"Juego, luego existo". Firma: El viajero in-móvil

"Juego, luego existo". Firma: El viajero in-móvil
Fecha de publicación: 
23 Septiembre 2016
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¿Hasta dónde llegara la despoetización, el descerebramiento inmovilizador que la sociedad de consumo inocula en cada ser humano, globalizando su seudocultura consumista (o “cultura” de los poderosos mercaderes hacia los pobres consumidores)?

Aquí va un aterrador ejemplo que está circulando en Internet, la carta de un profesor universitario que renuncia por ausencia de alumnos en su clase, que están frente a él, en sus pupitres, pero como autómatas.

Envueltos en esa colosal propaganda que está en el viento, que es ya como otro oxígeno, que impregna los objetos que nos circundan a cada instante, no vemos lo absurda que se va convirtiendo la existencia humana; los objetos nos mandan, nos usan, hemos pasado a ser objetos subordinados a los objetos. Un auto no es –hace décadas- un medio de transporte, sino un indicador de status, de categoría social, un cuño que avala tu capacidad sexual, las posibilidades de encontrar el “amor”.

Ahora el auto y sus marcas, empiezan a ser sustituidos por los móviles, porque el desplazamiento de los humanos comienza también a caducar (paradójicamente, cuando las oleadas de migrantes, con la cataclísmica tragedia se torna cotidiana y el mundo las contempla sin gritar, como un show televisivo más) ese pequeño “hogar” con teclado -que está invariablemente en nuestras manos- sustituye las funciones vitales, en acelerado proceso, y ya no nos interesa ni hablarnos personalmente, ni mirarnos, ni tocarnos, el “aparatico” es nuestro yo:

-juego-, dime, sí, ok, -juego-, ¿eh? Sí, ¿qué?, -juego-, -juego-, ya, (escribo algo: como quiera, ya ni la ortografía ni la coherencia, ni la redacción, nada, -juego-, -juego-, importa) el otro, los otros, son imágenes y sonidos en el móvil, entre juego y juego, el mundo se va desdibujando, se borra.

Los que nacen, amamantados por ese picado –juego- juego- duérmete- juego- sí, lo estoy-juego- durmiendo- nos vemos, -juego- juego- mi niño- ¡ah, perdí el nivel entretenido con la llamada! –juego- acaba de dormirte, -juego. Y ese que viene, que con la leche materna, se amamanta de –juego- juego- juego-, ya tiene incorporado que puede tener el mundo en sus manos, literalmente.

Crecen haciendo todo con sus dedos, en la compu o en el móvil; ya no hace falta bate, ni guante, ni pelota para jugar al beisbol, no hace falta llamar  a otro amiguito, si acaso nos conectamos para jugar en red; cada día las personas, la historia, la realidad, el mundo, se van desdibujando, nos vamos centrando en el aparatico, en los aparaticos: juego, luego existo.

En 1995, cuando ya me espantaba este proceso de deshumanización y eso que era la época de palo (pero ¡por supuesto que el “móvil”, es solo uno de los cuchillos de esta vieja masacre!) escribí una canción a la que nunca le pude poner un título, no por falta de intentos, pero todos han quedado en provisionales, se pierden como la razón, la sensibilidad, los sueños, el prójimo, la vida. Quiero con ella dar paso a la carta de este profesor, espantado de todo, como nuestro Martí. Vale decir como él: tengo fe en el mjoramiento humano, en la utilidad de la virtud, y en ti.

Las calles de este tiempo van a dar a una pecera.
Las manos ya no palpan, las miradas son de cera,
la gente va adaptándose a nadar
y hace maromas por entrar a las vidrieras.

El nuevo dios,
un maniquí dentro de un reino de Babel
donde el idioma universal es de papel.
Los peces se retractan de la mar
van a la iglesia a des-orar
y en el altar dejan la piel.

No hay que reír, no hay que llorar,
no hay que decir, ni que escuchar,
ni maldecir, ni que adorar,
ni descubrir, ni que inventar:
La vida viene hecha en una caja de cristal.

Tomado de http://eldiablo-ilustrado.blogspot.com/2016/09/juego-luego-existo-firma-el-viajero-in.html

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