Sobre “deserciones” y “carreras truncadas”

Sobre “deserciones” y “carreras truncadas”
Fecha de publicación: 
11 Junio 2014
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Algunos politizan el hecho, aunque todo indica que las causas son sobre todo económicas y personales…

Después de tres décadas de ausencia, el Ballet Nacional de Cuba (BNC) regresó a Puerto Rico con el espectáculo La magia de la danza. La compañía cumplió las expectativas. La agrupación que dirige Alicia Alonso sigue siendo una de las más importantes de América Latina, quizás la más reconocida en el ámbito del ballet clásico.

Pero el principal interés de las agencias de prensa y otros medios de comunicación no fue el éxito de la función, sino la decisión de un grupo de bailarines  de abandonar la compañía y no regresar a Cuba.

No es primera vez que sucede: en los últimos años varios integrantes del BNC han dejado las filas en los numerosos periplos internacionales de la principal compañía de la danza en Cuba.

Es lamentable, pues el nivel del elenco se resiente, sobre todo por la necesidad de sustituir a bailarines formados por recién graduados del nivel medio: la renovación del BNC es constante y en ocasiones va más allá de lo conveniente. Afortunadamente, la Escuela Nacional de Ballet, una de las mejores del continente, es una cantera confiable y segura.

Es lamentable y hasta cierto punto comprensible. Dejando a un lado el debate sobre las responsabilidades y compromisos de un creador con su agrupación, nadie puede pretender que el proyecto personal de la totalidad de los artistas coincida con el proyecto cultural de la nación.

Muchos lamentan el dinero invertido en la educación y formación de los jóvenes bailarines que abandonan el país, pero en realidad el acto de enseñar no tiene que ver con la imposición de obligaciones: es un acto humanista.

Politizando el hecho, el director artístico del Ballet Clásico Cubano de Miami, Pedro Pablo Peña, ha asegurado que la “deserción” de los bailarines demuestra “el absoluto descontento” de los artistas con el régimen cubano.

En realidad, “la huida” tiene que ver con dos circunstancias: primera, que los bailarines aspiran a mejorar sus condiciones económicas (está claro: Cuba es un país pobre, en cualquier compañía de los Estados Unidos los bailarines pueden ganar mucho más dinero que aquí); y segunda, y no menos importante, que el contexto político facilita mucho las cosas.

Si hubieran abandonado una compañía mexicana, argentina o rusa  no se hubiera armado tal alboroto.

Vamos por pasos.

Sin caer en el extremo de algunos que aseguran que la enseñanza del ballet en Cuba es la mejor del mundo —algo que los conocedores saben que es inexacto—, lo cierto es que los bailarines cubanos están bien preparados. Tienen un nivel técnico considerable, han bebido de una tradición de ballet bien arraigada.

Es normal que encuentren cabida en compañías de todo el mundo. El hecho de que algunos bailarines cubanos hayan llegado a ser estrellas internacionales del ballet, primeras figuras de reconocidas agrupaciones ha cimentado la leyenda. Cuba ha llegado a ser considerada ahora “la nueva Rusia”, en alusión a la extraordinaria capacidad de formación de profesionales de la danza.

Es obvio que muchos de ellos tienen las miras puestas más allá de las fronteras nacionales. Es un fenómeno universal: mucho se ha escrito de la emigración de personal calificado de países subdesarrollados a países ricos.

Lo natural sería que estos bailarines hubieran acudido a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana y solicitaran su visado a título personal. No existe absolutamente ninguna ley en Cuba que lo prohíba.

Pero el proceso puede ser muy complicado. Y es muy probable que buena parte de los solicitantes no llegaran a recibir la autorización para viajar.

Mucho más expedita es la vía de la “deserción”. Es la que la que conviene a ciertos grupos políticos en los Estados Unidos. Calza perfectamente con la idea repetida una y otra vez de que los cubanos “huyen” de Cuba por la imposibilidad de tener una vida digna en la isla.

