Los rumanos se rebelan contra su Gobierno, el "alumno modélico" del FMI

Los rumanos se rebelan contra su Gobierno, el "alumno modélico" del FMI
Fecha de publicación: 
16 Enero 2012
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Miles de rumanos salieron hoy a las calles en todo el país balcánico por cuarto día consecutivo para pedir la dimisión del Gobierno, uno de los más severos en Europa a la hora de aplicar sus compromisos de austeridad con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 Según pudo comprobar Efe en Bucarest, cientos de personas protestaron hoy por la tarde en el centro de la ciudad bajo una leve nevada, en una manifestación no autorizada y entre estrictas medidas de seguridad.

 Las fuerzas del orden detuvieron a tres personas que portaban armas blancas, según informó el canal de noticias "Realitatea".

 De momento no se han repetido los graves enfrentamientos que el fin de semana dejaron más de 70 heridos y decenas de detenidos.

 Los manifestantes piden la dimisión del presidente de Rumanía, Traian Basescu, y del primer ministro, Emil Boc, ambos de centro derecha, además de exigir elecciones generales anticipadas.

 "Basescu, como Ceausescu", gritaba la multitud en el centro de Bucarest, en referencia al exdictador rumano, fusilado tras la revolución rumana de las Navidades de 1989.

 "Nos han mentido, nosotros hemos pagado toda la crisis y ellos nos siguen robando", manifestó a Efe un enfurecido jubilado que también acudió a la protesta.

 Los manifestantes, reunidos según la agencia de noticia Medifax también en otras ciudades como Targu Mures, Timisoara, Cluj, Constanta y Pitesti, rechazan los drásticos recortes sociales y las subidas de impuestos que las autoridades rumanas han llevado a cabo en los últimos tres años.

 Se trata de esfuerzos en el marco de un acuerdo crediticio con el FMI que permitió a Rumanía acceder en 2009 a un préstamo de 20.000 millones de euros.

 Los manifestantes, de todas las edades y condiciones, critican también el estilo supuestamente autoritario de Basescu, a quien varias pancartas llamaron "dictador", y la corrupción generalizada en la clase política.

 Se trata de las primeras protestas espontáneas y continuadas desde la aplicación de las medidas de ahorro, en una sociedad que tras la caída del comunismo se ha caracterizado por la apatía.

 Es también la primera vez que manifestaciones contra el Gobierno degeneran en violencia, después de que el sábado y el domingo grupos de exaltados atacaran a las fuerzas del orden con todo tipo de objetos y arrasaran el mobiliario urbano del centro capitalino.

 La Gendarmería y también las televisiones locales, que suelen ser muy críticas con el Gobierno y con Basescu, aseguran que miembros de los grupos ultras de los equipos de fútbol capitalinos están detrás de los violentos incidentes.

 Estos enfrentamientos se producen tan solo a una semana de una visita de evaluación de expertos del FMI a Bucarest.

 La misión supervisará durante dos semanas el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno para acceder a un nuevo crédito acordado en 2011, por el que Bucarest tiene a su disposición 3.500 millones de euros en caso de necesidad.

 El origen de esta protesta inédita y hasta el momento ajena a los partidos políticos y los sindicatos está en el intento gubernamental de privatizar algunos servicios de la sanidad pública.

 Las autoridades renunciaron el viernes a su proyecto de reforma de la sanidad pública, después de varios días de protestas en las calles de numerosas ciudades del país, junto con la vecina Bulgaria, el Estado más pobre de la Unión Europea, en la que entró en 2007.

 El anuncio de la retirada fue seguido por nuevas manifestaciones de apoyo al respetado secretario de Estado de Sanidad, Raed Arafat, que dimitió por su oposición a las privatizaciones.

 Las manifestaciones en favor de este médico de origen palestino crecieron el viernes hasta convertirse en una especie de plebiscitos contra el presidente Basescu y su primer ministro.

 La inmensa mayoría de los manifestantes ha mantenido hasta ahora una actitud pacífica, a pesar de la creciente rabia por las medidas que han afectado directamente el nivel de vida de los ciudadanos.

 Los sueldos del sector público han sido recortados en un 25 por ciento, buena parte de las ayudas estatales han sido disminuidas o eliminadas, mientras que el IVA ha pasado del 19 al 24 por ciento.

 Entre tanto, Boc ha defendido hoy sus políticas de austeridad, diciendo que las reformas estructurales y medidas de ahorro han salvado al país del "colapso" y "estabilizado" la economía del país.

 Sin embargo, los efectos benéficos de esta política, reconoció Boc, "no han llegado aún al bolsillo de los rumanos". 

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