danzas folklóricas cubanas de antecedentes africanos e hispánicos, así como la magia del sonido de los instrumentos de la percusión cubana.

Bailes Yorubá, Congos y de origen Arará, danzas populares cubanas como cha-cha-chá, pilón, mozambique, el son, la conga, así como la rumba y sus expresiones: yambú, guaguancó y columbia son algunas de las materias   que se imparten en este curso que tiene por sede el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, situado en calle 4 entre Calzada y Quinta, en el Vedado.

Sus participantes también recibirán clases de percusión, con incursiones en los famosos tambores Batá, Yorubá, y gϋiros, así como en los instrumentos de percusión empleados en la rumba, la conga; el congo bantú: palo, yuka, makuta. En la especialidad de canto, se impartirán cantos de origen Yorubá.

Desde 1985, esa prestigiosa compañía organiza estos Laboratorios impartidos por sus más sobresalientes figuras. Expresión genuina de la diversidad cultural que heredamos, el Conjunto Folklórico Nacional ha paseado por el mundo las mejores tradiciones danzarias y musicales de este archipiélago.

Su repertorio refleja las diversas  raíces culturales cubanas, tanto las de origen europeo, como las africanas y las llegada de otras islas caribeñas. Con particular énfasis puede apreciarse en las creaciones de esa agrupación músico-danzaria las influencias hispánicas y francesas, así como las yoruba, congo, carabalí, y arará traídas a esta tierra caribeña desde el siglo dieciséis por los esclavos africanos.

Escenarios de más de 45 países de Europa, América, África y Asia han acogido las actuaciones del Conjunto Folklórico Nacional en sus giras internacionales durante sus más de cinco décadas de historia. Disímiles públicos han ovacionado en decenas de lenguas el arte profundamente nacional de esa compañía.

El Laboratorio Internacional de Folklore de La Habana, FolkCuba, tiene anualmente dos versiones, una de invierno que comienza siempre el tercer lunes de enero y ésta de verano, que tradicionalmente abre el primer lunes de julio. Ambos tienen una duración de quince días, jornadas para el encuentro con una de las raíces culturales de lo cubano.