Play Off: Fortalezas y lagunas para cuatro contendientes

Play Off: Fortalezas y lagunas para cuatro contendientes
Fecha de publicación: 
28 Mayo 2013
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Con la clasificación de Villa Clara en la penúltima fecha de la fase regular y el logro del cuarto y último boleto a la postemporada de la 52 Serie Nacional de Béisbol, sus últimos compases depararon el pareo de las Semifinales, donde los anaranjados comenzarán el sábado jugando en predios del líder Cienfuegos y un día después lo hará el pujante Matanzas en Sancti Spíritus.

Habrá un nuevo rey, al consumarse el adiós del campeón anterior Ciego de Ávila y del subtitular Industriales, en un inédito y claro corrimiento al centro de la Isla.
 

De este modo brindamos una apretada mirada, como suerte de brújula en el vaticinio de la brega que se avecina, antesala de la Final que definirá al Campeón de Cuba del 2013 y donde solo uno de los que restan en la disputa ha disfrutado antes en Play Off las mieles de la gloria, pero de eso hace la friolera de 18 años.

Cienfuegos (56-31): Es sin dudas, al menos en apariencia, el más sólido favorito, si nos guiamos tan solo por su desempeño combinado en los dos segmentos regulares,  donde lograron categóricos saldos de 30-15 y 26-16.

Como una de sus mayores fortalezas exhiben el tener al único par de abridores con doble dígito en el casillero de victorias, los derechos Noelvis Entenza (14 y 5) y Jorge Hernández (13 y 6), quienes con esa suma de 27, representan el 48% del total en toda la campaña. Algo que los privilegia en las venideras series de siete a ganar cuatro, además del acierto redondo de Iday Abreu en la elección de sus refuerzos ofensivos.

Nadie pudo prever que el “importado” camagüeyano William Luis sería el líder jonronero de la exigente segunda fase (11) y también compartido de toda la temporada regular (19). Mucho menos que eclipsaría en ese aspecto al bombardero local “Pito” Abreu” (6 y esos  mismos 19), quien atascó su disparador en solo un cuadrangular durante las últimas 26 jornadas o 36 días físicos luego del 16 de abril.

Importante entre los adquiridos al bate también figura Ernesto Molinet, quien en mancuerna con Luis ha formado un dúo que ha empujado o dado ventaja 42 veces (22 con Cienfuegos); así como Lednier Ricardo, clave defensiva en un área como la receptoría que será  un quebradero de cabeza en el futuro inmediato posterior para los sureños, por la repentina pérdida de sus dos mejores exponentes allí.

De su propia cosecha resalta la velocidad en bases de Lázaro Rodríguez y Yoelvis Leyva (38 robos en 56 intentos), el “clutch” de un poco publicitado Pavel Quesada, quien engaña con más oportunidad que números y volviendo al montículo, el contar con el cerrador más dominante de Cuba en el último trienio, Duniel Ibarra.

El matador de los sureños parece subestimado por sesudos y técnicos. Pero lo cierto es que ya se ubica como segundo salvador cubano de todos los tiempos (121) catapultado por su tripleta de + 20 en las últimas tres temporadas (27, 22, 24).

Debilidades a los anclados en la Perla del Sur se les ven pocas, como no sean las de su relativa falta de experiencia en post temporada y el estropeo de su mayor oportunidad previa: la que malograron ante un crecido Pinar del Río hace dos años en la Serie de Oro luego de liderar con 59 triunfos el segmento regular y la incertidumbre actual con su otrora astro de la lomita, el zurdo Norberto González (0 y 3 con PCL de 7.59 en la ronda más exigente).

Sancti Spíritus (53-34): Una fatalidad fantasmal envuelve a uno de los mejores elencos del patio en lo que va del Nuevo Milenio, quienes con su más ilustre generación a punto de serle removido uno de sus pilares cardinales -Yulieski Gourriel y su rumorado traspaso a Industriales- parece para muchos estar a las puertas de su última oportunidad de coronarse.
 
