Cine cubano: Un 2013 de tributos, adioses y replanteos

Cine cubano: Un 2013 de tributos, adioses y replanteos
Fecha de publicación: 
26 Diciembre 2013
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Cuando se escriba la historia del cine cubano, sin dudas el capítulo dedicado al 2013 será extenso y polémico, por la trascendencia de los eventos que se sucedieron durante este año.

 

Año de pérdidas irreversibles, pero también de debate y replanteo fecundo, con epicentro en el Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (ICAIC), pero también en ámbitos independientes.

 

De hecho, los realizadores se movilizaron para que sus criterios fueran tomados en cuenta por el grupo gubernamental que realizó un diagnóstico sobre la realidad del cine en Cuba y su futuro.

 

Dicha comisión, que incluye a economistas y juristas además de gente de cine, promueve actualizar los mecanismos de producción y comercialización del cine cubano, en busca de mayor eficiencia.

 

Según el organigrama, ya en septiembre estarían los resultados, pero nada se ha hecho público, salvo los cambios en la dirección del ICAIC y el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

 

Roberto Smith sustituyó a Omar González al frente del ICAIC, en tanto Iván Giroud pasó a dirigir el emblemático certamen al morir Alfredo Guevara, un imprescindible del séptimo arte en Cuba.

 

Su muerte en abril pasado, a los 87 años de edad, marcó el fin de una época de gran influencia suya, aunque siempre fue un defensor de la renovación y el protagonismo de los jóvenes en la creación.

 

Su fallecimiento puso en duda la continuidad del Festival, pero la edición 35 se realizó, fiel a su identidad y al espíritu de Guevara, pero con indiscutibles aires de renovación.

 

Entre las principales demandas de los realizadores destacan la promulgación de una ley de cine, la legalización de las productoras independientes, la actualización de las formas de producción, retribución a cineastas y mecanismos de distribución y exhibición.

 

Entre los estrenos más importantes del año sobresalió Esther en alguna parte, de Gerardo Chijona, que marcó el regreso de Reinaldo Miravalles al cine cubano luego de casi dos décadas ausente.

 

La cinta tuvo una cálida acogida de público y crítica, sobre todo vista desde el corazón, y sirvió de preámbulo para la entrega a Miravalles de un Coral de Honor por su prolífica trayectoria.

 

A su vez, el veterano realizador Manuel Pérez Paredes ganó el Premio Nacional de Cine-2013, en galardón que reconoce su lealtad y aportes a la cultura cinematográfica de este país.

 

Director de clásicos como El hombre de Maisinicú (1973), Pérez Paredes también fue galardonado por su labor educativa al frente de uno de los grupos de creación del ICAIC para jóvenes talentos.

 

Otros estrenos de este año fueron Boccaccerias habaneras (Arturo Soto), Jirafas (Enrique Álvarez), Si vas a comer espera por Virgilio (Tomás Piard), y un largometraje animado del personaje Fernanda.

 

Por su parte, la XII Muestra Joven del ICAIC se consolidó como espacio de confrontación, debate y aprendizaje, fiel a su empeño de renovarse constantemente y curtir a los cineastas del mañana.

 

Durante todo el año se sucedieron además los homenajes al filme Fresa y Chocolate (Tomás Gutierrez Alea y Juan Carlos Tabío) en el aniversario 20 de esta cinta que tanto representó para el cine y la sociedad cubana.

 

Para Jorge Perugorría, uno de sus protagonistas, el clásico que disparó su carrera cinematográfica sigue vivo a 20 años de su estreno, y la definió como "una película necesaria".

 

Galardonado con el Premio Gloria del Festival Latino de Chicago, Perugorría empezó este año a filmar Fátima y el Parque de la Fraternidad, su nueva aventura como director, tras Se Vende.

 

Entre las personalidades del cine que vinieron este año a Cuba destacaron el actor haitiano Jimmy Jean-Louis, la francesa Sandrine Bonnhaire y el mimo y comediante galo Pierre Etaix.

 

La Muestra Itinerante de Cine del Caribe siguió su defensa de las producciones regionales, y dio un paso de avance con la realización aquí del primer mercado de Cine del Caribe.

 

Como siempre, el año cerró con el 35 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, el primero sin Guevara, pero antes vino la noticia de que Le película de Ana, del fallecido Daniel Díaz Torres, quedó entre las 10 candidatas a mejor filme iberoamericano en los Goya.

 

Por tercer año consecutivo una película cubana fue nominada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, tras Juan de los Muertos (Alejandro Brugués, 2011) y Boleto al Paraíso (Gerardo Chijona, 2012).

 

Ya en Festival fueron presentados algunos fragmentos de Meñique, largometraje animado en 3D, uno de los proyectos más ambiciosos del cine cubano, gestado hace más de un lustro.

 

Las propuestas cubanas se llevaron dos Corales en este Festival, más el premio de la popularidad, a Boccacerías habaneras, suerte de Decamerón tropical con generosas dosis de sexo y absurdos.

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