Béisbol Cubano: Necesitamos más ideas y menos fórmulas

Béisbol Cubano: Necesitamos más ideas y menos fórmulas
Fecha de publicación: 
8 Junio 2017
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Después de seguir toda la cuarta edición de la Serie Nacional de Béisbol Sub-23, me pareció –con una mirada lejos de las estadísticas, más bien con el sentido de las emociones— que hubo momentos muy motivantes, a pesar de los errores continuos, la racha de boletos por partido y algunas desagradables decisiones que llevó a cabo la Comisión Nacional de Béisbol, y no me parecieron justas.

Haber jugado por cuarto año en fila la categoría Sub-23, es una victoria para el béisbol nacional, pues esta estación en el deporte se había perdido por varios años, décadas donde muchos pensamos que un descenso no llegaría. Pero así es el deporte, tiene altas y bajas individuales y colectivas.

Hemos vivido el resurgir de Santiago de Cuba, con dos coronas consecutivas, de cuatro ediciones en este certamen. Villa Clara volvió a estar entre los más ganadores bajo el mando del debutante Ariel Pestano, y llegó a la final por vez primera después de haber luchado, cuando parecían tener una selección lista para el título. Mayabeque ofreció mejor rendimiento y peleó, al igual que Pinar del Río con Alexander Urquiola y un grupo joven de peloteros.

Sancti Spíritus apretó en la lucha hasta el final y Holguín nos obsequió una muestra de que, cuando se juega con amor, una novena de béisbol no se rinde.

Lamentablemente, Camagüey y Granma se vieron afectados por la inhabilitación de algunos de sus jugadores más talentosos, el movimiento que me pareció absurdo por parte de la Comisión Nacional. Pienso que se debió respetar el instante en que esos atletas fueron llamados a una preselección nacional (en vistas a la Liga Can-Am), pues casi todos estaban dentro del momento donde sus equipos luchaban sus clasificaciones.

Ahora es cuando recuerdo que, en no pocas ocasiones, se les ha comunicado a los medios de prensa que la Serie Nacional Sub-23 es para desarrollar a los jugadores y no para verlo desde el punto de vista de un campeonato donde se discute a toda costa el cetro. Sin embargo, hemos visto también el interés de la difusión del certamen, cuando los horarios de juegos están completamente fuera del alcance del público.

El torneo, como espectáculo, me atrevo a decir que tuvo el mejor –quizás único— brillo una vez que llegó a los play off, justamente cuando se discute el título de la corta temporada, esta vez aumentada de 36 a 40 juegos. Entonces, ¿cuál es realmente el sentido y el pensamiento de la Comisión Nacional? ¿Queremos espectáculo, juegos por el título o no?.

Si se juega pensando solamente en desarrollar jugadores, la Serie Nacional Sub-23 jamás alcanzará el sentido de espectáculo que el pueblo beisbolero necesita para su pasatiempo. Si se juega pensando en todo, espectáculo, jugadores y público, el béisbol ganará más. Ganaremos todos. Creo, sin temor a equivocarme, que si se juega béisbol en Cuba siempre se desarrollarán jugadores, crecerán talentos y volverá poco a poco la pasión que el fútbol (amablemente) se ha robado. También pienso, que el desarrollo del béisbol no depende de que el Sub-23 se juegue, sino de todo un sistema que apoye más la captación de jugadores y que incentive el amor al juego.

Mientras se practique el béisbol de manera oficial en nuestra nación, no podemos permitir que nadie diga ni quiera obligarnos a sentirlo solo como una serie de desarrollo. Si se juega, tiene que ser con todas las de la ley y únicamente pensando en el espectáculo que se merecen todos nuestros fieles seguidores.

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