Para conjurar viejas maldiciones –sobre todo la del 2002 ante un Holguín inesperado e irreverente- Yovani Aragón tomó el puente de mando y tejió una campaña debut inmejorable que pudo ser de ensueño, de no ser por su retroceder en las penúltimas cinco subseries del calendario, perdidas todas con un nefasto acumulado de 4-11, pero levantándose con una barrida final ante los desalmidonados azules de la capital.

Aragón, como otrora muy buen pitcher, tuvo ojo clínico al acertar importar al hoy inminente Novato del Año, Norge Luis Ruiz (6 y 1, 1.50 PCL y 1.07 WHIP en esta etapa); pero también la mala fortuna de escoger al fallecido Yadiel Pedroso, quien no llegó a ponerse el nuevo uniforme.

En su reemplazo, Yaisel Sierra, ha sido también un acierto como relevista (6 y no 7 salvados, descontando el que arrastra de la segunda división); pero de sus otros tres refuerzos como jugadores de posición, dos nunca se materializaron y sus sustitutos Jorge Johnson y Junior Paumier, como el restante Danger Guerrero, rindieron mucho menos de lo esperado.

De la cosecha propia en el pitcheo, Ismel Jiménez ha tenido una eficiencia aceptable en la segunda etapa (4 y 3, 3.30) pero sin sostener los esplendorosos números de “triple corona” que traía del primer tramo (9 y 0, 1.06 y 60 SO) como líder de una rotación, que gracias al brillo del jovencito Ruiz es rescatable, pero que desciende en lo restante, sobre todo en el aporte del veterano Noelvis Hernández (3 y 5, 5.40).

Con el madero, Frederich Cepeda -como siempre- ha sido incombustible y digno de su casta como el mejor bateador de su generación (.345, 40 extrabases y OPS 1088 a todo trayecto), alguien que se burla del implacable tiempo sin dar signos de ninguna mella tras una temporada extra larga con Clásico incluido. Del resto, incluyendo a Yulieski (.325, 29, .919; pero solo 8 HRs),  hay que decir que transitaron por campañas en general por debajo de sus estándares.

Por ello, los Gallos, con acumulado de 37 y 45 en Play Off, deberán afilar como nunca sus espuelas si aspiran a reinar por fin en la valla antes de un inexorable cambio generacional que no se vislumbra promisorio.

Matanzas (52-34): El recién llegado de la pasada temporada a los Play Off está otra vez aquí, gracias al ingenio y las mañas a menudo poco ortodoxas de su irrepetible manager, lo que no podrá negar absolutamente nadie.

Lo supremo del pitcheo rojo y de todo el torneo se llama Joel Suárez, primerísimo iniciador del certamen con un saldo ganador casi perfecto de 14 y 1, además de segundo en PCL (1.66) y WHIP (1.02). Este derecho más inteligente que veloz, sobrepasó en lo global al espirituano Jiménez y a todos los demás en esta fase crucial (8 y 0, 1.22 y 0.97). De modo que tener un as así, le sube el optimismo a cualquiera.
 
El problema para los matanceros con la mira en los retos de postemporada es encontrar al menos otro abridor confiable, pues Johan Hernández y Alain Delá, no parecen llenar esas expectativas. Como candidato pudiera aparecer un resucitado de última hora, Jorge Alberto Martínez 1 y 1 con PCL de 3.12 en solo seis aperturas y portento clave hace un año. O los no menos resurgidos recambios orientales de ya una tercera camada: Frank Navarro, Ciro Silvino Licea y Lázaro Blanco.

Aunque muchos lo duden, un puntal para los del presunto más bello uniforme visitador será su bateo, pues Matanzas fue el equipo con mejor average en la exigente segunda etapa (.290), sobrepasando al mismísimo Cienfuegos por notables 13 puntos; aunque no en jonrones, extrabases y slugging.

Cinco regulares yumurinos, dos más que los sureños, batearon más de 300 en el segmento crucial, encabezados por Yasiel Santoya (.375) y Ariel Sánchez (.349). José Miguel Fernández, la revelación del Tercer Clásico, bajó un tanto su producción aquí (.318, con un solo jonrón en las postrimerías y 18 remolques), pero ello no resta dudas a su clase. Mientras tanto Yurisbel Gracial (.327, 3, 31) y Lázaro Herrera (.327, 3, 21), por el contrario, crecieron en todos esos índices.

