La psiquis de los deportistas: Acercamiento desde el campo y pista

La psiquis de los deportistas: Acercamiento desde el campo y pista
Fecha de publicación: 
24 Mayo 2017
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Jugamos juntos incluso en par de oportunidades y luego la vida se encargó de hacer converger nuestros caminos: él en calidad de psicólogo del deporte, yo en mi condición de periodista deportivo.

Con experiencia de trabajo en varias disciplinas de nuestro país, como la lucha y el atletismo, además de trabajo de campo realizado con la selección nacional del deporte rey en Venezuela, en una de mis múltiples visitas al Estadio Panamericano, accedió a compartir ideas y acercarnos a lo medular que puede devenir el comportamiento psicológico de un deportista en la consecución de resultados, pues en ocasiones, el público adepto exige únicamente resultados, sin sopesar todos los elementos que deben combinarse para materializar un título, podio, o sencillamente el acceder al cuadro de ocho finalistas.

¿Qué particularidades tiene el comportamiento de las variables psicológicas en los exponentes del campo y pista?

“El atletismo es un deporte que se basa fundamentalmente en el desarrollo de la fuerza rápida. Predomina desde el punto de vista psicológico la capacidad que tiene el atleta para movilizar en corto espacio de tiempo, todo su potencial y expresarlo en condiciones exigentes como son las competencias”.

Parece sencilla esa conjugación de capacidades…

“En lo absoluto. Supone cierto ordenamiento de acciones y esto conlleva a una predisposición que no siempre se logra. Por ejemplo, en este minuto, los psicólogos del atletismo estamos enfrascados en la recuperación de la confianza de algunas de nuestras principales cartas, que en la pasada temporada y especialmente en los Juegos olímpicos de Río de Janeiro 2016 no estuvieron a la altura de los propósitos competitivos, y ni tan siquiera a tono con sus mejores registros. Esa situación la padeció en sentido general toda nuestra delegación.

Ahora mismo el atletismo atravesó un proceso de renovación de su plantilla, la mayor parte de los grupos en cada especialidad lo componen atletas jóvenes, de experiencia competitiva y oportunidades de codearse al más alto nivel limitadas. Provienen de filas cadetes y juvenil. Eso le adiciona una exigencia mayor a los entrenadores, pues coexisten atletas que están en franca búsqueda de maestría deportiva con otros que prácticamente acaban de despuntar. Los psicólogos apoyamos ese trabajo y es uno de nuestros platos fuertes: lograr un equilibrio".

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Con un equipo de lanzamiento de Venezuela

¿Dónde afloran las mayores dificultades actualmente?

“Desde hace algún tiempo estamos teniendo muchas dificultades con la estabilidad de los hábitos motores. Eso se traduce en limitaciones técnicas que se deben pulir. Por eso estamos haciendo énfasis en los ejercicios de representación que favorezcan la evolución en este sentido.

Igualmente trabajamos modelación en el terreno, pues la gran mayoría de nuestros deportistas afrontan altibajos en el manejo de las emociones. Esa carencia de  estabilidad bajo el rigor de la alta competición atenta contra la realización de sus mejores registros a la hora indicada, en el momento clave. A eso sumémosle que en ocasiones el escenario de competencia, el ambiente de un Mundial o Juegos Olímpicos, o el simple hecho de estar en el área de precalentamiento junto a Sandra Perkovic o Julius yego, largar por el carril contiguo al de Usain Bolt, Wyde Van Niekerk u otro monstruo de la disciplina, puede absorberlos, y deteriorar sus variables de concentración de la atención”.  

¿Arma de doble filo entonces pugnar o comparecer ante sus homólogos de élite?

“Resulta curioso el hecho de que muchos de nuestros mejores exponentes, sabiéndose incluso en condiciones óptimas de preparación, no materialicen marcas notorias. El ejemplo más puntual lo hallamos en Río con la discóbola Yaimé Pérez. Estuvo toda la temporada coqueteando con 67-68 metros y objetivamente el irse sin marca en la final, estuvo asociado a cómo manejó sus emociones. Pesaron otras cuestiones, pero no es únicamente su caso. Mencionábamos que es una problemática que nos golpea desde hace buen tiempo. En el área de lanzamientos específicamente, la perspectiva motivacional por la tradición que se posee, debe ser elevada, como igualmente debe serlo en el área de saltos.

No es lo mismo un atleta que se obnubila o deslumbra con el éxito y su búsqueda a toda costa, a aquel que conoce de antemano y es consciente de que de una buena ejecución técnica puede derivarse un resultado. En este caso deviene vital trabajar con niveles altos de fluidez y eficiencia en al menos el 50% de las ejecuciones. Hacia ese frente también estamos haciendo hincapié”.

