Tres jóvenes figuras del Ballet de Cuba debutarán en clásico Giselle

Tres jóvenes figuras del Ballet de Cuba debutarán en clásico Giselle
Fecha de publicación: 
21 Febrero 2017
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El Ballet Nacional de Cuba (BNC) confirmó hoy el debut de tres noveles figuras en los papeles principales de la obra cumbre del Romanticismo mundial, Giselle, bajo la dirección de Alicia Alonso.

De acuerdo con un comunicado de la compañía, el próximo 25 de noviembre se estrenará en el protagónico femenino homónimo de la obra la más joven primera bailarina de la compañía, Grettel Morejón, junto al primer solista Rafael Quenedit, quien asumirá por primera vez el papel del duque Albretch.

Un día antes, también debutará en el mismo personaje el solista Raúl Abreu, acompañado de la experimentada primera bailarina Sadaise Arencibia, mientras una pareja habitual del mismo nivel, Anette Delgado y Dani Hernández, cerrarán la temporada el 26 de noviembre.

Con estos espectáculos, el BNC completará seis funciones de Giselle en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, pues la semana anterior dio la oportunidad al solista Patricio Revé de caracterizar a Albretch por primera vez y junto a la reconocida primera figura Viengsay Valdés.

En tanto, los jóvenes Claudia García y Julio Blanes se estrenaron en los personajes de la Reina de las Willis e Hilarión, respectivamente. Giselle cuenta una historia de amor, engaño, locura y vida más allá de la muerte.

Junto a El lago de los cisnes, es el ballet más codiciado y demandado por el público y los propios danzantes, quienes lo consideran un sueño y un reto.

Alonso fue la primera latinoamericana en encarnar el personaje y, de acuerdo con la crítica mundial, su construcción del papel sigue siendo una de las más logradas.

Con algo de leyenda y toques de misterio, Giselle ejerce un encanto sobre público y artistas que ni el paso del tiempo logra amilanar pues, una técnica impresionante no alcanza para encarnar un papel cuyo retos primordiales aparecen por actuación y estilo.

La bailarina italiana Carlota Grisi, la primera intérprete del personaje en 1841, cautivó a la audiencia del siglo XIX en París y delineó algunos matices que sus seguidoras se vieron obligadas a desarrollar después, cada una según la personalidad particular y sin descuidar los requerimientos del Romanticismo.

De acuerdo con la crítica especializada, a la versión cubana de Alonso la distingue el excelente montaje del drama, el carácter, la fuerza y la comunicación entre todos los personajes.

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