Elecciones en EE.UU.: Ni con el pétalo de una rosa

Elecciones en EE.UU.: Ni con el pétalo de una rosa
Fecha de publicación: 
6 Noviembre 2012
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Hasta hace dos años se habló de la cifra extraoficial de desempleo del 13% y unas 53 millones de personas por debajo de la línea de pobreza. Hoy se afirma oficialmente que no llega al 8% el número de parados –la más baja desde el 2009- y los pobres suman unos 43 millones, aún muy alto para la principal sociedad de consumo en el mundo.

La solución por un tiempo, por supuesto, podría ser como la que tomó el presidente Franklin Delano Roosevelt al final de la década de los 30: el Estado creó 12 millones y medio de puestos de trabajo con el aumento de impuestos a los ricos. Pero ni el presidente Barack Obama ni su contrario Mitt Romney harían algo parecido, porque, precisamente, los más pudientes son quienes financian sus campañas electorales y ninguno quiere cometer suicidio.

Si en la anterior administración de Bush hijo, el 1% de los estadounidenses recibía el 78% de la renta creada en el país, hoy se habla de un 90% y esta tendencia sigue ensanchándose, en tanto se descapitaliza al país con la cada vez mayor mudada de las fábricas a otras naciones y el aumento de la conversión de otroras ciudades industriales en fantasmas, como es el caso de Detroit-cuna del automóvil-, sin que el ente gubernamental haga algo para evitarlo.

Apenas el 10% del dinero circulante es creado por el trabajo productivo, porque el resto va parar a manos de los bancos, como se demostró hace pocos años con la aparición de hipotecas de alto riesgo y considerable usura, denominadas “subprime”, destinadas a quienes no pueden ofrecer garantías suficientes a cambio del crédito. En el fracaso de ese negocio está basada la actual crisis estadounidense, que extendió sus nefastas secuelas a todo el mundo.

Nadie va a devolverles sus casas ni el dinero invertido a los esperanzados e incautos tomadores de las “subprime”, porque no pudieron pagar la cuota hipotecaria mensual, aumentadas varias veces, cuando los bancos compraron las hipotecas a los individuos que realizaron la transacción inicial.
 
Para quienes piensan que estamos exagerando al pintar  un cuadro tétrico del capitalismo de la “libre empresa”, están aquí estas declaraciones de hace unos días del ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, quien pronosticó que muchos estadounidenses tuvieron  que resignarse a perder su vivienda, pese a los “esfuerzos por impedirlo” que realizó Bush, y que Obama logró parar momentáneamente con el congelamiento por un tiempo de las expulsiones de las familias, hoy reanudadas.

Cuando la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, expresó en una reunión de 20 países industrializados y emergentes en la ciudad francesa de Cannes que se está viviendo en un anarcocapitalismo total, donde nadie hace lo que se dice y acuerda, estaba señalando las consecuencias de ese modo de no hacer, traducidas en cada vez mayor expresiones de protesta de quienes nada o poco tienen en un mundo desigual.
 
Es el drama de esas personas el que conmueve e indigna. El dinero recaudado por los inescrupulosos, con el fin de evitar el pago de impuestos, está generalmente a salvo, refugiado en otras inversiones o depositado en cuentas secretas de paraísos fiscales, “donde va a parar el 83% de las grandes corporaciones de Estados Unidos, el 99% de las europeas y el &6% de las empresas española que cotizan en Bolsa”,  según datos compilados por Pascual Serrano en Mundo Obrero“.  
                                                                               
Y volviendo a lo que planteamos al inicio: ¿Quién se va a atrever a aumentar los impuestos a los más ricos? Estos se limitan a prometer inversiones para paliar los problemas, pero no están obligados a ello.

En realidad, es una crisis no creada por el miedo y la avaricia, sino la reducción de las ganancias previstas.
 
Hoy se puede apreciar mejor, cuando aumentan las ganancias bancarias, pese a anuncios oficiales de reducción del desarrollo o, al revés, cuando se informa de un aumento.

Es un incentivo directo para quienes más tienen y apenas unas salpicaduras para la mayoría, la que no decide y no puede hacer nada ante quienes no pueden ser tocados ni con el pétalo de una rosa.

Comentarios

Es muy gratificante para los que vivimos en este estercolero llamado Capitalismo, contar con un canal por medio del cual,podemos contar con un flujo de informaciones atravéz de las cuales, podemos encontrarle una verdadera explicación a la realidad que sufrimos pero que, por las falcías de este desgraciado sistema de producción,no podemos alcanzar y que solo en regimenes donde el pueblo decide, se tienen esas explicaciones. Sinceramente, gracias.

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