Historia, abre los portones, que llegó Fidel (FOTOS)

«¡Gloria eterna a Fidel! Historia, ¡abre los portones! No pudieron detenerlo cuando era de carne y hueso. Ahora es invencible. Renacerá una y otra vez».

Israel Rojas en su perfil de Facebook

Hace una semana que los cubanos lloramos la pérdida física de nuestro líder histórico. Tenía 90 años y claro que sabíamos que este día llegaría, pero no sé por qué todos estábamos seguros de que aún tendríamos Fidel para rato.

«Nos sorprendió su fallecimiento, no lo esperábamos. Es que lo vimos hace pocos días en el Noticiero de la Televisión conversando con el presidente vietnamita. Estaba con buen semblante, sonriendo y hasta más gordito», es lo que dice la gente en la calle.

Creo que los cubanos nos hemos hecho la idea poco a poco. Al menos yo vine a tomar conciencia de su partida este lunes en la mañana, cuando el Memorial José Martí abrió sus puertas a los capitalinos para el homenaje póstumo al hombre que por medio siglo convocó, unió y guió a multitudes. ¿Cuántas veces en esta isla repetimos todos Pa' lo que sea, Fidel, pa' lo que sea? Y así fue. Muy pocos hombres en la historia de la humanidad pueden encantar así a sus pueblos.

¿Cómo lo logró Fidel? Lo primero que hizo fue gobernar al lado del pueblo, en las calles, y no desde un cómodo despacho presidencial. No olvidó a los caídos y los convirtió en símbolos de este país cuando colocó sus nombres en escuelas y hospitales, para que así vivieran en cada conquista de esta Revolución.

¿Cómo lo logró Fidel? No dejando lugar para la injusticia, pobreza, ambición, el individualismo y la desigualdad. Educando a cada uno de sus hijos. Fomentando a cada paso una cultura de liberación, antirracista, antimperialista, internacionalista y solidaria, que nos convirtió en paradigma para América Latina y en un referente mundial.

Para la continuidad de su obra revolucionaria Fidel contó con nosotros (su pueblo). ¿Cuántas veces nos llamó a librar nuevas batallas y a resistir con dignidad duras pruebas? Para él rendirse nunca fue una opción y creo que lo hicimos juntos bastante bien.

Por esa dignidad que nos caracteriza, hoy se alzan tantas voces desde diferentes lugares del mundo para compartir nuestro dolor. Amigos que nos dicen que a pesar de su muerte, tenemos también que estar orgullosos de que nuestra pequeña isla sea reconocida en los cinco continentes gracias a un hombre como Fidel Castro.

Asi lo calificó Rafael Correa este miércoles en suelo cubano: En el continente más desigual del planeta Fidel dejó el único país con cero desnutrición infantil, con la esperanza de vida más alta, con una escolarización del ciento por ciento, sin ningún niño viviendo en la calle. Y más adelante, parafraseando a Bertolt Brecht y Silvio Rodríguez, nos dijo: Conocí a Fidel y sé que jamás buscó ser imprescindible, pero sí que luchó toda la vida. Nació, vivió y murió con la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.

Ahora le toca descansar junto a su maestro (José Martí), allí en Santa Ifigenia, donde reposan los que escogieron el lado del deber y no del que se vive mejor. Ve tranquilo, no te preocupes más. Ve tranquilo, que para tus hijos será mejor hundirnos en el mar que traicionar la gloria que se ha vivido. Ve tranquilo, que nos enseñaste muy bien de qué pata cojea el vecino del norte, ese que tan rabioso ha estado de tu dimensión humanista. Ve tranquilo, que los gritos de la juventud cubana exclamando Yo soy Fidel se han escuchado hasta en el planeta Marte. Ve tranquilo, sonriendo, que nosotros nos encargaremos de que tus ideas vivan por siempre. Ve tranquilo, Padre, que tú no has muerto; en tu caso morir es VIVIR.