Las fuerzas egipcias arremeten contra protesta, mueren 149 personas

Las fuerzas egipcias arremeten contra protesta, mueren 149 personas
Fecha de publicación: 
14 Agosto 2013
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El Ministerio de Salud dijo que al menos 149 personas perdieron la vida en todo el país. El movimiento Hermanos Musulmanes de Mursi dijo que el número de víctimas era mucho mayor y describió la acción de los militares como una "masacre".

Mientras los cadáveres envueltos en alfombras eran trasladados a un tanatorio improvisado en la mezquita de Rabaa al Adawiya, el Gobierno egipcio respaldado por las Fuerzas Armadas declaró el estado de emergencia durante un mes, restaurando la autoridad militar que mantuvo por décadas antes de la revolución a favor de la democracia en 2011.

Miles de partidarios de Mursi habían estado acampando en dos importantes lugares de El Cairo desde antes de que el expresidente fuera expulsado el 3 de julio, y habían dicho que no dejarían las calles hasta que el depuesto mandatario sea restituido en el poder.

La violencia se extendió más allá de El Cairo y los partidarios de Mursi y las fuerzas de seguridad se enfrentaron en las ciudades de Alejandría, Minya, Asiut, Fayoum y Suez, además de en las provincias de Buhayra y Beni.

Con el operativo sobre los campamentos de protesta, las autoridades pusieron fin a una manifestación de seis semanas con una muestra del poderío que desafió los llamamientos de la comunidad internacional a ejercer la moderación.

El baño de sangre también termina efectivamente con el rol políticamente abierto de los Hermanos Musulmanes, que sobrevivieron por 85 años como un movimiento clandestino antes de emerger de entre las sombras tras la revuelta de 2011 para ganar cada elección realizada desde entonces.

En una inusual expresión de descontento entre los opositores de los Hermanos Musulmanes, Mohamed ElBaradei, un exdiplomático de Naciones Unidas, renunció a su puesto como vicepresidente en el Gobierno interino, afirmando que el conflicto pudo haberse resuelto de forma pacífica.

"Los beneficiarios de lo que ocurrió hoy son quienes están a favor de la violencia, el terrorismo y los grupos más extremistas", dijo en una carta enviada al presidente.

Violento operativo

El Canal de Suez, una vía crucial para el transporte de petróleo desde Oriente Próximo, y los puertos de Egipto operaban con normalidad pese a los extendidos enfrentamientos en el país.

Una fuente egipcia de la industria del transporte marítimo dijo que podrían producirse retrasos en los embarcaderos de los puertos más tarde debido a la implementación del toque de queda al caer la noche.

Desde que Mursi fue derrocado, las fuerzas de seguridad habían disparado y matado dos veces a manifestantes en su intento por sacar de las calles a los partidarios del islamista.

Sin embargo, se habían refrenado de lanzar un operativo a gran escala contra los campamentos, donde los seguidores del expresidente y sus familias estuvieron viviendo tras barricadas improvisadas.

Cuando comenzó el operativo en el campamento, residentes desesperados recitaron versos de Corán y gritaron "Alá ayúdanos!" mientras helicópteros sobrevolaban la zona y retroexcavadoras blindadas arrasaban con sus barreras defensivas.

Periodistas de Reuters vieron a policías enmascarados saliendo de camionetas con bastones y contenedores de gases lacrimógenos. Los oficiales destruyeron las tiendas y les prendieron fuego.

"Ellos rompieron nuestras paredes. Policías y soldados, lanzaron gases contra los niños", dijo Saleh Abdulaziz, de 39 años, un profesor de una escuela secundaria que intentaba parar una herida sangrante en su cabeza.

Después de que comenzaran los tiroteos, heridos y muertos quedaron tirados en las calles cerca de charcos de sangre. Una zona del campamento que había sido usada como sitio de juegos y exhibición de arte para los niños fue convertida en un hospital de campaña similar a los instalados en los conflictos.

El Gobierno insiste en que las personas en el campamento estaban armadas. El ministro del Interior dijo que 43 policías habían muerto en los enfrentamientos con los manifestantes.

Varias televisiones, todas controladas por el Estado o por sus simpatizantes, divulgaron imágenes de lo que parecían ser manifestantes a favor de Mursi que disparaban rifles contra soldados que se ocultaban tras barricadas de sacos de arena.

Sin embargo, periodistas de Reuters o de otros medios occidentales no vieron estos incidentes. Las multitudes parecían estar armadas principalmente con palos, piedras y fierros al enfrentarse con las tropas y policías que llevaban rifles.

En el hospital de campaña, un periodista de Reuters contó 29 cuerpos, y varios más estaban siendo trasladados. La mayoría presentaba heridas de bala en la cabeza, incluyendo un adolescente de unos 12 años.

La violencia obliga a tomar duras decisiones a los aliados occidentales de Egipto, especialmente a Washington, que financia a las fuerzas militares del país africano con 1.300 millones de dólares al año y que se ha rehusado a calificar la expulsión de Mursi como un "golpe de Estado".

"Estados Unidos condena con firmeza el uso de la violencia en contra de los manifestantes en Egipto", dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest.

"Extendemos nuestras condolencias a las familias de quienes fueron asesinados y de los heridos. Hemos pedido reiteradamente a las fuerzas militares y de seguridad de Egipto que muestren moderación", aseveró.

La Unión Europea y Turquía, que tiene una fuerte influencia en Oriente Medio, también emitieron declaraciones similares de condena contra las fuerzas armadas egipcias.

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