Cuba, bajo el «efecto imán» de los doramas coreanos

Cuba, bajo el «efecto imán» de los doramas coreanos
Fecha de publicación: 
15 Agosto 2013
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Cortos de duración, atractivos, graciosos, sentimentales y elementales, de acción, amor, policíacos o de terror, casi siempre con giros cómicos y jóvenes protagonistas que destrozan el prototipo de asiático feo, chiquito, avezado en el Kong fu y callado hasta el cansancio incrustado en el imaginario de los cubanos, los melodramas coreanos ganan espacio entre las preferencias de la población y de los cuentapropistas dedicados a la «recarga» de discos duros y memorias flash con todo tipo de audiovisuales.

 

En las calles, sobre todo las mujeres, hablan de ellos, aunque más de un hombre ya se vio atrapado entre los ocurrentes diálogos y la visualidad de las que proyectó el Canal Habana hace unos meses.

 

Por aquel entonces se emitían Mi bella dama y La reina de las esposas, propuestas que sorprendieron a televidentes «educados» por la programación nacional en el consumo de novelas brasileñas, colombianas y argentinas, y acostumbrados al alquiler de largos y llorosos culebrones mexicanos.  

 

Ahora, entre lo que circula de una flash a otra, están títulos como Escalera al cielo, Sonata de invierno, Cuentos de otoño, Chicos antes que flores, Eres hermosa, Sueño, Cuerdas del corazón, El príncipe del café, Cazador de la ciudad, Beso travieso, entre otras.

 

Hasta el vocabulario social se amplió desde que lo oriental se ve en Cuba. La gente dice los títulos lo mismo en inglés que en español, y hasta intenta pronunciarlos en coreano, y llama «doramas» a las novelas de Surcorea. El término se deriva de la palabra drama, y constituye la denominación japonesa para series equivalentes en cuanto a horario de transmisión, público meta y códigos televisivos a las novelas latinas.

 

Esas producciones forman parte de la programación habitual de Japón, las dos Coreas, China, Taiwán y otros territorios de la región, donde se televisan con una frecuencia semanal durante tres meses, o sea, en temporadas de invierno, primavera, verano y otoño. El tiempo limitado de su puesta en pantalla condiciona que cada serie tenga entre 12 y 18 episodios, como promedio.

 

Las que vemos aquí, por lo general fueron filmadas en la República de Corea (por eso se les conoce también como k-dramas), y llegaron como arrastradas por la «ola» cultural que desde ese extremo «empapa» al mundo: El siglo XXI nació con sus series viéndose por toda Asia. Una década después, ya Surcorea estaba entre los diez primeros mercados de filmes del mundo y sus compañías de entretenimiento podían financiar programas y películas con los valores de producción más altos del continente de mayor extensión y población del planeta Tierra.

 

Pero… ¿qué vuelve tan popular el dorama coreano, especialmente entre los jóvenes de partes tan diversas del planeta? ¿No son ellos una copia-mezcla del patrón norteamericano y latino de entretenimiento?...

 

En la calle, a la primera pregunta, las personas responden que les atrae ver a los coreanos hablando de amor, o desenvolviéndose en situaciones cotidianas y hasta ingenuas que van más allá de la imagen caricaturesca que tenían de ellos: impasibles, adiestrados en «patás y piñazos» e incapaces de besar en los labios a su amante, por poner un ejemplo de acercamiento físico erótico.  

 

También cautivan sus apuestos protagonistas vean ustedes a los famosos Kim Hyun Joong y Park Shin Hye, por ejemplo y explican que los temas abordados son universales y casi siempre juveniles… O sea: lo mismo de siempre.

 

Corea del sur explota lo que tiene y funciona: usa temáticas que históricamente han vendido bien como el amor, lo sensual, la tecnología, el éxito laboral, las familias, la moda, el humor; y las vincula con lo exclusivo de esa zona del mundo: tradiciones únicas, valores humanos desprendidos del eurocentrismo dominante, vestuario, idioma y comida poco difundidos, pero atractivos en estos tiempos de globalización del conocimiento, época en que se viaja y se sufre sin pararse del asiento frente al televisor.  

 

Cuando empezaron a transmitirse en otros países las primeras series coreanas, se les calificó de imitaciones económicas en las que valía la pena invertir.

 

Entonces eran una rara mezcla entre los modos de hacer novelas latinoamericanas (final previsto, episodios sin unidad argumental en sí mismos con tramas que continúan en próximos capítulos, exaltación de los sentimientos) y algunas formas de producir las soap operas norteamericanas (diversidad de tramas, personajes estereotipados, diseño atractivo, efectos visuales para llamar la atención del espectador…). 

 

Pero, con el tiempo, las productoras surcoreanas han definido un estilo propio de realización que en poco se parece a las novelas del sur o el norte de América, aunque siempre se hallen puntos de contacto. Porque al final, esas fórmulas apelan a lo mismo: la comercialización de un estilo de vida que pondera el «soy lo que ves» y el «soy lo que consumo» con más o menos romance, más o menos acción, y más o menos éxito.     

 

Claro que el éxito de estas producciones es indudable. En Cuba, por ejemplo, donde ahora se ven no solo los dramas de los últimos dos años, sino también algunos que datan de principios de este siglo, han provocado entre jóvenes de ambos sexos y muchas mujeres un furor semejante al que ocasionan los mangas japoneses entre los adolescentes.

