IV Clásico Mundial de Béisbol: la incógnita de Cuba

Llega la hora del Clásico Mundial y tendrán que afrontar su asignatura pendiente en este béisbol moderno: la fabricación de carreras. Ese ha sido el gran Talón de Aquiles del equipo Cuba en este siglo, y de momento parece que no se ha encontrado la cura.

Ni siquiera en el Clásico del 2006 fuimos buenos en este aspecto. Hay que recordar que los juegos importantes se ganaron a base de un sólido pitcheo, pues el bateo estuvo limitado, aunque oportuno. Vaya término, porque ya que hablamos de oportuno, esta parece haberse convertido en una mala palabra para la generación de peloteros pertenecientes a la era post Kindelán, Linares y Pacheco. Frederich Cepeda ha sido hasta ahora el encargado de sacar las castañas del fuego, pero no se puede depender de un solo hombre para eso.

Este equipo que luchará a partir de la próxima semana es una incógnita, porque tiene a hombres en posiciones claves que no conocen el evento, sin dudas el de más calidad de la pelota mundial. Lugares estratégicos como la segunda base, la tercera y probablemente dos de los jardines, los defenderán jugadores que no saben lo que es un Clásico. Algunos incluso debutan en un evento grande.

Coincido con la gran mayoría en que Cuba debe avanzar a la segunda ronda, y luego veremos. No obstante, para lograr este primer objetivo es necesario manejar bien el pitcheo, porque aunque se debate mucho sobre los posibles abridores, la reglamentación de pitcheo hace más crucial la labor de quienes vienen detrás.

No creo que de la noche a la mañana haya un despertar ofensivo de la escuadra, y por eso la concentración de nuestros lanzadores y una buena defensa deben ser tareas prioritarias. En cuanto al bateo, salvo Japón no creo que otra nómina de las rivales en este primer segmento cuenten con suficientes lanzadores como para anular a nuestros toleteros.

Desde el lunes estaremos madrugando, y ojalá sea para tener amaneceres felices.