Luis Carbonell: Tengo vicio de poesía

Luis Carbonell: Tengo vicio de poesía
Fecha de publicación: 
21 Marzo 2013
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El declamador cubano Luis Carbonell, venerado como el Acuarelista de la Poesía Antillana, confesó hoy que recitar poemas pasó de ser un hábito a un vicio incurable en su vida.

 

A propósito del Día Internacional de la Poesía, Prensa Latina conversó con este imprescindible de la cultura cubana, cuya gran vocación nunca fue la declamación, sino el magisterio.

 

"La poesía ha sido todo para mí, me alimenta, me hace crecer por dentro. Comenzó de casualidad, me acostumbré a declamar, pronto fue un hábito y después ha sido un vicio", aseguró el Maestro.

 

Lúcido y gentil a sus 89 años de edad, Carbonell relató que viene de una familia de maestros normalistas, donde la madre -una mujer muy romántica, evoca- solía recitar poemas en voz alta para todos.

 

"Mi hermana segunda también declamaba, y creo que hubiera podido ser una recitadora profesional muy buena. Yo comencé imitándola, un día lo hice en público y desde entonces ha sido mi vida", cuenta.

 

De cierta manera, su vocación pedagógica la canalizó a través de sus recitales, que son todo un magisterio oral de la llamada poesía negra, pero también del arte vanguardista español.

 

Su vasto repertorio incluye obras de los cubanos Nicolás Guillén, José Zacarías Tallet, Emilio Ballagas y Regino Pedroso, el español Federico García Lorca y el venezolano Aquiles Nazoa, entre otros.

 

"He tenido la suerte de estrenar y divulgar mucha de la mejor poesía cubana y española, inspirado por precursores del género, como el español José González María y Eusebia Cosme", señaló.

 

Más dado a los clásicos que a los contemporáneos, cuya calidad también reconoce, Carbonell todavía ejercita la mente y se aprende nuevos poemas y relatos, porque la cuentística también le seduce.

 

De hecho, no solo quienes lo escuchan con el corazón aprecian el regalo de sus actuaciones: la víspera recitó en un homenaje El baile, cuento de Virgilio Piñera, y la conexión fue inmediata.

 

Apoyado en sus inicios por la soprano Esther Borja, Carbonell se impuso por su manera única de decir, que hizo al humorista argentino Pepe Biondi bautizarlo como El Acuarelista de la Poesía Antillana.

 

Además, numerosas generaciones de actores, músicos y cantantes de Cuba son deudoras de su impecable -e implacable- magisterio, su dominio del gesto, la dicción, la musicalidad y la picardía.

 

Carbonell cumplirá 90 años de edad el próximo 26 de julio, y más allá de los tributos oficiales, el Maestro valora un regalo sobre todos: el cariño de su pueblo cubano, que jocoso lo identifica con su emblemático "ÂíOh fuló fuló!".

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