Brasil: Ratas abandonan

Brasil: Ratas abandonan
Fecha de publicación: 
30 Abril 2016
0
Imagen principal: 

Ni democráticos, ni progresistas, ni sociales, como se autodenominan, eran esos entes que apoyaban al gobierno que encabezaba el Partido de los Trabajadores y la presidenta Dilma Rousseff, lo cual revela su complicidad con el vicepresidente Michel Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha para destituir a la mandataria y complementar el golpe “blando” gestado por el Imperio contra los gobierno progresistas latinoamericanos.

Campesinos sin tierra y obreros encabezan en estos momentos las manifestaciones de apoyo a Rousseff y de rechazo a los golpistas, conocedores de quienes son realmente esos elementos que hoy quieren usurpar el poder.

El mercado económico capitalista cree que puede mejorar la situación del país, por eso cada vez que sale adelante algún procedimiento contra el mandato de Rousseff, la bolsa de valores brasileña sube y el dólar y el euro caen. Los economistas neoliberales piensan que con Temer -o cualquier otro presidente que no sea Rousseff- pueden cambiar algunas políticas y los inversores van a volver a hacer negocios en el país con más confianza.

Además, el panorama político mejoraría porque el PSDB, principal partido de la oposición, se comprometió a darle sustento a Temer. Sin embargo, la popularidad de Temer no es alta, por lo cual quiere evitar nuevas elecciones.

Se acusa al Ejecutivo de maniobras fiscales en el cierre de 2014 y 2015, que le habrían servido para maquillar las cuentas al retrasar el pago de préstamos del Gobierno a bancos públicos. El Ejecutivo se defiende diciendo que no cometió ningún delito de responsabilidad, que en todos los gobiernos anteriores se había hecho lo mismo para intentar encajar presupuestos, y que sólo a él se le juzgaría por eso. Según el abogado-general de la Unión, José Eduardo Cardozo, no pueden expulsar a Dilma de la presidencia por “motivos políticos”.

Lo paradójico es que tal hecho fue aprobado también por Temer, quien aspira a usurpar el mandato constitucional de la mandataria hasta el primero de enero del 2019.

La Presidenta niega haber cometido algún delito y enfatiza que no enfrenta cargos de enriquecimiento ilícito, desvío o lavado de dinero, como sí ocurre con muchos congresistas.

En el Congreso de Brasil buena parte de los 594 miembros registran cargos y condenas en los tribunales, incluso por lavado de dinero o tortura.

Esas manchas alcanzan a 303 de los congresistas (59%), y dieron sorpresas a la hora de definir quién debía ser el primer diputado que dijera sí o no al juicio político, Alfonso Han, investigado por involucramiento en el colosal escándalo de corrupción en Petrobras.

Además, 49 de los 81 senadores figuran con procesos o condenas en la justicia y tribunales de cuentas
Aunque las mujeres son mayoría en la población brasileña (51%), dentro del Congreso solo ocupan cerca de 10% de los 594 escaños de ambas cámaras.

"Vivimos en un país muy conservador", dijo Guilherme Prates, un actor de 23 años, en un acto en Copacabana contra el juicio político a Rousseff. "Es como si una mujer todavía no inspirase mucha autoridad, y eso se nota cuando ves el número de mujeres congresistas".

Jean Wyllys, un diputado que trabaja en temas de género, diversidad sexual y minorías, sostuvo ante sus colegas que el proceso a Rousseff es una "farsa sexista" que él no apoya.

"Aquellos hombres no tienen respeto por Dilma primeramente porque es mujer", dijo,  tras la votación. "No admiten una mujer en el espacio de poder".

Representante del Partido Socialismo y Libertad, Wyllys relató que suele escuchar a diputados diciendo cosas como que Rousseff "es incompetente porque es mujer". Añadió que, cuando votaban las diputadas de oposición y las más blancas, las llamaban de 'linda', 'bonita' o 'princesa', Y a las diputadas del campo progresista y anti impeachment, gritos ofensivos".

Durante la sesión, seguida por TV en todo el país, Wyllys escupió en la cara del diputado Jair Bolsonaro, un militar retirado ultraconservador que dedicó su voto pro impeachment al fallecido coronel Brilhante Ustra.

Ustra comandó de 1969 a 1974 un órgano de represión del régimen militar brasileño donde, según la Comisión de la Verdad, al menos 50 personas fueron asesinadas o desaparecidas y 500 torturadas, por ejemplo con descargas eléctricas en los genitales.

La actual Presidenta recibió torturas en esa unidad, tras ser detenida en 1970 por integrar un grupo guerrillero de izquierda.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.