Confirman presencia de Carlos Manuel de Céspedes en Egipto

Gracias a la colaboración del Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, se pudo comprobar en los fondos del Archivo Nacional de Cuba la presencia del patriota a bordo de la fragata Sílfides, el 27 de julio de 1842.

Según los datos aportados por la bitácora del buque, que tiene por nombre Libro de Finanzas para los pasajeros que llegan de Ultramar, se confirmó que el pasajero Carlos Manuel de Céspedes entró a La Habana proveniente de Turquía a través del puerto El Havre, Francia, después de estar tres meses en Europa recorriendo varias naciones.

Gloria Salomé Nejme Franco, especialista en bibliotecología en la Sociedad Cubana de Pedagogos de Cuba, quien llevó a cabo la investigación, comentó en exclusiva a la AIN que en aquel entonces no existía Egipto como país, pues imperaba el Período Otomano y pertenecía a Turquía como tal.

Significó que la visita de Céspedes está dada porque en esa época era necesario revalidar el título de Abogado en España.

Explicó que una vez realizado el examen en la Universidad de Barcelona, el joven Céspedes (32 años) debía esperar tres meses para recibir su diploma de Abogado del Reino, por lo cual inició un viaje por algunos países para conocer su cultura y tradiciones.

Los escritos y publicaciones encontradas reflejan su visita a Alemania, Italia y Turquía, aunque no se tienen referencias que avalen su paso por Marruecos y Siria, entre otros.

A raíz de estos encuentros con la cultura egipcia Céspedes escribe un extenso poema dedicado al Pico Turquino en el cual se puede leer:

Eres cual como las pirámides de Egipto
un monstruoso sarcófago profundo
de otra civilización y otros ritos
eres un monumento moribundo
y esperas hoy desde tus altas cumbres
que vuelvan bien esencias y costumbres
En el poema que escribió el 19 de mayo de 1852, luego de la muerte de Eduardo G. Lebredo, dirigido a su amigo José Fornaris, se puede leer en la séptima estrofa:
¿Cómo creer el delicioso viaje,
la paz que gozan los callados muertos?
Son negras sombras de talar ropaje
que vagan por estériles desiertos.
La cultura egipcia despertó interés en Céspedes que llegó en ocasiones a llamar a su esposa Nefertitis, nombre de una de las reinas más bellas que tuvo Egipto.