Exhiben exclusiva muestra de porcelana de Sèvres en Cuba

El Museo Napoleónico de Cuba exhibe hoy una muestra única de objetos de porcelana de Sèvres devenidos obras de arte por la maestría de su realización.

La serie titulada Entre tiempos y formas reúne piezas de la vertiente decorativa, como esculturas y ánforas, y de la utilitaria, como diversos utensilios de vajilla, con los elementos distintivos de la marca, entre estos, los diferentes tonos de azules, el rosa Pompadour y el empleo del dorado.

La manufactura de Sèvres tradujo a la cerámica el culto a la belleza de los monarcas franceses.

En aras de ostentar refinamiento y posición, diversas familias y personalidades del mundo, desde el siglo XVIII, encargaban a la popular fábrica reproducciones o piezas únicas.

Sèvres llegó a ser un punto de referencia para los centros cerámicos de toda Europa y una de las manufacturas más imitadas, recordaron las curadoras Lizandra Carvajal, del Museo Napoleónico, y María Prada, del Museo de la Ciudad de La Habana, durante la presentación de la muestra.

La marca nació estrechamente vinculada con el poder político francés pues se fundó con el apoyo del rey Luis XV y de una de sus amantes más célebres, Madame de Pompadour, a quien se dedicó el color rosa de la porcelana clásica de Sèvres, bautizado con su apellido.

Grandes artesanos plasmaron sus conocimientos en vajillas, jarrones y esculturas, además de incluir motivos de las obras de pintores y grabadores famosos de Europa.

Con el propósito de distinguir originales de imitaciones el taller creó las marcas del fabricante y otras de decoración a modo de sellos, cada uno representativo de una casa real específica.

El monograma de Napoleón I sobresale en las losas de la exposición que cuenta entre sus piezas de mayor valor un plato para el servicio del café usado por el emperador desde 1810 hasta su destierro en la isla de Santa Elena, donde murió.

El plato llamado Cabaret egipcio fue un encargo único, confeccionado para uso exclusivo de Bonaparte y con motivos alegóricos a su campaña por Egipto.

La producción de Sèvres, iniciada en 1740, impacta aún en el siglo XXI con creaciones contemporáneas, sin abandonar la línea tradicional para el público que la prefiere.

En distintas salas del Museo Napoleónico sorprenden además otras elaboraciones de Sèvres, como una escultura del propio Napoleón y un ánfora conmemorativa de la batalla de Austerlitz.

También en muchos hogares cubanos perduran adornos de esta manufactura o imitaciones casi perfectas, como un recuerdo del lujo de antiguos familiares, o simple muestra de aprecio de padres a hijos, lo cual multiplica cualquier valor.