Que la mayoría de los bailarines no “huyan”, que por razones diversas decidan hacer sus carreras en el país, no importa demasiado. Se magnifica la determinación personalísima de algunos, que se pinta como la única solución posible.

Algunos voceros dicen que en Cuba los bailarines sienten sus carreras truncadas. Es discutible: tiene que ver con las aspiraciones y las potencialidades de cada uno de ellos. Pero en Cuba los bailarines bailan, que es lo que se supone que hagan.

 

Naturalmente, cuando uno estudia ballet (o cualquier otra cosa, pero particularmente el ballet, que es una profesión tan competitiva), uno aspira a llegar a lo más alto. Pero entre cien, solo unos pocos (muy pocos) llegarán a ser primeros bailarines.

 

Y en un país con tan alto nivel profesional en ese arte, es mucho más difícil llegar a la cima. Estos bailarines, que ya están en Miami, formaban parte del cuerpo de baile. Algunos tienen particular talento, pero ahora es difícil aventurar una opinión sobre sus posibilidades en el BNC.

 

Tampoco podemos afirmar si hubo o no hubo injusticias en las evaluaciones artísticas; de cualquier forma son muy jóvenes.

Puede ser —y también es muy natural— que haya contradicciones en el seno de las agrupaciones, en el Ballet Nacional de Cuba, por ejemplo. Es evidente que hay diferencias con las estrategias trazadas por las direcciones artísticas y administrativas. Es más, es saludable que las haya.

Pero en Cuba no hay una sola compañía. El espectro de posibilidades profesionales de un bailarín (de un buen bailarín, se entiende) es amplio. Y en última instancia, los mejores tienen la oportunidad de firmar contratos en el extranjero (muchos ex integrantes del elenco lo han hecho, por cierto).

Quizás el BNC deba revisar su política en ese sentido, flexibilizar ciertas condiciones… Pero en todo caso siempre será una determinación de la compañía. De la misma manera que todas las compañías del mundo exigen el cumplimiento de los contratos a sus bailarines.

En el fondo hay una verdad del tamaño de un templo: no se suponía que un país como Cuba tuviera una gran escuela y una gran compañía de ballet clásico. Ese era —de hecho, sigue siendo— un privilegio de naciones desarrolladas.

Otros cubanos alcanzarán éxitos en escenarios internacionales: hay escuela para eso, y está claro que la voluntad nacional es que continúe su desarrollo.

Unos cuantos llenarán de orgullo al país con sus desempeños, en los mejores teatros del mundo.  No pocos vivirán del ballet y para el ballet, en pequeñas y medianas compañías: cada quién tiene el derecho de escoger su camino. Lamentablemente, otros se perderán para la danza (hay una historia no contada de bailarines que se fueron de Cuba con una ilusión y terminaron frustrados).

Pero convendría aplaudir a los que han decidido quedarse, bailando en Cuba para los cubanos. Con las carencias, lidiando con insatisfacciones, luchando por mejorar las cosas… Un reconocimiento para ellos, la mayoría, los que ganan aplausos para el país en sus presentaciones en el extranjero, los que mantienen viva a la escuela cubana de ballet, más allá de puntuales vaivenes.

De esos, cierta prensa no habla tanto.

