Final de la pelota cubana: Empuje, paridad y suspense

Final de la pelota cubana: Empuje, paridad y suspense
Fecha de publicación: 
12 Enero 2020
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Un Yosimar Cousín vestido de matagigantes, y un Freddy Asiel Álvarez apostando a su maña y endemoniada calidad. Dos caras protagónicas de la final de la pelota cubana que se traslada del Cándido González al Victoria de Girón con abrazo a un triunfo y los ánimos tan exacerbados como la incertidumbre.

Ese es el pictograma que exhibe la definición de la 59 Serie Nacional de Béisbol, nivelada al extremo, tanto como lo fue toda la temporada regular.

La paridad en el pulso ha demandado de ambos equipos sus mejores argumentos para salir airosos.

Los desafíos:

Se encomendaron los yumurinos a las potentes muñecas del outfielder Javier Camero, quien con par de swines se encargó de silenciar a los más de 9 500 espectadores congregados en el Cándido González. El primero para adelantar a los suyos en los albores del choque, y el otro para rescatarlos con los ángulos cuajados a los suyos, quiénes veían los innings caer con marcador adverso 1-3 hasta el llamado acto de la suerte, el séptimo.

Por cierto, a los yumurinos les falló la defensa, pues un error costó la anotación de la igualada. Para un equipo que en la campaña jugó muy bien en ese departamento y transitó por la semifinal fildeando para 990, cuestionable ese titubear.
Destacables las labores monticulares de Freddy Asiel, Jonder Martínez y Yamichel Pérez, este último con su tercer rescate de los play off.

Lo negativo en extremo: los 15 corredores en base dejados por los yumurinos, aunque la decena dejados con las ganas por los anfitriones agramontinos, tampoco constituyen una cifra para nada loable.

Definitivamente el Dios del montículo se ha posado sobre los hombros, específicamente el derecho, de Yosimar Cousín. El veloz diestro ha explotado en esta instancia, con dos salidas de considerable calidad, desterrando además, el que hasta este momento había sido su peor enemigo: el descontrol.

Después de lanzarle una joya a Industriales, maniató a la ofensiva yumurina este domingo, limitándolos a tres escasos indiscutibles y repartiendo seis ponches en ocho capítulos. Se vio superior a la tanda contraria en todo momento, silenciando incluso en cuatro oportunidades al incómodo César Prieto.

Con semejante faena se encargaría de sentenciar el choque sin mayores contratiempos Frank Luis Medina.

Del lado contrario nuevamente hizo aguas al campo el elenco de la Atenas de Cuba. Dos costosísimos errores en el mismo episodio inicial empañaron la labor del resurgido Noelvis Entenza, quien soportó tres sucias, suficientes para sentenciar el duelo.

Luego, los Toros de la llanura se encargarían de afianzar el resultado a costa de Miguel Lahera y Yaniel Blanco, pues les facturaron tres y dos anotaciones, por ese orden.

El refuerzo Santiago Torres, muy útil, por cierto, trajo tres para la goma, en tanto Yoelquis Guibert, Yamichel Flores y Leonel Segura disparaban par de cohetes per cápita.

Factores X, y prisma inmediato

Para los matanceros, que de seguro dependerán del zurdo Yoanni Yera en el primer desafío en el Victoria de girón, será determinante que su ofensiva despierte, sobre todo hombres de la llamada tanda alta y de calibre como son Erisbel Arruebarruena, (solo ha conectado un inatrapable en 20 turnos), y Yurisbbel Gracial, igualmente muy por debajo de su calidad real.

Otra cuestión sumamente importante será cerrar las brechas que han dejado en defensa, cargándole a sus serpentineros cuatro anotaciones sucias en dos juegos.

A eso debemos sumarle un trabajo más preciso de su pitcheo de segunda línea, porque de forma general las labores monticulares de sus abridores no han sido reprochables.

Del otro lado los agramontinos deberán seguir confiando en la columna vertebral de su line up, la cual compila de 45-15 para 333 de average; así como también encarrilar el desempeño de sus relevistas, los cuales, salvo Medina e Isbel, no han estado del todo finos.

Se reanudarán las hostilidades este martes. El panorama no puede dibujarse mejor. Abrazo a una victoria entre dos novenas que 28 años después se miden por la gloria mayor. Esperemos a ver cómo los terrenos y sus huestes le dan koniek a este suspense.

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