Que Matanzas sobrepase la cota que marcó hace una temporada, dependerá de un salto mayor en su pitcheo, además de Suárez, y el cerrador que no ha sido hasta ahora Félix Fuentes como entonces. Pero en lo volitivo, los renovados rojos con el impulso final que los llevó a ganar 10 juegos de sus últimos 14 parecen estar en mejor condición mental que sus rivales del turno semifinal, amen del beneficio que les representa la extensión del calendario de postemporada con dos días de asueto en el cambio de sede.

Lo otro, bueno…, lo otro es que cuentan con Víctor Mesa. Alguien que contrario a lo que piensa la mayoría de sus detractores, no tiene nada de chiflado, sino por el contrario, es capaz con sus ardides de hacer enloquecer al más equilibrado.

Villa Clara (50-37): Quien miró a Villa Clara en la tabla de posiciones el pasado 6 de abril, luego de perder las tres primeras subseries del segundo tramo y con todos sus siete adversarios de la segunda etapa por encima -desde la magra media unidad de Pinar del Río hasta los ocho enteros de Sancti Spíritus como puntero-, difícilmente pudo imaginar lo que sucedió después.

El hecho es que los anaranjados, quizás con más sed de triunfo que los vilipendiados espirituanos y enfundados por su etiqueta entre los llamados “cuatro grandes” que no ratifican hace ya 17 años, terminaron ganando más que ninguno hasta el final del calendario regular. En ese lapso tuvieron foja de 23 y 11, además de agenciarse siete subseries al hilo –la última eliminando por barrida al campeón vigente-, lo que no logró ningún equipo en todo el campeonato.

En apariencias la fórmula de Ramón Moré parece que ha sido la misma: pitcheo, pitcheo y más pitcheo. Pero son solo eso: apariencias, pues el más criticado piloto del campeonato en sus inicios -lo que ahora muchos no recuerdan-, afinó como ninguno sus instrumentos, logrando una defensiva en esta fase digna de otras ligas (.986) y demostrando la mayor sagacidad de todos en su selección de refuerzos, pese a la mala fortuna de tocarle dos veces el último turno en la lotería.

Y eso sin llegar a tope su as Freddy Asiel Álvarez (8 y 6, 2.68 PCL y 1.35 WHIP), cuya desconcentración a veces conspira con las dotes de quien en época todavía muy recientes llegó a ser el mejor pitcher cubano entre sus mozos 15 a 18 años, para gloria de dos selecciones cubanas entre el 2005 y el 2007. Por cierto, desde ese último Campeonato Panamericano Juvenil en México, Cuba no ha obtenido ninguna otra medalla dorada de béisbol en un torneo oficial IBAF o COPABE de cualquier categoría.

Paradójicamente, pese a lo formidable de su pitcheo, Villa Clara no tiene a ningún lanzador con doble figura en la columna ganadora total del certamen. No obstante disponen en exclusiva de cuatro abridores con ocho o más victorias y PCL inferior a 3.08.

Todo el mundo sabe que el bateo es el talón de Aquiles villaclareño. Sus .261 en la primera vuelta y los aún más bajos .259 de la segunda fase así lo atestiguan, situándoles en el fondo, no de los cuatro semifinalistas, sino de todos los ocho que sobrepasaron la primera prueba.
 

Con todo y pese a no llegar a trescientos en la segunda mitad, los “importados” aportaron la cuota indispensable a una escuálida ofensiva, hambrienta de batazos de cualquier tipo, donde solo entre los regulares locales el veterano Ariel Borrero pudo sobrepasar la simbólica cifra (.309). Por eso, valió como oro la aportación de Dáiron Varona (.297) y de Edilse Silva (.290), este último añadiendo el liderazgo de siete vuelacercas y 24 impulsadas que en un plantel tan poco dotado con el madero fueron un verdadero botín.