 

La mayoría de estos productos, según algunas opiniones, deben este «efecto imán» a su alta factura, su cortedad y a argumentos que aunque ya han sido sobreexplotados en las películas «rosas» norteamericanas, las series de ficción y las telenovelas, los coreanos los han sabido contar de una manera «refrescante».

 

¿Cómo? Con el despliegue de elementos fantásticos y recursos que toma prestados del anime japonés que logran a través de reiterados close up a los ojos o al rostro de los protagonistas, los efectos humorísticos y los rápidos movimientos y efectos de cámara, que simulan acción a veces donde no la hay.

 

No es difícil, en resumen, sentirse atraído por un dorama coreano. Son alegres, creativos y el cubano, melodramático por excelencia, ya necesitaba de un «golpe» cultural diferente al que le llegaba desde naciones más cercanas cuya producción telenovelera, de tan intensa, se ha tornado monotemática (por raro que parezca) en medio de su pluralidad, y facilista en cuanto al uso de códigos gastados (el varón machista que enamora a la chica tímida, pobre,… o al revés: la mujer dura que maltrata al amado hasta que él, rebelándose, la pone a sus pies). Sadomasoquismos televisivos que venden, sí, pero cansan.  

 

Lo que no se le puede negar a los dramas latinos es que, aun en medio de historias cursis y recontra repetidas, casi siempre revelan ante el televidente el entramado social de la época en que nacieron, plagada de burócratas, políticos corruptos y con una profunda desigualdad social.

 

Y eso es mucho más de lo que puede decirse de los atractivos dramas coreanos, donde son escasos los guiños desde los guiones a problemas concretos de un país marcado por importantes dilemas políticos, sociales y religiosos que bien valdría la pena incluir. Quizás así caiga el manto de superficialidad que perturba a quienes, disfrutándolas, a veces queremos saber más…

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Comentarios

me gustaria ponerme en contacto con algun club de fan porque fui atacada por la fiebre del DORAMA despues de Preference personal y se me hace difícil de llegar a ellas.y estoy de acuerdo con todos los comentarios.
Es lógico gustar de estas novelas, como bien dice el articulo entre las novelas latinas repetidísimas, donde las mujeres casi siempre son mercancía de cualquier forma, las norteamericanas con sus antivalores supuestamente democráticos y las novelas como Playa Leonora, que deja mucho que desear si de valores hablamos, no queda mas remedio que buscar un espacio donde sea importante la familia, los amigos y la lealtad, el romance y aquella inocencia de la que el cubano hace alarde de no poseer. Cierto es que el dorama coreano no esta exento del consumismo, pero en la actualidad que novela lo esta? Entonces hay algo en la humanidad que busca sensibilidad aun y a veces en los doramas se encuentra.
ME ENCANTAN LAS SERIES COREANAS Y SON MUY EDUCATIVAS A MI HIJA LE FASCINAN Y CREANME QUE ES LO MEJOR QUE HAN INVENTADO LO QUE ME GUSTARIA ES QUE PUSIERAS MAS EN LA TELEVISION CUBANA Y EN CUALQUIER CANAL.
Realmente ya no puedo contar la cantidad de k-dramas que he visto, eso sí cada vez que veo uno me gusta más que el anterior, es una lástima que en la televisión no los trasmitan existiendo tantos, creo que estos dramas tienden a llamar la atención de los espectadores, ya que rompen con las barreras esquemáticas que se han trazado las novelas latinoamericanas, estas ya están súper agotadas y donde las tramas son las mismas siempre, mientras que estos doramas cautivan la atención del público debido a sus características que no son para nada ni semejantes a las de las novelas latinoamericanas. Me encantan sus vocabularios, sus formas de dirigirse hacia otras personas, el respeto con que se desarrollan los dramas, la ingenuidad, sus creencias y sus valores los cuales hacen resaltar y el respeto hacia los mismos, me gustan sus comidas, sus lugares sin dejar de mencionar que en muchas series si salen lugares donde el nivel de vida no es para nada desarrollado, pero ellos logran crear un ámbito agradable en los mismos. Creo además q las novelas se deben basar fundamentalmente en hacer volar la imaginación del espectador, no solo en enfatizarnos en como es la vida tan cotidiana, a mi parecer las novelas cubanas hace muchos años se han dedicado a resaltar los problemas cotidianos de la sociedad y creo que eso no es lo que las personas buscan sino dramas que dejen volar la imaginación y nos recreen.
Me he vuelto fan a las novelas coreanas. Cuando dieron por la tele la novela"Eres hermosa", ya había oído hablar sobre ella, sin embargo no había tenido la oportunidad de verla.¿Por qué se proyectan novelas en el canal habana que las demás personas del resto del país no pueden ver?Pienso que es muy desconsiderado pues para poder tener acceso a ellas hay que pagar y si el país la tiene por qué no proyectarlas para todos. las novelas coreanas tienen de todo para entretener al público televidente y no es menospreciando el resto de las novelas, pero creo que se puede buscar otro horario para su proyección. Ahora! no tan tarde en la noche, se puede aprovechar el canal multivisión. Espero respuesta de mi sugerencia.

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