LA FOTO: Piedra y sudor

Este hombre lanza dos bloques de piedra caliza en una cantera cercana a la ciudad egipcia de Minya. Trabaja allí de sol a sol, con poquísimos medios de protección, exponiéndose al finísimo polvo que pudiera minarle los pulmones.

Aquello es un infierno, lo dicen los pocos que van de pasada. Pero los que se ganan el pan allí parecen acostumbrados. Parecen. Al trabajo duro hasta la inhumanidad no debería acostumbrarse nadie.

La caliza es una roca que abunda. Y es bastante resistente. Ahí mismo, en Egipto, han soportado el paso de muchos siglos esculturas y edificios de la antigüedad tallados en ese material.

Los nombres de los que los construyeron se perdieron en la gran riada de la historia. Se perderán también los de estos hombres que ahora trabajan en la cantera. Pero el drama es el mismo: una pirámide se construye con piedra, pero también con mucho sudor. Y hasta con sangre.