¿Cuánto influye el comportamiento en la vida cotidiana, la convivencia con los otros preseleccionados, entrenadores… en la escuela?

“La adaptación al alto rendimiento y la vida en la escuela esencialmente en ese grueso de atletas jóvenes. Todas son variables que inciden y estamos enfocados a tratar de atenuar las afectaciones lo más posible como deporte. Por ahí pasa también esa recuperación de la confianza. Hablamos de una disciplina que en eventos múltiples reparte un gran número de juegos de medallas.

Por ejemplo, de cara a los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe se pretende expresar ese resurgir. Como apreciación personal creo que de la actuación del atletismo, dependerá en buena medida el rendimiento de nuestra delegación. Claro, por su ubicación casi siempre al término del calendario de competencias acarreará una dosis mayor de tensión. El escenario en Colombia puede incluso antojarse más escabroso, pues los colombianos se perfilan como una potencia emergente de la región y su equipo de atletismo es más fuerte que el de México, si hablamos de una comparación tentativa respecto a lo sucedido en Veracruz 2014, donde en definitiva el botín de 22 oros del atletismo, fue determinante en el éxito global.
Hablemos de identificación de las limitaciones…

“Dentro de nuestro quehacer, la identificación de las exigencias que para el deportista tiene la actividad que practica es un punto de partida. Por supuesto, hay algunas de índole más específica, pero la connotación de un posible resultado, su importancia social para un atleta que integra una delegación cubana, adquiere un matiz especial, del denominado segundo orden. Ya no pasa únicamente por las exigencias de cada evento, está asociado con expectativas no únicamente en el plano individual, sino también como disciplina y hasta como delegación.

Estamos conscientes del momento que vive el atletismo, inmerso en una profunda renovación y que como parte de ella involucra a preparadores que trabajaron con las figuras que nos llenaron de gloria en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, precisamente para buscar esa imbricación de lo social y el significado, con métodos de entrenamiento, apoyo pedagógico y otras cuestiones.

¿Modelos positivos a seguir dentro de nuestra preselección actual?

“Hay varios. Siempre tomo como ejemplo el retorno de Dayron. Hemos conocido que aprovechó al máximo la base de entrenamiento realizada en Alemania y es un atleta de una solidez motivacional elevadísima. Ahora aderezada con el nacimiento de su pequeña hija. A Dayron lo movilizan aptitudes de autoconfianza, enfoque respecto a lo que pudiera representar una buena actuación suya en el Mundial y en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe. Yo diría que esos deseos de mostrarse competitivo lo compulsan a entregarse a diario con todo el rigor. Hablamos de un atleta que durante su carrera se ha enfrentado a situaciones muy complejas. Todo eso lo está asimilando como elementos impulsores de carácter positivo. Físicamente está casi en óptimas condiciones.

No solo él, también tenemos los casos de los multiplistas Leonel Suárez y Yorgelis Rodríguez, la discóbola Denia Caballero, el cuatrocentista Yoandys Lescay. Son los principales ejes positivos inspiradores de la especialidad en este momento.

Métodos y herramientas prácticas para complementar el trabajo

“En ese sentido estamos inmersos en el rescate de un laboratorio que estuvimos explotando por décadas. En él evaluamos indicadores psico-fisiológicos, como tiempo de reacción al disparo, que para los atletas del área de velocidad es determinante. Yo diría que no solo para ellos, pues las capacidades de reacción y explosividad se miden en todas las especialidades. Contamos con un bloque de arrancada que permite en condiciones cuasi reales el modelaje de la forma en la que el atleta compite. Tenemos un cronómetro incorporado para evaluar en ese sentido la respuesta de cada uno de nuestros preseleccionados. Cabe acotar que actualmente si se comete una arrancada en falso, ese atleta queda descalificado, por lo que deviene sumamente importante disminuir al máximo la posibilidad de cometerla.

Nuestro equipo se compone en este minuto de tres especialistas: uno en el área de saltos, otra muchacha trabaja las pruebas de velocidad, medio fondo y fondo, y yo vinculado a los lanzamientos.

El último termómetro que tuvimos fue la Copa Cuba, y a tono con los resultados patentados en ella podemos decir que se pudo evaluar el nivel de desarrollo y despegue hacia la reanimación a la que estamos aspirando”.

Perfiles, variables psicológicas, trabajo constante. Cuestiones que a veces el espectador desecha, pero que tanto para el campo y pista como para cualquier otra disciplina deportiva, no son nada despreciables. Definitivamente para aspirar a convertirse en campeón, sus capacidades físicas deben de estar acompañadas de poder y enfoque mental.

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