MIRAR(NOS): Amor y sexo; juntos pero no revueltos II

MIRAR(NOS): Amor y sexo; juntos pero no revueltos II
Fecha de publicación: 
1 Enero 2016
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A Northrop Frye debemos el texto The Anatomy of Criticism: uno de los textos más influyentes para la crítica de su tiempo. Frye parte de una exploración de las necesidades básicas del ser humano, a las cuales incorpora en dos grupos: las primarias y las secundarias.

 

Las primarias tienen que ver con el sexo, la comida, la propiedad y la libertad de movimiento; mientras que las segundas se refieren a las filiaciones religiosas, políticas e ideológicas. Frye cree, además, que los mitos fundamentales de la humanidad expresan angustias sobre las preocupaciones primarias.

 

De tal suerte, los desvelos y las ansias no es que estén vinculados a una marea de obstáculos siempre presentes pero es una verdad como una casa que se han mantenido efectivos a lo largo de la existencia de la humanidad.

 

Y por lo mismo desconsoladamente, sin esperar a que cambien los semáforos buscamos la paz. Nos llega a cuentagotas cuando menos que más las cuestiones fundamentales han sido resueltas.

 

Nadie me negará que sea harto complicado tener buen sexo en la cama, excelentes manjares que degustar en la mesa y libertad de acción en todo lo que emprendamos. Absolutamente, es improbable cumplir toditos esos sueños.

 

Conformista, in extremis a veces, el hombre en su sentido genérico se conforma con por lo menos satisfacer una de sus necesidades vitales. De modo que si el sexo es más o menos, nos contentamos con la buena convivencia y la confianza como evidente corolario de que todo está bien, hasta el momento, con nuestra pareja.

 

Hagamos un alto en el camino, a ver si las cosas cambian para 2016. (Por cierto, ¡Felicidades!) Tener buen sexo ¿de qué depende?

 

Con el propósito de establecer si los estereotipos sobre las mujeres y el sexo eran cierto, una encuesta reveló que más de la mitad de las 500 encuestadas votó por la “conexión emocional” como el aspecto más importante para tener buen sexo. Menos de 1/4 de las encuestadas dijo que el “juego previo” era lo esencial, y sólo alrededor de 10% opinó que la “comunicación” era lo más importante.

 

Ellas eran australianas, pero desde aquí también se aplican tales preferencias a la hora en punto de iniciar los “retozos de alcoba”.

 

La investigación reveló que más de la mitad de las mujeres sentía que no estaban teniendo suficiente sexo y aquí viene lo interesante: 3/4 partes aseguró tener deseos de tener actividad sexual más de tres veces por semana.

 

Sexo, sexo, en el umbral de 2016 parece que todo tiene que ver con sexo. Sería muy bueno, ahora que nuestros niños ya no creen en cigüeñas ni en las semillitas de donde vienen los bebés que nos pusiéramos a cavilar, al menos una vez por semana, sobre las cosas buenas que la vida nos ha dado.

 

De las satisfacciones espirituales hablo, un poco más fáciles de poner por obra que aquellas, las que involucran deseos carnales. Por supuesto,  no le exhorto a que se conforme porque los conformistas, a mi juicio, poseen escasísimo carácter y ahora mismo, la supervivencia de su especie pende de una cuerda floja.

 

Lo mejor de todo es que después de esta lectura seguiremos, a lo largo y ancho del mundo, desesperadamente anhelando (como si tanto idilio nos la fuera a regalar) la realización completa y universal de nuestras necesidades básicas. Alimentemos a fin de engordarlas todas las que estén a nuestro alcance.

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