Cuba devolvió la vida a mi hijo

Cuba devolvió la vida a mi hijo
Fecha de publicación: 
1 Abril 2017
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Gómez, empresario argentino, da gracias infinitas a los cubanos por su solidaridad, y los galenos que lograron, con dedicación, sanar a su hijo, de 32 años, hasta esa fecha adicto a las drogas.

Cada vez que recuerdo con el afecto y cariño con el cual fuimos recibidos en ese país, se me dispara una lágrima, apunta en diálogo exclusivo con Orbe, y reitera el agradecimiento.

Hace pocos meses su hijo está de vuelta en Buenos Aires recuperado tras pasar 97 días en Holguín, en la parte más oriental de Cuba, en un programa para la rehabilitación de las adicciones.

Fue atendido de forma fantástica no solo con medicina y disciplina, sino con mucho amor, relata Gómez, quien aún se muestra sorprendido por la manera en que allá tratan a todos por igual.

Esta es una misión que atiende a mucha gente de manera gratuita con la misma devoción y ocupación que con los que pagan, y eso se ve en pocas partes del mundo, asegura.

Al que paga y al que no, se le atiende con el mismo afecto, y a una persona enferma lo ayuda mucho a no sentirse discriminado. Eso, enfatiza, únicamente lo puede hacer un pueblo como el cubano.

Gómez resalta que a pesar de las necesidades y el hostigamiento que ha recibido la isla en estos 58 años, con un bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos aún latente, 'esto no les priva de ser generosos'.

EL AMOR A RUBEN ARIEL

Rubén Ariel se adentró en estos vicios cuando apenas tenía 26 años por circunstancias de la vida y aunque intentó recuperarse en diversasclínicas no encontraba el resultado adecuado.

Este es un tema (las drogas) que desgraciadamente nos invadió en este último siglo y nadie está exento de que le pase, le puede tocar a todos y a cualquier clase social, subraya.

Gómez relató que estuvo indagando cuál era el mejor lugar en el mundo para tratar de solucionar este problema pues estaba en un momento muy mal, era cuestión de perder la vida en cualquier momento, y varias voces me dijeron 'Cuba'.

Yo no conocía Cuba, no tenía ni noción y confié. Viajé tres veces y realmente no tengo más que agradecer porque esto no se puede hacer sin una gran calidad humana.

'El problema es que esta enfermedad no se arregla con una píldora, una charla o un cheque, se cura con cariño, afecto y disciplina y en eso la verdad me quito el sombrero ante el pueblo cubano porque son gente muy culta y humana', comenta.

Rubén Ariel ahora se encuentra en la provincia de Córdoba, terminando un ciclo para adelgazar, y espera regresar pronto a la isla, donde incluso quiere irse a vivir.

'El se enamoró de Cuba, ahora participará en junio venidero en un Congreso en la isla sobre adicciones y me pidió que quiere ir a vivir allá para aprender de esa generosidad y que encuentre la paz que no ha encontrado en otro lado'.

A una pregunta sobre las políticas contra las drogas que debe establecer un Estado, Gómez responde sin dudar: primero que todo hay que educar al pueblo.

Hay que enseñarle que eso es algo malo, si nosotros aprendemos a decir NO y cuando decimos NO, tenemos un gobierno que no hace nada, es muy difícil porque son decisiones políticas colectivas.

Debemos empezar a mirar un poco porque hay países -Cuba es uno de ellos-, que la droga no entra porque a su pueblo se le ha inculcado educación y generosidad.

A su juicio, uno no sabe cuándo va a morir, pero sí debe saber cómo quiere vivir.

' Y yo quisiera vivir como vive el pueblo cubano', concluyó.

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