Fidel una llamarada de sabiduría y generosidad, afirman en Colombia

En medio hoy de los homenajes a Fidel Castro, políticas colombianas como la excongresista Piedad Córdoba, personalidades de Venezuela, Bolivia y Cuba evocaron en Bogotá su legado y dijeron un conmovedor adiós a esa legendaria figura de talla mundial.

Fidel es el internacionalista más grande del mundo, comentó Córdoba, reconocida defensora de derechos humanos quien llamó a convertir su ideario en la hoja de ruta para países como Colombia, donde además de soñar con la paz son necesarias transformaciones profundas, subrayó.

Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo tenemos que sentirnos no sólo orgullosos sino comprometidos a seguir el camino que trazó, enfatizó la representante de Poder Ciudadano, una de las plataformas que organizó la ceremonia en esta capital.

En su extensa reflexión, Córdoba destacó la capacidad de resistencia del pueblo cubano,  de una islita casi pegada a Estados Unidos -dijo- castigada por un criminal bloqueo.
Me impresionó también su generosidad, su solidaridad, insistió la fundadora de Colombianos y Colombianas por la Paz quien recordó la contribución de Fidel Castro a la búsqueda de una salida civilizada para superar el largo conflicto en esta nación andina.

Era un hombre -agregó- encantador, muy fino, pero sobre todo inmensamente sabio y una de las personas más generosas que he podido conocer, cualidad que demostró con la obra de Cuba por todo el planeta.

Al relatar varias anécdotas sobre sus encuentros con Fidel en sucesivos momentos de su vida, la también abogada evocó sus mensajes de aliento luego de que fuera inhabilitada políticamente por segunda ocasión por el exprocurador Alejandro Ordóñez, sanciones ya derogadas por el Consejo de Estado.

Te llamo para enviarte un abrazo solidario, para decirte que no puedes desfallecer, que estoy muy pendiente; fue una experiencia inenarrable, agregó la exsenadora al referirse a una conversación telefónica que sostuvo con Fidel Castro en ese difícil instante.

Otro de los oradores de la cita fue el embajador de Cuba, José Luis Ponce, quien aseguró que Fidel devoraba diariamente ciento de páginas de información, dejando siempre un tiempo para libros que le interesaban, por eso cautivaba con largas charlas repletas de conocimientos y análisis acertados lo mismo a reyes que a obreros, durmió poco y comió aún menos, expresó.

El diplomático manifestó que el emblemático revolucionario permaneció en una suerte de vigilia constante, para alertar acerca de las amenazas que rondaban a la humanidad.
En su diccionario -concluyó- no existían palabras como retroceder, ceder, rendirse, claudicar o dejarse presionar, esos espacios los llenó con otros conceptos como dignidad y entereza, de su extensa huella me atrevería a afirmar que su forma de asumir al enemigo fue lo más importante.

Durante el transcurso del homenaje la ministra venezolana para la mujer y la igualdad de género, Blanca Eekhout, lo calificó de llamarada que enciende los corazones de la humanidad.

"En los momentos más oscuros, cuando caían todos los sueños, se mantuvo una luz encendida que nunca pudo ser apagada, esperó la llegada del alba y siguió viva".

En nombre de Bolivia el exministro de Gobierno Hugo Moldiz opinó que Fidel sorprende nuevamente con el inmenso tributo que le brindaron sus coterráneos en La Habana.

Lo que ha ocurrido en la isla es extraordinario, él instaló en la subjetividad de nuestros pueblos la convicción de que Sí se puede, tras liderar lo que algunos consideran la tercera ola emancipadora del continente (en 1959), la primera fue la protagonizada por los indígenas, y la segunda la gesta contra el dominio español.
Intervinieron también en el acto de evocación el Representante a la Cámara Alirio Uribe y el periodista y escritor Carlos Lozano.