Balones a rodar con inicio de Eurocopa de fútbol en Francia

La escuadra gala buscará su tercer torneo continental, mientras que la rumana intentará mejorar su actuación en una evento de este tipo, al llegar a cuartos de final en el año 2000.

Por primera vez, 24 selecciones nacionales del llamado viejo Continente participan en una fase final de la cita que se desarrollará en un contexto marcado por los atentados terroristas de los últimos meses en varias capitales europeas.

Como anfitriona, la nación gala se clasifica automáticamente para un certamen que se disputará hasta el 10 de julio y que tiene entre sus principales favoritos -además del conjunto local- a los de Italia, Alemania, España e Inglaterra.

España es, y por dos veces consecutivas, el campeón defensor. Sin embargo, nada está seguro hasta que se agote el último minuto del juego final.

Alrededor de 2,5 millones de espectadores son esperados en los estadios del país para asistir a los 54 partidos de la competición.

En total, las sedes y los espacios dispuestos para que los aficionados puedan ver los encuentros en pantallas gigantes, deben albergar a unos siete millones de seguidores, lo cual supone un reto para los encargados de garantizar la seguridad en las condiciones actuales.

La realización de la Eurocopa de fútbol y sobre todo que se mantengan las llamadas zonas de fanáticos, genera criterios encontrados en Francia, en medio de la amenaza terrorista.

Más de 90 mil agentes serán desplegados como parte de las medidas de seguridad, informaron fuentes gubernamentales.

El Ministerio del Interior precisó que movilizaron 77 mil efectivos dependientes de ese gabinete (incluidos 10 mil militares), más 13 mil agentes de seguridad privada y otros mil voluntarios.

El 100 por ciento de precauciones no garantiza el riesgo cero. Hacemos todo lo posible para evitar un ataque terrorista y nos preparamos para responder, expresó el titular del Interior, Bernard Cazeneuve, en una entrevista publicada en el periódico especializado L'Équipe.

El objetivo del gobierno es que la Eurocopa sea una manifestación festiva, al tiempo que recordó que "hay una amenaza terrorista sin precedentes en Europa, y por tanto en Francia".

Se tomarán medidas excepcionales en los accesos a esas zonas, como cacheos de seguridad, detectores de metales y prohibición de entrar con equipaje, detalló.

Más allá de alertas y desacuerdos, el gobierno insistió en mantener la cita deportiva, al considerar que no hacerlo "sería una derrota", según las palabras del primer ministro Manuel Valls.

Unido a ello, el encuentro llega a una Francia que desde hace más de tres meses vive reiteradas jornadas de huelgas y manifestaciones contra un proyecto de reforma laboral del Ejecutivo, criticado por la mayoría de los ciudadanos.