PREMIO NACIONAL DE LITERATURA: Lina entre nosotros

Sus lectores de siempre esperaban la noticia desde hacía varios años. Este viernes, un jurado presidido por Graziella Pogolotti ha decidido que el Premio Nacional de Literatura 2019 vaya a manos de la poetisa y ensayista Lina de Feria, una de las más singulares voces de la lírica cubana de los últimos tiempos.

Se ha premiado así una obra prolífica, de honduras formales y conceptuales, que ha cubierto un espectro amplísimo: desde el amor más íntimo hasta las ensoñaciones de la memoria. Desde que recibiera el Premio David en 1967, Lina ha merecido múltiples reconocimientos. Ha sido presencia habitual en tertulias y lecturas públicas de poesía. Atesora también una significativa obra en el ensayo y el periodismo.

En la próxima Feria Internacional del Libro, en febrero de 2020, la escritora recibirá su galardón, rodeada del cariño de sus muchos seguidores.

UN RICO ITINERARIO

Graduada en Filología en la Universidad de La Habana, obtuvo el Premio Nicolás Guillén por su libro Ante la pérdida del Safari a la jungla y, en 2005, resultó nominada al máximo galardón de las letras en la isla caribeña —recuerda Prensa Latina.

De Feria ostenta una amplia trayectoria como redactora y editora para diversas publicaciones seriadas; mientras su obra poética aparece en diversas antologías publicadas en Estados Unidos, España, Francia, Reino Unido, Austria, Suiza, México, Venezuela, Argentina, Chile, Uruguay y Nicaragua.

Entre sus creaciones figuran libros A mansalva de los años (Ediciones Unión, 1990), Espiral en tierra (Ediciones Unión, 1991), El ojo milenario (Editorial Sed de Belleza, 1995), Los rituales del inocente (Ediciones Unión, 1996) y A la llegada del delfín (Ediciones Unión, 1998).

En su hoja de reconocimientos constan el Premio David con el texto Casa que no existía, en 1967; el Premio de la Crítica que mereció en cuatro ocasiones, y el Premio Maestro de Juventudes, otorgado por la Asociación Hermanos Saíz.

TRES POEMAS DE LINA DE FERIA

TRÁNSITO DE LA ESTRELLA

pero el correr es amplio
a la avenida de la extraña cuestión.
se abre el silencio de los potros
y en la enguantada estrella que transita
se desgaja la luz del aire mortecino.
¿a quién dibujarás en la segunda lucha?
tienen maneras que sí son las nuestras
y acaparas las noches abortadas
ven a mi asiento colonial
para encender las noches más oscuras
compartiendo el pan con los hermanos.
la vela irá royendo lo negro en las paredes
y la ventanilla se saldrá por las ventanas.
del ajedrez caerán sus piezas por la vida
y el muchachito peleará por su cabello lacio.
hondo es el tedio
si no llega el mar a salvarnos.

RASA TABULA

en la rosa oriflama
siglo
se detiene el poeta:
inhibe
el árbol no es de cristal
propongo
si su reflejo constituye la vida.

dosel
amaremos la noche
bicicleta.
cuando pasen los derruidos trenes
hacia su cadalso.

CARGA EXPANSIVA

tres o dos en el verdadero siglo
impone el horizonte que me inhibe
y yo descuellada me propongo
con el halo del sol  
a quien miro desde su gran dosel  
matar los menores rayos de la bicicleta.
trunca es la boca del mar
y trunco el
hombre.