Habanastation: un acontecimiento del cine cubano

Habanastation: un acontecimiento del cine cubano
Fecha de publicación: 
8 Septiembre 2011
2


Un tema común recorre los cines, las calles, las paradas de guaguas y los hogares en Cuba: Habanastation, el último filme de estreno del ICAIC.

Hace tres semanas que llegó al público y en este tiempo ya acumuló más de 311 mil espectadores y no faltan los que la han visto más de una vez. La elevada audiencia la ha convertido en un fenómeno, la gente hace colas durante horas para entrar al cine, aun cuando está siendo exhibida en varias salas de la capital de forma paralela. Es como si la película de Ian Padrón hubiera llegado en el momento exacto, como si fuera eso lo que los cubanos estaban esperando.

Además de su éxito en la isla, Habanastation ya cosecha lauros internacionales, acaba de recibir el premio al Mejor Filme en el Festival Traverse City, en Michigan, Estados Unidos; y espera por ser presentada en Miami el próximo día 30.

Al decir de su director, la cinta ha conquistado al público pues refleja nuestra realidad sin edulcoraciones, muestra las diferencias sociales existentes en Cuba y se preocupa por lo que piensan los niños. Los pequeños y adolescentes salen del cine cuestionándose lo que necesitan para ser felices.

Habanastation ha sido el furor de este verano, pero su idea original tiene décadas. La historia, que habla sobre la amistad entre dos niños muy diferentes, es un tanto autobiográfica.

«Cuando era pequeño estudiaba en El Vedado y tenía un compañero de escuela que vivía en el barrio de La Timba; él había repetido varias veces de grado y me pidieron que lo ayudara con las materias. Hicimos una amistad. Él tenía una realidad muy distinta a la mía y eso se me quedó adentro hace 25 años».

«Me halaga mucho que esta historia haya gustado tanto y que la gente vaya a verla al cine. Yo estaba en Michigan recibiendo un premio, pero en lo que más pensaba era en los cubanos haciendo la cola para ver la película, las risas, las lágrimas, todas las emociones durante la proyección».


-¿Desde que concebiste la historia te propusiste hacer una película para niños?

-Habanastation es para todas las edades, pero está dedicada principalmente a niños y jóvenes, es un proyecto de La Colmenita. Ya existen los filmes Viva Cuba y La edad de la peseta, que tuvieron una gran acogida. Creo que esta cinta abre otras posibilidades de realización y seguramente vendrán otras películas para niños y jóvenes.


-El filme plantea problemáticas sociales en Cuba, ¿cómo te las arreglaste para transmitir estos temas de forma «digerible» para los niños?

-Creo que los niños son muy inteligentes, los de Cuba lo son. Tienen una brillantez, una ingenuidad y un corazón abierto como no lo tenemos nosotros los adultos. Muchas veces subestimamos eso, hay que hablarles como es. Los niños cubanos tienen muchos conocimientos, saben ver la vida, por eso no ha sido difícil comunicarme con ellos, que son los que más se han acercado a la película. Creo que ya tengo un contacto con ellos, que serán el público grande de mañana y también llevarán a sus hijos al cine, para ellos también quiero trabajar.


-La forma en que Habanastation plantea los problemas sociales es muy lineal, habla de las diferencias, pero sin entrar en polémica, ¿piensas que dejaste cosas por decir en la historia, era este el resultado que querías lograr?

-Es imposible abarcar todo en una película, esto es un pequeño punto de reflexión dentro de la problemática social en Cuba. Planteamos el tema, pero es obvio que la cinta ni lo va a resolver ni creará debate nacional, eso tiene que crearlo la gente y creo que lo están haciendo. Hay que preguntarse: «¿qué he hecho yo por ayudar a los demás?», esa también es una manera de hacer un mejor país.
 
Siempre quedan cosas por decir. Muchas veces hacemos cine pensando en los demás más que en los cubanos. Creo que hay que hacer películas para nosotros mismos, con nuestro lenguaje. Y en eso estoy muy contento, en que el filme es 100 por ciento cubano y si ha tenido tal repercusión, es por eso.


-Después de varios años de haber hecho el documental Fuera de liga, que marcó tu carrera, ¿cómo fue enfrentarte al largometraje de ficción?

-Fue fácil gracias al equipo que tengo, vengo trabajando con ellos desde hace 10 años, el mismo sonidista, fotógrafo, director asistente y otros que se sumaron. Son gente muy afín y me apoyaron mucho. Fue una aventura bonita.


-¿Qué exigencias te impuso el hecho de que la película fuera para niños?

-Fue maravilloso trabajar con niños. Los protagonistas, Ernesto Escalona y Andy Fornaris, son niños formados por La Colmenita, tienen una preparación muy buena, no tienen miedo a enfrentarse a las cámaras. Ellos siempre tuvieron una actitud muy profesional y a la vez fueron muy niños. Si todos los niños actores fueran como ellos, estoy seguro de que muchos cineastas quisieran hacer más películas para este público.


-El fenómeno en que se ha convertido Habanastation se parece mucho a lo que sucedió con la recepción de la película Suite Habana hace 8 años. ¿Lo esperabas, qué significa para ti?

-Me halagan mucho esas comparaciones, otros incluso me han dicho que fue algo parecido a lo de Fresa y chocolate, es un honor porque Fernando y Titón han sido grandes cineastas, pero yo no veo esta película a la altura de esas. Esta es mucho más sencilla, pero ha tenido mucha promoción entre el público, de boca en boca, por la temática que trata. Aquellas son monumentos del cine cubano.

Comentarios

Ningún filme es comparable a otro. Comparar el ciudadano Kane con Casablanca es un disparate y son dos monumentales obras. Tratar de medir a Habanastation por los resultados obtenidos o la calidad en sí de Fresa y Chocolate sería otra barbaridad. Lo realmente importante es permitir, facilitar y estimular a quienes sean capaces de producir obras como esta y no las muestras recientes de pseudoarte o de buenas intenciones llegadas a mal puerto.
Vi la película ak en Venezuela donde cumplo misión como colaboradora, y realmente, me impactó, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una película cubana, y me considero una seguidora de este cine y del latinoamericano en general. Me reí y lloré a la par, ese papalote, preferido por los niños antes del juego con el artilugio del playstation, de verdad que fue la imagen real de los valores más humanos y lindos que debemos preservar en nuestros hijos. Impacta y duele ver las diferencias que perduran en nuestra sociedad, esa que nos empeñamos en mejorar cada día, para que todos los niños y los jóvenes tengan las mismas oportunidades y todos tengan papalotes y playstation por igual. Ojalá y siempre vuelen papalotes grandes en el cielo cubano!!!!!! Gracias por la película, me llevó por un rato a mi isla linda.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.