Hasta que el Imperio los separe

Hasta que el Imperio los separe
Fecha de publicación: 
9 Julio 2013
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Información mediática distorsionada presenta antagónicamente las relaciones de los pobladores del norte y sur de Corea, acrecentadas, dicen, por el desigual desarrollo económico que dimanan sus diferentes sistemas políticos. Nada más alejado de la verdad, porque, destacamos, son coreanos que, de una manera u otra, buscan nexos de acercamiento por encima de cualquier pretexto impuesto por el imperialismo norteamericano.
                                                                                            

El recurso de EE.UU. es repetitivo: cada vez que se entablan relaciones norte-sur, obliga a Seúl a que lo acompañe, más bien se someta, a ejercicios militares cada vez más agresivos y cercanos a las costas norcoreanas.
                                                                                   

Apenas apagado el eco de las armas utilizadas en la más reciente de las continuadas y numerosas maniobras bélicas de todo tipo, con la presencia generalmente de portaaviones nucleares yankis, ambas partes intentan ahora rebajar la tensión y reemprender la cooperación en el camino económico obstaculizado por EE.UU., y reanudar, entre otras cuestiones, la cooperación de 123 empresas surcoreanas en el área de Kaesong, en la parte meridional de la República Popular Democrática de Corea. Pero en las últimas horas, esto vuelve a tener un lamentable tropiezo.
                                                      

El quid del asunto es el injusto sistema imperialista y reaccionario en el cual la gran potencia da órdenes a los países del Tercer Mundo y no se pueden resolver los problemas según los intereses de las masas.
                                                                                          

Pero, incluso en términos del derecho y las normas internacionales, ¿quién violó primero el convenio nuclear de 1994, cuando el expresidente James Carter, enviado especial del mandatario William Clinton, y el líder Kim Il Sung, llegaron a un acuerdo al efecto, que alejaba las posibilidades de una confrontación y daba pie a una efectiva distensión?
     

Fue George W. Bush, presidente de Estados Unidos, quien unilateralmente violó el convenio. En el período previo a la agresión y ocupación de Iraq, firmó la Directiva Presidencial de Seguridad Nacional 17, que dice:
                                                                                

"Estados Unidos seguirá dejando en claro que se reserva el derecho de responder con fuerza abrumadora, y potencialmente con armas nucleares, al uso de (armas de destrucción masiva) contra Estados Unidos...".
                                                                                     

Una de las principales razones por las que en décadas anteriores Estados Unidos pudo persuadir a otros países de que firmaran el Tratado de No Proliferación Nuclear fue que prometió que nunca utilizaría armas nucleares contra países que no tuvieran tales armas. ¿Con esa declaración, no rompió Bush el acuerdo, lo cual constituye una violación del Tratado?
                                                                     

Estados Unidos argumentó que la RPDC debía dejar de utilizar todo sus reactores nucleares, sin que cumpliera su parte de proporcionar otros menos contaminantes y proclives a la fabricación de bombas atómicas, así como carburante, a fin de crear la hambruna en una nación asolada por consecutivas y catastróficas inundaciones y sequías.
                                                                                                                  
¡Ah!, pero pegó el grito en el cielo, cuando Pyongyang hizo su primera detonación nuclear a manera de disuasión, luego de afirmaciones de Washington de que consideraba todas las opciones, inclusive la acción militar.
                                                                        

Para tratar de mantener la división intercoreana, Estados Unidos ha estado instigando a Corea del Sur a aumentar la hostilidad contra el Norte, pero, a pesar de que la actual administración seulita ha cumplió al pie de la letra el mandato norteamericano, aprovechó resquicios y propició un acercamiento paulatino, aprovechando la disposición inocultable de Pyongyang al diálogo.
                                                                                                           

Fíjense si el intento de un acercamiento está innato en la sangre coreana, que un anterior presidente seulita, Roh Tae Woo, llegó a decir que preferiría romper su “amistad” con Estados Unidos antes que imponer sanciones económicas contra el Norte y dio firmes indicios de que estaba tratando de acelerar una acogida, no obstante la fuerte presión norteamericana.
                                            

Siguiendo el proceso de unidad entre las dos Coreas y desalentando a Washington, Roh habló de establecer una comunidad económica con la RPDC y de aumentar la ayuda comercial y la inversión; descartó las sanciones financieras y ataques militares, e incluso garantizó personalmente la seguridad mutua, al decir:
                                                                                   
"Es mejor pugnar en la mesa de conversaciones que sufrir muertes en una guerra. Los coreanos deben ponerse de acuerdo, aunque la situación se dificulta cuando Estados Unidos entra a dar órdenes", según publicó The New York Times. Sin embargo, Roh fue uno de los pocos jefes de Estado que apoyó la agresión de Bush a Iraq, a pesar de la fuerte oposición y las protestas en Corea del Sur.
                                                                                    

Porque, no importa cuáles sean los deseos de los gobernantes de Corea del Sur: están atados a Estados Unidos y a otros entes imperialistas por miles de hilos, y el futuro de este proceso es incierto.
                                                                                                           

Esta es la lógica simple de un problema complejo: Estados Unidos ha estado amenazando por todo el mundo, causando muchas penurias a los pueblos, dominando una región tras otra.
                               
En el caso de la RPDC, ha estado golpeando sus iniciativas de unidad, su economía y su seguridad nacional, blandiendo la espada imperialista.
                                                                                              
Mientras EE.UU. ha estado amenazando a un país soberano "con todas las opciones", ¿es injusto que Corea Democrática empuñe un garrote -como el arma atómica, que los hombres de paz desean su desaparición-  o incluso un tronco -como los más asequibles cohetes de poco alcance (arma defensiva respaldada por Rusia) para su propia defensa?
                                                                                           
Y es bueno recordar esto, cuando Estados Unidos no ha podido sacarse la espina de su primera derrota en una guerra: la que emprendió precisamente en Corea, hará 63 años el 25 de junio.

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