Comentarios

Esto es más de lo mismo. Debido a mi trabajo, se dé compañeros que en Cuba han sido muy buenos bailarines con reconocimiento por parte de la crítica y del público y decidieron, luego de las giras internacionales, no regresar a Cuba. Es cierto que algunos han tenido la dicha de pasar audiciones y ser aceptados (la minoría) pero los otros (la mayoría), y los de mi historia, han tenido que mantenerse ilegales en Europa y dan clases cobrando un salario mínimo, otros han cambiado de profesión (enfermeros, de servicio en el Aeropuerto de Miami, “bailando” en un circo de Suiza en que pagan cuando pueden y esto no es mentira) y con la nostalgia de no poder volver a bailar. Es cierto que los salarios no son altos, que se trabaja muy duro, que la alimentación es muy pobre, pero existe el sueño y la dicha de poder BAILAR en Cuba, el que no es artista tal vez no sabe de que hablo. Le deseo suerte a los que decidan no regresar, es su decisión y hay que respetarla y me gustaría que nos encontremos dentro de 10 años y que cuenten sus verdaderas experiencias y conocer cuántos de ellos bailan aun. También en el Ballet Nacional de Cuba hay que hacer una limpieza de todos los que dirigen, pregúntenles a los bailarines de esa compañía las interioridades y las cosas que deben de hacer para ser “destacados”, de eso el esposo de Alicia podría aportar mucho. Es triste que en la prensa no se haga eco del descontento interno, ellos son intocables, es triste pero es cierto.
Ante todo respeto el criterio de todos, a favor o en contra, pero es intolerable la agresión, como por ejemplo de la señorita Elda, haciendo referencia a algo que es tan torpe en cualquier discurso sobre nuestro país que parece extraído de lo más reaccionarios y retrógrados discurso de la gusanera en Miami ante la impotencia. El esfuerzo que hace Cuba para enseñar El Lago de los Cisnes es un verdadero ejemplo para el mundo entero y sobre todo para aquellos países ricos y que no tienen la preocupación por tan noble empeño. Claro se requiere de talento y eso es común en nosotros los cubanos, desconozco si lo es ella. Es penoso que a esta altura de la educación e inteligencia mundial alguien se atreva a considerar horripilante un sistema de enseñanza tan articulado y científico que ha puesto a nuestra escuela de ballet a nivel de otras importantes naciones y compañías, denota una falta de cultura, o mejor analfabetismo del género y de otras muchas cosas más, que para nada encontrará eco en personas cultas aún teniendo diferencias políticas. Pero aún no complacida califica de terroristas a nuestra nación, creo que la que debe cultivarse más es ella para que evite sentir bochorno por ella misma si es una persona con algún coeficiente de inteligencia intelectual que se lo permita. La educación masiva nunca será un acto de terrorismo y si de mucha nobleza independientemente que sea necesario realizarlo en medio de las mayores dificultades.<br />Tiene un contrincante la señorita, Carlos Gutiérrez, tampoco se si el señor es cubano, pero desconoce lo más elemental de la educación en Cuba, es gratuita y obligatoria para los primeros grados, sin distinción de raza o de poder económico, no está militarizada, tiene lo mismo una escuela en el Pico Turquino que en la Esquina de Tejas, las carreras millonarias son gratuitas… por favor señor, es muy desfavorable alardear de ser tan analfabeto en temas como la educación. No es un sistema perfecto, como casi nada lo es, pero muestra al mundo personas cultas y con gran preparación porque recuerde que a todos los cubanos nos gusta saber. Es asombroso como pueda hacer una recomendación tan falta de juicio para estimular alguien, hasta los mismos desertores se reirán de Ud. Siempre habrá traidores pero reservemos ese término para otras cosas y para otras personas porque no creo que sea el mejor ejemplo para referirse al tema. Quien calumnia a su país no puede hablar de eso.<br />Bueno, la suerte que corran es asunto de cada uno de ellos y las especulaciones sobran. Tampoco debe preocuparnos tanto la partida porque por eso no dejará de existir el Ballet Nacional de Cuba, ni las escuelas de arte que son un logro indiscutible de nuestra sociedad.<br />Y le recurso ambos que ya la campaña por el 6 y 9 no grados ya pasó en Cuba, pero pueden hacer la FOC, no importa la edad si se quiere aprender y ser más cultos cada día.
las oprtunidades no se reparten por la libreta,a acualquier pais que lleguen las oportunidades son para los mejores mientras las merescan, pienso que pudieron buscar mejores posibilidades sin necesidad de mezclarse con la "realeza" de miami
...y porque no ponen esta noticia y comentario en grANMMA PARA QUE EL PUEBLO SE ENTERE Y OPINE...
para yamilet. antes de la nueva ley casi todo el caribe era libre visado y ahora no. yo te pregunto porque quitaron el libre visado?

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