Sin embargo, entre tantos buenos refuerzos donde no se puede olvidar el hueco defensivo que llenó estupendamente en el campo corto Yordan Manduley con un solo error cometido, Moré, quizás “chifló” donde menos se lo imaginó con Jonder Martínez.

No se trata de la experiencia y el enorme repertorio del derecho del Mariel, quizás el más nutrido del patio. Pero para un pitcher ya con 17 temporadas en las costillas y cuyo saldo en dos campañas con Artemisa, había sido de 6 y 14, poder llevarlo a 5 y 0, con 3 salvados solo en función de relevista, no lo pudo prever nadie.

Así ahora las claves para Villa Clara parecen estar batear lo suficiente para respaldar un tantito más su formidable pitcheo. Tal vez también pedirle al zurdo Yasmani Hernández  (3 y 2, con 4.13 en el tramo más reciente) volver a su forma de la primera etapa (6 y 1, con 2.25), pues en su corta carrera ha demostrado ser muy competitivo en los Play Off. Lo demás sería seguir con ese impulso reciente que ha dado esperanzas a propios y cautivado a la mayoría.

En fin, aunque pudiera parecer una predicción trillada, por la paridad de los involucrados auguramos que será esta una postemporada muy reñida.

Para aportar algunos elementos estadísticos más, tómense los números que siguen, considerada solo la más selecta segunda ronda, con el aderezo no tradicional de un puñadito de “sabermetría” elemental.

Bateo:

Eq.    Avg.    CP    OBP    HRs    XB    Slg.    OPS    BR    DP    QB
CFG    .277    357    .372    32    108    .412    .784    31    55    292
SSP    .266    202    .347    24      95    .375    .722    11    38    338
MTZ    .290    389    .370    17      89    .380    .750    28    29    364    .
VCL    .259    316    .334    18      84    .349    .683    17    43    302               

Pitcheo:

Eq.    G-P    SV    PCL.    WHIP    AvgO    Hp    HRp    XBp    pXB    
CFG    26-16    17    3.64    1.36    .261    360    25    106    29.4
SSP    22-20    11    3.56    1.44    .278    381    17      84    22.0
MTZ    25-16      8    4.02    1.48    .273    394    25      99    25.1
VCL    26-16    15    3.03    1.42    .279    387    21      84    21.7

Fildeo:

Eq.    Field    E    TL    PB    BR    CR    
CFG    .981    33    1697    1    30    11    
SSP    .976    40    1642    5    17    12    
MTZ    .975    42    1650    6    13    15    
VCL    .986    24    1720    0    21    24

Fuente estadística primaria: FBCA    

Leyenda: Eq. (equipo); Avg. (average ofensivo); CP (carreras producidas: anotadas más impulsadas menos jonrones); OBP (porcentaje de embasado); HRs (jonrones); XB (extrabases); Slg. (porcentaje de slugging); OPS (embasado más slugging); BR (bases robadas); DP (doble plays); QB (quedados en base); G-P(ganados y perdidos); SV (salvados); PCL (promedio de carreras limpias por juego); WHIP (hits más boletos por innings pitcheados; AvgO (average opuesto o contrario); Hp (hits permitidos); HRp (jonrones permitidos); XBp (extrabases permitidos); pXB (relación de extrabases por hits conectados); Field (fildeo average); E (errores); TL (total de lances); PB (passed balls); BR (bases robadas); CR (cogidos robando).

La Habana, 24 de mayo de 2013.

Dedicado a la memoria de mi padre, quien hoy hubiera cumplido 77 años de no haberse dedicado por entero y entregado su vida a un noble ideal dentro y fuera de Cuba. Tiene que ver con el béisbol, pues fue un hijo de padre y madre asturianos que desdeñó a los 15 o 16 las ofertas de un scout que trató de “firmarle” para una sucursal de los Senadores de Washington. Cosas del carácter de aquel habanero-tunero-camagüeyano-pinareño por los lugares donde dejó luego huella, quien por entonces “le iba” al Cienfuegos de la Liga Cubana Profesional, pero ni imaginó a qué equipo “le hincharía” ahora mismo.

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