Mi nombre es Malú

Mi nombre es Malú
Fecha de publicación: 
25 Enero 2012
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Cuando estaba en séptimo grado, sus compañeros de aula comenzaron a llamarle Malú, a propósito de una telenovela brasileña de turno, pero él no se disgustaba ni sufría, asegura que “al contrario, ¡me encantaba!”.

Todavía no vestía como hembra pero, según declara, “ese momento marcó mi salida del closet”. Y hoy, con 29 años, a quien se tropiece con Malú Cano Valladares por las calles de esta Habana le será difícil sospechar que esa esbelta trigueña de largo pelo negrísimo y rítmico andar nació hombre.

 

Malu conversa con Cubasi

Sin tonos altisonantes pero con total seguridad, relata a Cubasí que comenzó a sentirse diferente desde edades muy tempranas y ya en torno a los 13 años, en su natal Cienfuegos empezó a llevar ropa del otro sexo. Para sus padres, fue una total catástrofe, y como salida al total rechazo que de ellos recibió, decidió cuando estaba en octavo grado irse de la casa. “Y nunca más regresé”.

Le pido que hable de aquella etapa, que comparta conmigo algunas de aquellas vivencias que sospecho dramáticas, pero responde con evasivas. Solo después de insistir responde, pero más dice el desamparo en sus ojos que lo que cuentan sus palabras: “¿¡Qué te voy a decir?!: no tener donde dormir ni qué comer, amanecer en una parada de guagua, no tener nada ni a nadie, nadie que te de un abrazo, un familiar que te ayude en los momentos más importantes de tu vida…Pero yo soy una persona muy arriba, no  me gusta que nada me derrote y por eso no quiero acordarme de eso. Pero ni te puedes imaginar cuánto pasé. Otra en mi lugar, no sé qué hubiera hecho.”

Luego de una pausa en que se acomoda la abundante cabellera y aquieta el pie, apresado en zapato de altísimo tacón, que no había dejado de mover; Malú coge aliento como para subir una empinada cuesta y confiesa: “A ver, mi vida no ha sido color de rosa”.

A tal preámbulo siguió la narración de cómo tuvo que vivir en casa de amigas travestis, de las que tenía que depender económicamente. Trató de seguir estudiando, terminó noveno y empezó el preuniversitario, pero lo dejó. “No me quedó otro camino que recurrir al sexo transaccional, como muchas de nosotras. Lo veíamos como una forma para buscar dinero fácil, pero no lo es. Hay que ver las consecuencias que trae, sicológicas y biológicas, porque recuerda que el Sida se concentra sobre todo en personas que tienen relación con su mismo sexo.”

Le pregunto si en alguna ocasión fue golpeada, violada, pero evade de nuevo: “algo de eso también”.

-¿Nunca tuviste miedo?

-No, nunca. Soy una persona muy arriesgada. Me pasaron cosas, tuve problemas…, pero nunca he tenido miedo ni me he puesto nerviosa.
-¿Cuál es tu mayor deseo en la vida?

-Sé que va a llegar: siempre yo he deseado ser una mujer desde el punto de vista biológico, porque no serlo me ha traído frustraciones. Porque sí, he tenido parejas, pero no son lo que yo quiero, a mí me gustan los heterosexuales, y en realidad quienes se acercan a nosotras son los homosexuales. Aunque identifican nuestra parte más femenina, nuestros genitales son en realidad masculinos y eso no es lo que deseo para mi vida. Tengo aspiraciones de de ser operada, estoy en estudio para eso, y sé que me tocará pronto, aunque no tanto como yo quisiera.

Entre sus sueños está también poder tener un  hijo antes de operarse. “Con una mujer, sí; pero no acostándome con ella, ¡dios me ampare!, mediante la inseminación. Eso me encantaría.

-¿Siente que hoy eres mas aceptada?

-Siempre va a haber rechazo, porque las personas todo lo que ven diferente, lo rechazan; pero hemos avanzado. Antes, ibas por la calle y todo el mundo fijaba la atención en ti; ahora también lo hacen, pero de una forma diferente. Ya la gente como que te va tolerando. Claro, no es solo tolerancia lo que queremos, sino aceptación. Pero ya por lo menos caminamos tranquilamente por la calle, y no hay muchachos que te agreden, ni físicamente ni con gritos, no al contrario. Ahora en los mismos grupos de muchachos, si alguno te grita, esos mismos rechazan al que te esta molestando, y le dicen ‘¿pero por qué?’.La juventud sobre todo, acepta más; en eso han influido todas las jornadas contra la homofobia, y la visibilización que ha tenido el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX).

