El llanto de Ana María

El llanto de Ana María
Fecha de publicación: 
16 Marzo 2013
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Mi niña AnaMaría tiene 7 años, su belleza alegría e ingenio iluminan mi vida cada día, su risa es mi fuerza y su llanto mi quiebra. Ayer precisamente me llamo por teléfono y me dijo que quería verme “ahora”.

El imperativo me preocupo mucho y la preocupación se convirtió en alarma cuando  note en su voz que lloraba, no con esas lagrimas copiosas y suspiros estridentes que a veces esgrime como bandera ante mi negativa a sus fugaces caprichos, era un llanto callado, casi pude ver los lagrimones rodando por sus mejillas y la perspectiva de una tristeza inconsolable en su pecho casi me derrumba. Yo estaba realmente muy ocupado en mi trabajo pero todas las prioridades giraron hacia un solo norte, el llanto de Ana María.

Le dije, no te preocupes, tranquila que voy a verte corriendo  y así salí, casi volando hacia su casa donde me esperaba. Nos sentamos, ella sobre mis piernas abrazándome  en un butacón en la sala y le dije en un susurro “dile a papa que es lo que te pasa”. Me mira con sus ojos llorosos y me dice: “es que vi a  María Gabriela la hija de Chávez en el televisor, ella lo despidió en la montaña y le dijo que volara  y que siempre se acordaría de sus canciones y sus bailes y que ella tiene que ser fuerte  y me dio mucha tristeza papa y me eche a llorar porque Chávez era muy bueno y se ve que la quería mucho y ahora ella no lo ve más”.

Abrazados me contaba mi niña esta historia y sentí como se quebraba su voz y nuevamente lloraba como no queriendo hacerlo pero sin poder evitarlo. No me gusta llorar frente a mis hijos porque pienso que eso puede angustiarlos, pero no pude evitar las lágrimas en mis ojos y le dije  “Anita mira es difícil explicarte pero cuando las personas mueren de alguna manera quedan viviendo entre los que se acuerdan de ellas, ahora estamos aquí tristes y nos acordamos de Chávez y es como si un pedacito de el  estuviera con nosotros, eso que sientes en el pecho y que te provoca esos deseos de llorar  es una parte de ese hombre que fue tan bueno con la gente  y sobre todo  con los niños como tú.  María Gabriela nunca sabrá de tu tristeza pero sabe que a su papa lo recordara mucha gente siempre y eso le alivia esa pena tan grande, así que de esa manera también la ayudas”.Dice ella entonces “Papa es que se reía tan lindo Chávez”  y llora otra vez.  

Recuerdo cuando supe la noticia de la muerte del hermano presidente bolivariano.Estaba abordando un avión hacia Santiago de Cuba y un amigo me llama y me dice “están diciendo que Chávez falleció” no lo creí al inicio considerando la enorme campaña de mentiras sobre el tema en lo últimos meses, después alguien encendió el televisor y vi las palabras de Maduro y se me nublaron los ojos, el dolor fue tremendo, igual en Santiago al pasar a rendirle tributo en la Plaza.

Ahora sé que mi pena fue pequeña, que la tristeza y el dolor de Ana María en su pecho infantil es la pena grande de muchos niños cubanos y venezolanos que también conocieron a ese gigante de Venezuela y aprendieron a amarlo por su risa y su entrega. María Gabriela de seguro sabe que su padre lo es también de alguna manera para esos niños que hoy, como Anita comparten su dolor.

 

                  
Palabras de María Gabriela en la despedida de su padre, el Presidente Chavez.

“Duele tu partida, es un dolor que me quema el alma, que difícil se me puso la vida sin ti. Durante estos días he estado tratando de entender por qué te has ido, y nos has dejado con este inmenso vacío, he llorado, gritado, le he rogado al cielo que te devuelva a mí, luego me calmo y respiro. Te amo, te siento y te vuelvo a llorar”.

“Hoy creo haber entendido todo esto, tu alma es tan infinitamente inmensa que ese cuerpo te quedó pequeño y sencillamente tuviste que volar y ser libre. Te lo dije viéndote a los ojos pocos días antes de tu partida, eres un gigante. En algún momento me exigiste ser fuerte en caso de que llegara a pasar lo peor: ‘Debes ser fuerte mi María y debes seguir el camino pase lo que pase’. Hoy te juro que daré lo mejor de mí y sacaré fuerzas de no sededonde para poder seguir adelante y tú siempre serás la luz que ilumine mi camino“

“Gracias por tanto amor de padre, por tu constante ejemplo; gracias por tu risa, tu llanto, tus canciones, bailes y tantas alegrías; gracias por tu absoluta y eterna entrega, pero sobre todo te agradezco Comandante por devolvernos la patria”.
“Tu seguirás palpitando en mi corazón, seguirás viviendo en mi alma, brillando en mis ojos. Papito amado mío vuela libre, vuela gigante y sopla fuerte como los vientos huracanados, que nosotros defenderemos tu Patria como nos enseñaste”

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