Ecuador enfrenta guerra de desgaste

Ecuador enfrenta guerra de desgaste
Fecha de publicación: 
17 Febrero 2016
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En esta ola imperialista de ataque a los gobiernos progresistas de Suramérica, Ecuador es en estos momentos uno de los puntos de mira del arsenal de la contrarrevolución, que trata de crear un clima de malestar ante la clara, precisa y valiente decisión del presidente Rafael Correa de eliminar la corrupción en las filas militares.

Si ayer el mandatario cercenó intentos golpistas de elementos abiertamente paramilitares dentro de las filas policiales, hoy ha dispuesto la cesación de mandos que han estado entronizando la corrupción en las filas de las Fuerzas Armadas, para beneficio personal y compra de conciencias de las clases intermedias.

Pese al manejo mediático controlado en gran medida por la oposición y el malestar que esta ha levantado en torno a la cesación del alto mando militar, este movimiento contra la denominada Revolución Ciudadana no ha rendido los frutos deseados, ante la movilización popular de apoyo al mandatario.

Todo esto se enmarca en la intentona imperialista iniciada el 8 de julio último para derrocar a Correa o, por lo menos, desgastar peyorativamente su figura e impedir que vuelva a ser electo en los comicios presidenciales del 2017.

La oligarquía ha tratado de aprovechar la desfavorable coyuntura creada por los bajos precios del petróleo y el sistemático ataque de los medios corporativos locales e internacionales contra Quito, en los que han estado presentes protestas violentas en las calles y llamados al derrocamiento del gobierno legítimo.

Si el pretexto antes era la iniciativa de la Ley de Redistribución de la Riqueza enviada por el presidente a la Asamblea Nacional, que establece un impuesto progresivo a partir de 2,5% a las herencias entre 35 400 y 70 800 dólares y afectaría a solo 2% de la población, ahora es la decisión de sustituir al alto mando militar- en el que reconoce Correa tiene buenos amigos-, por su papel nada claro en la compra de terrenos y la desproporción de ingresos entre los bajos y altos rangos.

 
Lo hizo mientras defendía su decisión de relevar al alto mando militar por el conflicto que surgió por el precio del terreno que el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA) vendió al Ministerio del Ambiente en el 2010 para la construcción del Parque Samanes, en Guayaquil.

“En salarios hemos tenido la fuerza pública mejor pagada de la región y en pensiones, tal vez del mundo, sobre todo los altos oficiales”, manifestó. Y advirtió: “Ahí hay que hacer un ajuste. Hay que enfrentar ese problema. Ojalá podamos subir a los que ganan menos (...) y bajarle un poquito a los que se nos están jubilando con 5 000 dólares, porque no hay derecho a recibir tanta jubilación”.

Correa reconoció que no se les puede disminuir los ingresos a los militares ya retirados, porque sería inconstitucional. La solución, añadió, sería congelar las pensiones actuales y disminuir las de los uniformados que se jubilen en el futuro.

“Yo conozco de eso porque mi suegro es un alto oficial retirado (...). Fue comandante de una de las ramas del Ejército belga (...). Y créanme que su pensión como mucho, como mucho será 3 000 euros. Y aquí hay gente que gana 5 000”.

Desde el 2007 hasta la actualidad, los ingresos del ISSFA han crecido de 87 millones de dólares a más de 350 millones, mientras que los salarios y pensiones de retiro han aumentado entre cuatro y nueve veces. Dio como ejemplo que un coronel en servicio pasivo recibía 661 dólares de pensión en el 2001 y que ahora percibe 2 600.

Con respecto al terreno que el ISSFA vendió al Ministerio del Ambiente, el precio que se debió pagar era de 7,3 millones de dólares, pero el real fue de 48,2 millones, por lo que deben ser devueltos poco más de 41 millones, que el alto mando militar dijo que no está dispuesto a devolver, por lo cual fue destituido por el Presidente.

Lamentó que haya tenido que tomar esa decisión, puesto que, reiteró, tenía amigos en la anterior cúpula. Luis Santiago, que comandaba la Marina, lo acompañó durante el enfrentamiento a la fallida asonada contrarrevolucionaria policial del 30 de septiembre del 2010.

Correa indicó que las pensiones militares están garantizadas por el art. 370 de la Constitución y por el propio ISSFA, y agregó que la institución "está más solvente que nunca". "Sepa el pueblo ecuatoriano que el gobierno paga anualmente al ISSFA cerca de 500 millones ¿Por 41 millones va a 'quebrar' el ISSFA?”, cuestionó.

Afirmó que se trata de una cuestión de principios, "y en eso seremos inclaudicables, como los verdaderos soldados” subrayó ante una de las demostraciones de apoyo a su mandato en esta nueva escaramuza de la ola desatada por el imperialismo para denigrar su figura.

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