Aunque considera el amor como sinónimo de “alegría y felicidad, y también para compartir tristezas, los buenos y los malos momentos”, confiesa haberse enamorado una sola vez, “lo demás han sido solo aventuras”. No obstante anhela volverse a enamorar porque “las relaciones me hacen falta sentimentalmente, no sexualmente.”

-¿No te gusta el sexo?

-Sí, pero no es lo que busco en una pareja. Puede ser un complemento en la relación, pero por lo menos para mí no es importante.

-¿Confías en que a lo mejor este año el Código de Familia, según ha anunciado Mariela Castro,  tenga sus readecuaciones en cuanto al reconocimiento de la diversidad sexual?

-Es algo que hemos estado esperando hace mucho. Creo que ya estamos en tiempo de que sean aprobadas esas modificaciones. Vivimos en un país socialista donde todos tenemos los mismos derechos  y deberes;  y para que así se cumpla, todos tiene que ser todos. Porque nosotros vivimos también en este país, somos parte de él, si no, no estuviéramos aquí. Yo he tenido posibilidades de quedarme en otro país y no lo he hecho, vivo aquí porque quiero a Cuba. Hay quienes hablan de lo lindas que se ven las cosas en otros lugares, pero hay que vivir afuera para ver lo “lindo” de cerca.

“He estado en Nicaragua y en Panamá, allí he intercambiado con travestis, con transexuales, y dicen que la pasan muy mal; ven todo lo de nosotros mejor que lo que viven ellas, porque sufren un el rechazo muy grande, todas la s sociedades de ellas son también homofóbicas. Te puedes imaginar cuánto puede costar una operación de cambio de sexo en esos países, y aquí es gratuita. No sé cuánto les puede costar, pero es una cifra alta que ellas no tienen posibilidades de alcanzar. Nosotros tenemos aquí todo gratuito, demora la operación, pero sabes que llegará el momento.
 
Malú cursa actualmente la facultad obrero campesina donde está terminando su doce grado. Luego de formarse como promotora de salud en Cienfuegos, desde el año 2006 desempeña en la capital el cargo de facilitadora nacional del CENESEX. Concede esta entrevista en un receso del 6to Congreso cubano de educación, orientación y terapia sexual, cuya credencial lleva con orgullo colgada al cuello.

Como en ella puede leerse Malú, le pregunto por su verdadero nombre:

-Hace muchos años, desde que me trasladé para La Habana, todo el mundo me llama así; son muy pocas las personas en este mundo que conocen como verdaderamente fui inscrito. Pero no importa que en el carné de identidad aparezca otra cosa. Mi nombre es Malú.

Comentarios

En realidad, no se a donde vamos a parar, la verdad que tenemos muchísimas dificultades en nuestro sistema de salud para estar soñando con estas cosas que de verdad las veo muy absurdas, no discrimino a esta gente ni mucho menos, las acepto tal y como son pero creo que hay que poner bien los pies en la tierra.
Que viva Maluuuuuuuuuuuuuu
no se porque a las personas les molesta el problema de Malu. Ella en realidad tiene una contradiccion muy grande, es hombre y piensa y siente como una mujer. Es muy triste y debe estar sufriend. Mariela lo ha explicado en varias ocasiones, la cirugia de cambio de sexo a las personas que como Malu lo necesiten porque psicologicamente se pueden afectar no es un capricho, es una necesidad.
la vida es un misterio, lei hace mucho tiempo que el cerebro esta dividido para todo el cuerpo, si esa parte sexual esta inclinada se es homosexual o lesbiana, hay que respetar al ser humano por su bondad,ayuda al projimo, etc. Malu sigue adelante, peor es la pornografia y violencia en las novelas y peliculas, eso es detestable, espera con calma tu operacion y que dios te bendiga. A mi me entretienen mucho los gays. un abrazo.
Ser homosexual es una orientación sexual y cada cual es libre de decidir lo que quiere en su vida, eso debemos aceptarlo. En lo que no estoy de acuerdo es en las operaciones de cambio de sexo, y más aún en las condiciones de nuestro país. Un ejemplo es que en diciembre del año pasado se había acabado el presupuesto para comprar medicamentos para el tratamiento de cáncer, y quién sabe cuánto se ha gastado en ese tipo de operaciones. ¿No saben esas personas que ellas mismas o un familiar suyo puede necesitar una medicina y no tenerla por haber gastado el dinero el estado en una operación para satisfacer un gusto personal??? Si quieren operarse, que lo paguen, y pa' alante el carro, pero de gratis no, que hay mucha necesidad en este país para ese lujo.

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