Cinco años y muchos mundos

Para que podamos abrir puertas y descubrir mundos, nada mejor que los toques de Aldaba, una agrupación teatral con cinco años en los escenarios.

Su directora, Irene Borges, se encarga de surcar caminos y hacer que todo su equipo avance entre obras clásicas y contemporáneas, a favor de esas realidades lejanas o cercanas, que el público descubre en esencia, posibles.

Así, el Espacio Teatral Aldaba se paró ante el público con la pieza Antígona desde la mirada de Reinaldo Montero, y también acaparó la atención de la crítica con la obra Ensayo para 7 del polaco Boguslaw Schaefer.

La inspiración se vuelve una constante en la creación de este grupo de teatro. Para los ojos aguzados y los oídos inteligentes, cada puesta de Aldaba se convierte en expectativas, que derivan en reconocimientos.

Desde esas certezas, van dejando huellas en las artes escénicas y se hacen de sus propios horizontes. Tienen claro que hay que trabajar y no descansan en ese abrir y cerrar telones, y sudan y abrazan las percepciones que los mantienen libres en ese hacer artístico que es el teatro.

El ejercicio pleno de la virtud, Aldaba lo ha sabido dibujar en piezas como La pintura y otros lugares, o la representación de Inocencia, de Dea Loher. Las experiencias comunes de todos sus integrantes, y las de otros que se suman, diversifican las vidas, las historias, las puertas que seguramente seguirán abriéndose desde el toque de Aldaba que Irene Borges y sus actores están dispuestos a dar cada vez que sea necesario.